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SEMINARIO FEMICIDIO

1.5.3.- Evoluci

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    1. 1 SEMINARIO FEMICIDIO 1.5.- MARCO TERICO 1.5.2.- La pareja penal En relacin a la pareja penal[1], y dentro de sta variable, los casos de parricidio, se puede sostener que la investigacin de las formas de organizacin de la vida domstica en las diversas culturas y especialmente en la nuestra, la occidental, es un tema que ha despertado mucho inters entre los antroplogos y tambin entre los psicoanalistas. Se conoce muy poco acerca del tipo de organizacin familiar que prevaleca en las etapas primitivas de la humanidad, salvo que ha existido en todas las sociedades humanas acompaando al hombre desde sus orgenes. [1] NEUMAN, Elas. Victimologa, El rol de la Vctima en los Delitos Convencionales y no convencionales. Ed. Universidad, 3ra. Edicin, Buenos Aires, Argentina, 2001, p. 37.

    2. 1.5.3.- Evolucin del homicidio en pareja. - El parricidio (conyugicidio). El parricidio es quiz la especie ms representativa del gnero pareja penal. Para comprender las caractersticas de este delito, es necesario hacer un recorrido histrico de su regulacin y de la consideracin social hacia esta conducta desviada. El conyugicidio, modalidad del parricidio, siempre ha sido considerado grave, desde el momento en que consiste en atentar contra la vida del cnyuge. Histricamente, el parricidio ha sido estimado como un delito horrible para la sensibilidad social, asignndosele las penas ms duras, por lo general superiores a las de los homicidas[1]. [1] La primera pareja penal de la historia fue la de Can y Abel, este crimen, relatado en la Biblia se considera fundacional en la humanidad.

    3. Una vez publicada la Ley Pompeya (a mediados de siglo I a.C.) se ampla el concepto de parricidio concibindose como la muerte de un pariente, donde se inclua a la propia esposa. Pero dentro de este amplio concepto se diferenciaba entre un parricidio propio o restringido, que inclua la causacin de la muerte de ascendientes, igualados a ascendientes (patronos), hijos y hermanos, y un parricidio amplio o impropio, que vendra formado por el resto de los parientes, afines o allegados, entre los que se encontraba la cnyuge. Durante los primeros aos del siglo IV se produjo el inicio de la cristianizacin del Derecho Romano. Sin embargo, la Iglesia no pretendi alterar el rgimen jurdico de tal legislacin sino tan slo adecuar su contenido a las ideas cristianas en cuanto se enfrentara a ellas. Fuera de estos casos el Derecho Romano seguira rigiendo para la totalidad de la poblacin que se encontraba bajo su dominio. Las normas de la Iglesia comenzaron a instaurarse en los Concilios, que se convertiran en el principal foco normativo de la regulacin cannica. Entre sus cnones no hay una mencin concreta del delito de parricidio. En los Fueros Municipales de Castilla, el conyugicidio es calificado y castigado de diferente forma en virtud al sexo del homicida. As el Fuero de Cuenca slo estableca pena agravada para la mujer que mataba a su marido, mientras que se calificaba el homicidio de la mujer causado por el marido, como un homicidio simple. El Fuero de Soria, por su parte, calificaba ambos supuestos como conyugicidios, pero creaba diferentes penas: la muerte en la hoguera era impuesta a la mujer que mataba a su marido, mientras que el arrastramiento y la horca era la que se estableca para el marido.

    4. El primer Cdigo Penal Espaol, (fuente del chileno), admiti un breve parntesis en la vigencia de la normativa penal anterior en relacin con el delito de parricidio, incorporando de nuevo la distincin entre el parricidio propio y el impropio. Se introdujo, de este modo, la tradicin romanstica anterior a la poca medieval. Respecto de los homicidios entre cnyuges stos quedaban incluidos entre los parricidios impropios y se equiparan las penas para ambos cnyuges. Con el texto de 1848 desaparece definitivamente la diferenciacin entre unos parientes y otros en el delito de parricidio, de tal forma que adquiere la misma gravedad de matar a un ascendiente que a un descendiente y, por supuesto, al cnyuge. - El uxoricidio privilegiado Honoris Causa. Desde tiempos inmemoriales han existido diferencias entre el homicidio causado por el marido a la esposa y causado por sta al esposo. El status de inferioridad jurdica en que el sexo femenino se ha hallado a la largo de la historia, encuentra en la remota figura penal del uxoricidio privilegiado por causa de honor su mayor prototipo. Debido a que en la poca prerromana, el paterfamilias tena la potestad absoluta sobre los miembros de su familia, esta facultad tambin contena la vida de su esposa. El marido poda condenarle a muerte por la comisin de dos delitos relacionados con el honor: El adulterio, La embriaguez habitual del vino.

    5. El segundo caso, tomaba en cuenta las mayores posibilidades que tena la mujer de cometer adulterio dado la prdida de control que implicaba el consumo de esta bebida alcohlica. El adulterio era competencia de los tribunales familiares y, normalmente, la adltera era condenada a morir de hambre en la crcel instalada en el propio hogar familiar. Pero la actuacin del marido estaba determinada por sorprender o no a los adlteros, de tal modo que slo poda matar a la esposa si la descubra in fraganti. Esta situacin dur hasta la promulgacin de la Lex Iulia de adulteriis coercendis, a finales de la Repblica, que prohiba al marido a matar a la mujer adltera, incluso encontrndola en flagrante delito. La fundamentacin de esta prohibicin resida en la conciencia por el legislador romano del natural deseo de venganza que podra mover a todo marido ofendido. Segn esta Ley, el marido que no cumpla con la referida prohibicin era considerado reo de homicidio culposo. De todos modos, en la Antigua Roma el adulterio no tena igual trascendencia si el que lo ocasionaba era el marido o la esposa. La mujer libre romana estaba moralmente obligada a tener contacto sexual slo con su marido despus de haber contrado matrimonio. Por el contrario, el hombre solamente estaba sometido a este precepto moral en cuanto no deba causar ofensa a la honestidad de las doncellas ni a las esposas de otros hombres. El Cdigo Penal espaol de 1928 va a ser novedoso en cuanto a la regulacin del adulterio, ya que por primera vez en la historia del conyugicidio llevado a cabo por motivos de adulterio va a regir para los dos cnyuges por igual, pasando a ser un tipo privilegiado. El Cdigo Penal espaol de 1932 excluy la referencia a este parricidio honoris causa, pero solo se mantuvo esta situacin durante algunos aos, ya que la atenuante extraordinaria de adulterio se recuper en el Cdigo de 1.944, en su art. 428, que dio un monumental salto atrs al copiar casi literalmente la precedente del Cdigo de 1870.

    6. Incontables crticas a esta situacin se manifestaron durante los aos 50 y 60 del siglo XX Un mayoritario sector de la doctrina penalista apoyaba su abolicin, que no tuvo lugar hasta 1963, fecha en que esta figura fue definitivamente suprimida del Cdigo Penal espaol. Pero la eliminacin de la figura de uxoricidio, an siendo un paso muy importante, no acaba con esta problemtica, pues la misma finalidad se ha venido consiguiendo de modo reiterado con la aplicacin de la atenuante de actos pasionales. Por lo dems, el adulterio como delito desaparece con la Ley 22/1978, de 26 de mayo de ese mismo ao. Las anteriores reflexiones acerca de la historia del parricidio en el mbito espaol, no pueden sernos indiferentes ya que nuestro Cdigo Penal recoge en forma casi literal los preceptos de la Madre Patria. En el derecho comparado an se mantiene en determinados Cdigos Penales la figura privilegiada del uxoricidio. As, en el Cdigo Penal tunecino (art. 207) se establece una figura privilegiada para la conducta que consiste en matar a la esposa sorprendida en flagrante delito de adulterio. En el Cdigo Penal de Honduras (art. 122) tambin se regula un parricidio privilegiado para el que mata a su cnyuge o persona con la que hace vida marital cuando le sorprende cometiendo adulterio. Esta figura presenta las siguientes caractersticas: en primer lugar, el acto parricida se privilegia tanto para el hombre como para la mujer; en segundo lugar, se asimilan las figuras del cnyuge y conviviente, de tal forma que ambos pueden verse privilegiados por esta figura penal y, en tercer lugar, se exigen dos requisitos para establecer la rebaja de pena: que el autor no tenga antecedentes penales y que no haya provocado la oportunidad para cometer el delito o la hubiese facilitado, mediando conocimiento de la infidelidad conyugal o marital. Tanto en el Cdigo Penal mexicano, (art. 310) como en el nicaragense (art. 130) se atena la pena cuando cualquiera de los cnyuges mata a otro sorprendido en flagrante adulterio.

    7. 1.5.4.- La familia como incubadora de la pareja penal - La familia patriarcal. El perodo de formacin del patriarcado, entendido ste como la institucionalizacin de la superioridad masculina sobre la femenina dentro de la familia, no se produjo de forma natural, sino que fue un proceso que se desarroll en el lapso de casi 2.500 aos, desde alrededor del ao 3.100 al 600 a.C.[1] Luego, en la poca romana primitiva es cuando la concepcin patriarcal de la familia alcanza su pleno desarrollo y bendicin jurdica. Lo que caracterizaba a la familia romana era el hecho de reunir en un mismo poder a tantas generaciones como las leyes de la naturaleza admitan. Este poder, calificado de omnmodo e ilimitado sobre todos aquellos que pertenecan a la familia, era ostentado por el paterfamilias. Este era el administrador del patrimonio familiar y el sacerdote del culto especial de su casa, ante cuyo umbral la ley se detena y se inclinaba. Padre, marido, pontfice y dueo, el paterfamilias romano era una especie de rey en su hogar. - La posicin dispareja de la mujer en la organizacin familiar. La organizacin de las relaciones familiares en los pueblos antiguos implicaba la reduccin de la mujer a la categora de vigilante del hogar domstico, excluida especialmente de las actividades tradicionalmente masculinas como fueron la guerra y la poltica. En la antigua Mesopotamia, por ejemplo, la mujer, a lo largo de su vida, estaba sometida a las voluntades de su padre, su suegro y su marido. En cierto modo, ella siempre perteneca a otro, y esta sumisin obedeca al hecho de que habitaba en casa de su dueo y a que su libertad de desplazamiento era limitada. El destino de la mujer, como tal, era dar a luz a los hijos y criarlos. [1] ENGELS, F. El Origen de la Familia de la Propiedad Privada y del Estado, Ed. Ayuso, Madrid, Espaa, 1975, p. 26 y ss.

    8. El rol de la mujer en la organizacin familiar medieval tambin se puede definir como subordinado con respecto al marido, ocupndose sta de administrar la economa domstica y de realizar las tareas del hogar. Pero a diferencia de las mujeres de pocas anteriores, las ocupaciones de la mujer casada no aristcrata en la sociedad feudal se repartan normalmente entre el trabajo en la explotacin agrcola o negocio artesanal familiar y las tareas domsticas, contribuyendo de este modo a la economa familiar. Desde el Renacimiento hasta el final de la Edad Moderna se continu relegando a la mujer a un lugar secundario en la jerarqua familiar. Instalada socialmente por su vnculo con el hombre, el contrato matrimonial marcaba para la mujer el paso de la tutora paterna a la dependencia del marido. Mientras el papel de ste en la familia era el de proporcionar proteccin y sostn, el de la mujer era el de ejercer como compaera y madre. Como dira el antroplogo Levi-Strauss[1], se produca una suerte de circulacin. - La situacin de la Familia Actual. Sin negar el proceso de desestructuracin por la que pasan ciertas instituciones en la sociedad Occidental, el modelo de organizacin familiar dominante en la actualidad es la de la familia nuclear mongama, integrada por dos personas de distinto sexo (padre y madre) y los hijos. La manera en que se han definido los roles de cada uno de los miembros en el seno de la familia que ha ido evolucionando con el paso del tiempo: del predominio de la familia extensa, fuertemente autoritaria y patriarcal, se ha pasado a la preeminencia de la familia nuclear, que tiende a ser igualitaria. El paso de un modelo a otro en la etapa de la industrializacin, dadas las consecuencias sociales que sta trajo consigo, a saber: el urbanismo (aparicin de grandes ncleos urbanos como consecuencia de la concentracin de la mano de obra en torno a los centros fabriles), la incorporacin de la mujer al trabajo fuera del domicilio, la generalizacin de la enseanza obligatoria, y la aparicin de un modelo de Estado asistencial y/o subsidiario, caracterizado por asumir entre sus funciones, programas de cuidado mdico y ayuda social dirigidos, entre otros, a la tercera edad. [1] LEVI-STRAUSS, Claude. La Familia en lecturas de Antropologa Social y Cultural, Honorio M. Velasco, cuadernos de la UNED, Madrid, 1996, p. 295.

    9. Es probable que uno de los aspectos fundamentales de este cambio en el pensar, sentir y actuar sea la incorporacin de las mujeres al mercado del trabajo. Aunque en la economa rural y preindustrial el trabajo de las mujeres no se limitaba a las labores domsticas, sino que stas participaban tambin en el trabajo no remunerado en la empresa familiar, fuese sta agrcola o artesanal, fue en los comienzos de la industrializacin cuando el mercado de trabajo acogi a un gran nmero de mujeres, incorporndolas principalmente en industrias textiles, donde trabajaban en condiciones precarias y reciban salarios irrisorios. Esta doble carga de cuidar la familia y el hogar, y obtener unos ingresos adicionales, ha caracterizado a partir de entonces las vidas de la mayor parte de las mujeres occidentales, diferencindolas de las de los hombres. An as, de manera tradicional la labor de la mujer se ha valorado menos y se ha considerado menos importante que el trabajo del hombre. Adicionalmente, el trabajo remunerado accesible a las mujeres ha estado, en general, menos favorecido y ha requerido una mayor instruccin formal. Actualmente, la participacin de la mujer en el trabajo, se ha extendido en el mundo occidental desde los estratos sociales ms precarios hasta los estratos medio y alto. Este hecho ha provocado algunos cambios en la vida familiar. El ms importante ha sido la reduccin del tamao de las familias. El nmero de nacimientos ha disminuido considerablemente desde mediados del siglo XX. Actualmente esta baja, ha sido facilitada por el desarrollo de mtodos anticonceptivos como la llamada pldora del da despus y por la difusin del aborto en algunas sociedades modernas. Otro cambio relevante que ha experimentado la institucin familiar ha sido el de la prdida de la funcin educativa, reservada desde tiempos remotos a la madre y delegada, ya desde mediados de siglos XIX a la escuela. As la escolarizacin obligatoria y la progresiva ampliacin de la edad escolar, han conseguido una mayor independencia de los hijos en relacin al ncleo familiar. A todo esto cabra agregar la creciente influencia de la cultura meditica que se expresa en niveles cada da mayores de dependencia con los programas televisivos y la adiccin por el contacto a travs de internet, cuya consecuencia es que, si bien al sujeto se le garantiza el ahora, no puede percibir el aqu.[1] [1] CEREZO D, Ana. Op cit.

    10. Tal como se estn dando las cosas, a la familia contempornea, baada por la cultura occidental, le restan dos funciones fundamentales: Servir de marco apropiado para la expresividad emocional. La familia se ha convertido, por lo tanto, en un mbito especialmente adecuado para la realizacin de la afectividad y el logro de la estabilidad emocional. Cumplir su funcin de agente de socializacin primaria. Considerando estos cambios todava subsisten algunos elementos del sistema patriarcal. Aunque la incorporacin de la mujer al trabajo fuera del hogar ha contribuido en la redefinicin de los roles masculinos y femeninos en la familia contempornea, no se puede afirmar que la mujer se encuentre en un nivel de igualdad absoluta respecto al hombre. Actualmente, los roles asignados a cada uno de los miembros de la pareja dentro del entorno familiar continan siendo diferenciados: la responsabilidad econmica de la familia es, en la mayora de los casos, funcin del hombre, pues en general, una parte de la poblacin ocupada es femenina, y las tareas domsticas son responsabilidad de la mujer en la abrumadora mayora de las familias. Estos dos datos estn ntimamente vinculados y constituyen un obstculo a las relaciones igualitarias entre las parejas. Estos son algunos de los supuestos histricos que van a ser utilizados como parmetros del anlisis de los malos tratos domsticos y de los homicidios entre parejas.

    11. - Desarrollo de los malos tratos domsticos. El fenmeno bio-psico-social de los malos tratos domsticos no es reciente. Los vnculos violentos entre parejas han existido siempre, siendo consideradas hoy en da en algunas culturas, conductas socialmente aceptadas. Al respecto debemos tener presente que, si bien la mayora de las culturas del medio oriente, autorizadas por el Corn, permiten el ejercicio de la violencia contra la esposa, tambin en Chile, an sin autorizacin legal, los casos de violencia intrafamiliar no son menores. Existen cifras que sealan que slo en el ao 2004, en Chile, se registraron ms de 70.000 denuncias por violencia intrafamiliar, a lo cual cabra destacar que durante ese ao se produjeron 70 homicidios protagonizados por cnyuges y/o convivientes en perjuicio de sus parejas. An as, se puede afirmar que, al menos en la cultura occidental, se ha producido en los ltimos tiempos una modificacin con respecto al tratamiento social y jurdico de las mismas. El uso de la fuerza fsica por los cnyuges masculinos para disciplinar a sus esposas ha sido una conducta aceptada social y jurdicamente a lo largo de la historia. Las leyes romanas, concedan a los paterfamilias el control absoluto sobre sus esposas e hijos, incluyendo la facultad de venderlos o abandonarlos (ius vendiendo o exponindi) o para disponer de sus vidas (ius vital necisque). La familia en esa poca se determinaba por su carcter de grupo socio-poltico y como tal, tena sus propias leyes. El poder y la autonoma que ejerca el padre sobre la familia impeda la intervencin del Estado, de tal modo que era l quien sancionaba personalmente los actos delictivos que cometan los miembros de su familia, tanto contra su persona, como contra otros miembros del crculo familiar, o en contra de algn extrao. El ejercicio del poder punitivo familiar no era ms que el ejercicio dominical que al propietario corresponda sobre su propiedad, no estando sometido a ninguna limitacin: no haba sanciones preestablecidas legalmente, ni procedimientos, ni sentencia, solo la autoridad del padre. Durante la Edad Media, en Europa la correccin de la mujer casada a travs del castigo corporal era una obligacin del marido para asegurar la obediencia de su mujer. Se consideraba una prueba del verdadero amor que le tena y, en tanto tal, deba ser aceptado de buen grado por sta. As los nobles castigaban a sus esposas tan normalmente como lo hacan los siervos y campesinos, quienes seguan el ejemplo de sus seores.[1] [1] CEREZO, D. Ana. Op cit.

    12. En la segunda mitad del siglo XVIII, tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos, estuvo vigente la regla del Dedo Pulgar. Esta regla indicaba que un marido tena derecho a castigar a su esposa siempre que utilizara un ltigo o vara cuyo dimetro no fuera superior al del dedo pulgar. La consecucin de la independencia por EE.UU, a finales del XVIII, no alter las costumbres anglosajonas sobre el empleo de violencia contra las esposas bajo la legitimacin del denominado Derecho de Correccin. Esta ley permita al marido ejercer el derecho de castigo moderado en casos de gran emergencia. En tal sentido, los tribunales sostenan que el marido que golpea a su esposa no deba estar sujeto a una accin judicial por agresin, para prevenir la vergenza de las partes perturbadas. - La influencia de las reformas socio- jurdicas. Es en los aos 70 del siglo pasado, que se vislumbra un cambio de paradigma en los pases ms desarrollados en relacin al fenmeno de los malos tratos domsticos, cambio social que posteriormente se transformara en leyes. - En la esfera internacional. A mitad del citado siglo se hicieron pblicas las primeras reacciones contra los malos tratos infantiles por parte de adultos. Luego, se acu el concepto Sndrome del Nio Maltratado para definir el conjunto de lesiones diversas de frecuente observacin por pedatras, mdicos de familias, forenses, etc., que hacan sospechar la produccin de agresiones procedentes del mbito familiar. Tras esta denuncia pblica, las tendencias feministas alzaron la voz denunciando situaciones anlogas en las que esta vez era la mujer la vctima de este tipo de comportamientos violentos en el seno de la familia. Las feministas que por primera vez en la historia denunciaron los casos de mujeres maltratadas iniciaron sus actividades en el Reino Unido a principios de los aos 70 del siglo XX, cuando un grupo de mujeres de un barrio londinense arrendaron un local para mujeres que huan de sus casas con sus hijos a causa de los golpes que les daban sus maridos. Despus del xito de esta iniciativa y la necesidad de abrir ms centros ante la demanda de personas que pedan su ingreso, las casas de acogida se diseminaron por el continente europeo y americano.

    13. Las primeras investigaciones realizadas sobre la victimizacin de la mujer en el seno familiar pretenden mostrar a la opinin pblica la realidad del problema, de tal forma que, con el paso de los aos, sta empieza a considerar los malos tratos conyugales como un tema de grave preocupacin social. Muestra de ello son los variados congresos que se celebran habitualmente a nivel internacional para reflexionar sobre el problema. Por su parte la comunidad internacional se ha mostrado preocupada en varias ocasiones. La primera de ellas fue en la Conferencia Mundial del Ao Internacional de la Mujer celebrada en Ciudad de Mxico en 1975. En esta conferencia se proclam el decenio de Naciones Unidas para la mujer (1975 1985), durante el cual se trabajara sobre la base del Plan de Accin Mundial en tres temas fundamentales: igualdad, desarrollo y paz. Con este plan se pretenda que las mujeres disfrutaran de iguales derechos, oportunidades y responsabilidades que los hombres y contribuyeran al proceso de desarrollo en pie de igualdad con stos. Pero no se hizo hincapi en el aspecto de la violencia de la mujer en la familia, declarando tan slo que deban establecerse, siempre que fuese posible, servicios adecuados de orientacin familiar y que debera considerarse la posibilidad de establecer tribunales de familia con funcionarios formados en derecho y en las dems disciplinas pertinentes, a fin de ayudar a resolver los conflictos que surgiesen entre los miembros de la familia Luego en 1980, se celebr la Conferencia Mundial de la Primera Mitad del Decenio, celebrada en Copenahue con el objetivo de evaluar las medidas adoptadas para la aplicacin del Plan de Accin Mundial. En esta conferencia se declar por primera vez que la violencia en el hogar era un problema complejo y constitua un delito intolerable contra la dignidad del ser humano. En consecuencia, se adopt un Programa de Accin para la Segunda Mitad del Decenio que contemplaba la promocin de las investigaciones sobre la amplitud de las causas de la violencia en el hogar con miras a su eliminacin, y la prestacin de ayuda efectiva a la mujer con la creacin de centros para tratar, alojar y orientar a las mujeres que eran vctima de la violencia. Posteriormente en 1995, Chile particip tambin en la IV conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la mujer en Pekn (China), donde se revisaron las acciones previstas en Nairobi y donde se redactaron una serie de propuestas para el ao 2000. En definitiva, se puede afirmar que la violencia intrafamiliar ha sido objeto en los ltimos aos de especial atencin por parte de algunos organismos internacionales, que han promocionado la investigacin y el desarrollo en diferentes pases de programas de prevencin con el objetivo de disminuir la incidencia de esta problemtica y conseguir un mayor compromiso de los servicios de asistencia y de los medios de comunicacin.

    14. - En Chile. En el mbito nacional a principios de los aos 90 del siglo XX, se comenz a hablar de la violencia domestica. Hasta entonces se desconoca la magnitud del problema, entre otros motivos, porque era un comportamiento socialmente aceptado o, al menos, no denunciado. De forma tcita las leyes alentaban la tolerancia social hacia estas conductas. Hasta hace poco el Cdigo Civil, en cierto modo, apoyaba la idea de que la mujer era propiedad de su marido al no poder actuar sin su consentimiento. La promulgacin de la Constitucin Poltica de la Repblica de Chile de 1980, que declara la igualdad de derechos para todos, sin discriminacin de sexos, constituye un paso importante, pero la proclamacin de estos principios no ha significado una rpida modificacin en el terreno prctico, mantenindose las mismas relaciones de jerarqua existentes en el entorno familiar. Era necesario cambiar estas pautas sociales de conducta, que persistan en el mantenimiento de concepciones parciales sobre la familia, como en lo relativo a la autoridad del marido. De gran ayuda para conseguir este cambio han sido las asociaciones de mujeres, que encontraron una actitud receptiva por parte de las instituciones pblicas, as como el Servicio Nacional de la Mujer y los Centros de acogida, que han ido extendindose por toda el pas. As, comenzaron las primeras campaas de informacin y de sensibilizacin hacia mujeres que padecan este problema, a travs de las cuales se les alentaba a denunciar su situacin.

    15. Posteriormente estas campaas se fueron extendiendo a toda la sociedad chilena, implicando ms concretamente a aquellos sectores que tenan un contacto ms directo con el problema. As han sido las fuertes campaas de formacin y sensibilizacin dirigidas a Carabineros de Chile, jueces, abogados, mdicos forenses, etc. En el ao 1998 se produjo una corriente informativa en el pas sobre el problema de los malos tratos domsticos. Las noticias relativas a los homicidios de mujeres por parte de sus parejas as como a los malos tratos de los que stas eran objeto fueron noticia a diario. Esto ha llevado a que en la actualidad desde diferentes mbitos se estn promoviendo y proponiendo cambios de todo tipo. Se implementan cursos de formacin a policas, abogados y personal de la Administracin de la Justicia, entre otros, as como campaas de sensibilizacin a la poblacin. Desde el control social formal, la Institucin de Carabineros de Chile, juega un importante rol de prevencin de la violencia intrafamiliar. A ello destina sus esfuerzos el personal de la Direccin de Proteccin de la Familia (Diprofam).

    16. 1.5.5.- El Homicidio desde el psicoanlisis criminolgico. - El Parricidio: crimen original Recurriendo a la criminologa psicoanaltica, se puede sostener que el parricidio es el crimen capital y primordial de la humanidad, como tambin del individuo. Freud[1], en Ttem y Tab, (1933), se refiere al origen de la sociedad, as seala que la primera forma de la sociedad habra sido la horda primitiva, sometida a un macho desptico y poderoso, pero que un da los hijos se revelaron, mataron al padre, lo descuartizaron y lo comieron. Segn la criminloga Hilda Marchiori[2], en su libro Enfoque Psicoanaltico de la Delincuencia (1990), el devorar al padre fue un deseo de identificarse con l, de adquirir su fuerza. En el ao 1928, Freud escribi sobre Dostoievski y el parricidio, donde realiza un anlisis sobre la vida del autor ruso y su obra Los Hermanos Karamazov, all plantea que no es posible atribuir a la casualidad que tres obras maestras traten el mismo tema: el parricidio. Tal es, en efecto el tema en Edipo de Sfocles, Hamlet de Shakespeare y Los Hermanos Karamazov.[3] En los tres aparece claramente el motivo del hecho: la rivalidad sexual por una mujer. [1] FREUD, S. Totn y Tab, Obras Completas, Tomo IV, Biblioteca Nueva Madrid, Espaa, 1933, p. 2552. [2] MARCHIORI, H. Criminologa: La Vctima del Delito, Ed. Porra, Toluca, Mxico, 1998, p. 119. [3] FREUD, S. "El malestar en la cultura". Obras completas. Vol. III. Madrid, Espaa, Biblioteca Nueva, p. 3024.

    17. - La pareja violenta La identificacin agresiva La nocin de identificacin en la obra de Freud tiene una importancia decisiva para explicar la forma en que se estructura el sujeto; as, se ha convertido en un concepto clave en el psicoanlisis. El ser humano se estructurara de manera temprana segn los modelos ms cercanos, y por tanto, en este proceso de construccin los padres tendran una influencia decisiva, ya que con su intervencin y proteccin harn posible la supervivencia del nio[1]. Si los padres constituyen las primeras relaciones y los primeros objetos sexuales del nio, sera normal que el proceso estructurante del sujeto psquico tenga como objetos privilegiados a los padres, como arquetipos que de esta manera contribuyen al andamiaje de su configuracin humana. A las primeras identificaciones con los padres les seguirn otras; en el ambiente hogareo se destacarn las relacionadas con personas que cuidan al nio as como sus familiares cercanos. La cultura en la que est inmerso le proporcionar nuevas figuras de identificacin tales como sus maestros y todos los que en distinto grado ejercen liderazgo en la comunidad. [1] LACAN, J. Seminario Nro. 3, Editorial Nueva Visin, Buenos Aires, Argentina, 1983, p. 85.

    18. Sin embargo, las primeras identificaciones con las figuras parentales van a ser determinantes en la estructuracin de la personalidad del sujeto. Por tanto, si el nio se configura en la relacin con sus padres, y stos estn en conflicto tpico de las parejas pasionales, es de esperar que esta forma de relacin influya y determine, sobre su futura estructura. En primer lugar, el hijo tiene como modelos identificatorios a una madre y a un padre violentos, vinculados entre s, por lo que el psicoanalista Domingo Caratozzolo[1] denomina un vnculo excitante. Por otra parte, la manera de relacionarse de los padres entre s, la relacin violenta entre ellos constituir un modelo vincular para el hijo. Adems, debemos tener en cuenta la relacin que esta pareja pasional puede tener con su hijo. Los presupuestos personales inconscientes que determinaron en los padres este modelo de relacin, incluyen la exclusin de todo tercero y el hijo es un tercero privilegiado en cuanto a su peso en la relacin de pareja. El hijo, al ocupar el lugar del tercero, desencadenara la violencia de los padres y el deseo de expulsarlo para permitir el reestablecimiento de la pareja original. La repulsa derivara de un maltrato hacia el nio que podra materializarse en mltiples manifestaciones, tales como desinters, indiferencia, desvalorizacin, violencia fsica, etc. [1] CARATOZZOLO, D. La Pareja Pasional en la Post-modernidad. Del desinters a la violencia, Rosario, Argentina, Ed. Homo-Sapiens, p.84.

    19. As se va formando una relacin de violencia hacia el nio por parte de sus padres (nicos responsables de la misma) y, al ser stos depositarios de la sexualidad del nio, esta violencia es erotizada. El resultado de este vnculo parental es el establecimiento de relaciones sadomasoquistas. Freud en Pulsiones y destinos de pulsin[1], afirma que: la sensacin dolorosa, al igual que otras sensaciones displacenteras, invaden el dominio de la excitacin sexual provocando un estado de placer, el cual se puede tambin encontrar gusto al displacer del dolor. En su libro La Pareja Violenta (1996), el Dr. Caratozzolo narraba el caso de una paciente que en una sesin expresaba: Para colmo, cuando me pongo nerviosa, me ri. Cuando mi hermano me pegaba, me agarraban ataques de risa y todos crean que no me dola. Y cuando mi novio me pega, de los nervios me ro, y l se calienta ms, se pone fuera de s. Ayer me dijo: De que mierda te res! Y me golpe otra vez con una flor de patada y se fue. En este caso, la mujer podra estar invadida por un estado de excitacin tanto cuando la golpea el hermano como cuando lo hace el novio. Quienes la rodean, al contemplarla en ese estado de goce masoquista, parecen comprender su placer, por eso no intervienen. Sadismo y masoquismo aparecen conjuntamente. Segn Freud en Una Teora Sexual (1928) Un sdico es siempre, al mismo tiempo, un masoquista, y viceversa. Lo que sucede es que una de las dos formas de la perversin, la activa o la pasiva, puede hallarse mas desarrollada en el individuo y constituir el carcter dominante de su actividad sexual[2]. [1] FREUD, S. Op Cit, pp. 58. [2] FREUD, Obras completas. Vol. I. Madrid, Espaa, Biblioteca Nueva, p. 24.

    20. El masoquista se identifica con quien le ocasiona sufrimientos, situndose fantsticamente en el lugar del sdico. Igualmente el sdico, al infligir dolor a otro, goza en forma masoquista mediante la identificacin con el sujeto que sufre.[1] El vnculo excitante propio de la relacin pasional slo podr realizarse con el ingrediente sadomasoquista. La violencia en cualquiera de sus formas constituye un ligamen de caractersticas nicas en cuanto a las emociones que moviliza y la intensidad de las mismas. De all que se ha sugerido tambin, que los malos tratos que se producen a la pareja se deban al comportamiento o a la personalidad de la vctima, de manera que esta provoca al agresor para que la golpee, sintiendo atraccin haca las personas violentas. Lo anterior pudiese comprobarse con la saturacin que hoy en da ofrece el mercado en materia de objetos para la prctica sadomasoquista. A ello habra que agregar la contrastacin emprica del relato de mujeres que son golpeadas. Sin embargo, si bien esta descripcin sirve para comprender el fenmeno, de ninguna manera debiera ser motivo de justificacin. En trminos de psicologa de masas, sera cuestin de observar las actitudes del pblico que asiste al espectculo del boxeo, o simplemente analizar la actitud de los individuos cuando observan los episodios de una guerra. [1] FREUD, S. El Problema Econmico del Masoquismo, Obras completas, Tomo VII, Biblioteca Nueva, Madrid, Espaa, 1933.

    21. - El nexo pasional. Una pareja puede crear su vnculo mediante el amor. El amor implica respeto hacia su par, hacia sus vnculos, sus deseos, sus sueos, su trabajo, sus amistades y su esparcimiento. El que ama reconoce al objeto de su amor su pleno proceso en libertad; su conducta hacia el otro sta orientada a que ste puede desarrollar todas sus potencialidades. (Junto a l o ella?) Sin embargo, la pareja puede relacionarse con la violencia; aqu los contenidos tienen que ver con los celos y la posesividad. En lugar de libertad, sometimiento y esclavitud; el amor es expulsado para dar paso al control y la violencia. Si bien la violencia fsica es la que causa mayor impacto, la violencia psicolgica no es menos daina: desprecio, desvalorizacin, denigracin, burla, daan tanto o ms que los golpes. Esta violencia destruye la vida de pareja en sentido romntico. Negacin de todo tercero percibido como amenaza a la pareja, sean stos familiares, amigos, trabajo amistades o hobbies. Los protagonistas de la relacin violenta quieren terminar con su vida individual, desaparecer como entidades independientes, eliminar toda identidad de vida, doblarle la mano al dios del rayo que separ al hombre de la mujer y querer volver a un solo ser. El surgimiento de elementos sadomasoquistas y de celos posesivos constituye un camino para ocupar todo el espacio psquico de los miembros de la pareja. La agresin se convierte en un medio para penetrar en el otro y poseerlo, es un instrumento privilegiado para expulsar a todo tercero. De esta manera el sujeto espera alejarse del dolor de sus duelos no elaborados, de la prdida del seno materno en el nacimiento, de la infancia. En este afn de negar sus lmites, busca concentrarse en otro con quien alcanzar el ideal narcisista de completitud que existi en el pasado: esa complementariedad imaginaria del nio con su madre. Ser nico complemento. A travs de un nacimiento inicitico logrado por la seduccin y desviacin de su pareja, el individuo lucha con obsesin por tratar de encontrar una perfeccin ilusoria que nunca alcanzar.

    22. Si la finalidad es ocupar el espacio psquico de otro, la violencia constituye un arma privilegiada para el logro de ese objetivo: invadir al otro, expulsar aquello que no es lo propio, convertirse en contenido (psquico) del otro al que Caratozzolo llama continente. As como la madre unida con el feto, traslada lo lleva dentro suyo donde quiera que vaya, l participe de una pareja violenta busca ese estado de indiferencia prenatal, en el intento de restituir ese estado primario, esa antigua perfeccin narcisista. Los que integran estas parejas tienen perturbada su capacidad de amar; intentan capturar al otro, poseerlo de manera exclusiva. Si yo la mantengo no necesita salir, l es mi vida, frases que remiten a la obsesin de muerte por alcanzar el goce absoluto de la posesin del otro. Pero adems lo simblico cobra toda su fuerza como tcnica de neutralizacin para apaciguar la culpa. As por ejemplo, el ao 2003, la comunidad de Quilpu en la Quinta Regin, qued consternada con un crimen cometido por un miembro del control social que no slo dio muerte a su cnyuge, sino que junto a sta le quit la vida a su suegra. La prensa dio bastante cobertura al hecho que haba sido cometido al interior de la Iglesia, uno de sus titulares escriba: Donde Dios me la entreg, se la devolv.[1] El conjunto de emociones que componen estas relaciones se elevan al lmite y aportan la sensacin engaosa de amar intensamente; confunden el sentido sano del amor. Para mantener la tensin apelan a nuevas formulas, acentuando progresivamente el esplendor vincular. El suceso es cada vez ms primitivo, por ello los peligros de muerte son mayores. Sucesivamente se producen actuaciones con mayor compromiso emocional que implica serios riesgos para sus actores. Los casos extremos son aquellos que aparecen en las crnicas policiales. [1] Diario La Estrella, Valparaso, Chile, 15 julio 2003.

    23. Esta clase de amor va de la mano con aquel gran primer amor el amor a la madre-, y por esto tiene muchas de sus caractersticas; el convencimiento de que es nico y de que la unidad con el amado es trascendental para la vida del sujeto. As, el objeto de la pasin pasa a convertirse en insustituible para la vida, pues es verdad que madre hay una sola. Muchas veces el enamoramiento da paso al amor, sentimiento ms tibio que aquel. En las parejas violentas, la pasin de los enamorados en lugar de enfriarse es recalentada. La pasin incluye el sufrimiento y un deseo cada vez mayor del otro, siempre mas de lo que est dispuesto a dar. Relacin de una inflexibilidad tal que no puede ser igualada por un amor tranquilo y firme. Ser todo para el otro, convertirlo en parte de uno mismo como intento de regresar al Paraso Perdido donde todas las necesidades eran satisfechas instintivamente y no existan peligros de terceros. Regresar al reinado de los padres. Bsqueda hacia delante de lo que en realidad ha quedado atrs; se busca en el presente y se proyecta en el futuro lo que pertenece al pasado. Es decir, el deseo de regresar en lugar de emplazarse en el futuro.

    24. - La dinmica del nexo excitante. Es necesario sealar que esta forma de vincularse a travs de la violencia aparece y se consolida con el mutuo acuerdo (inconsciente) de ambos protagonistas. Sin este convenio recproco entre las partes no existe posibilidad de relacin: nos encontramos frente a una demanda inconsciente que encuentra una respuesta inconsciente de aceptacin. Este vnculo consiste en el producto de la relacin entre dos sujetos, uno de los cuales estimula, incita, provoca al otro, inyectndole un estmulo excitante. Queda as constituida una relacin entre el sujeto que inyecta l Estimulo excitante y el sujeto inyectado, a la que Caratozzolo denomina vnculo excitante[1]. Lo introducido consiste en un estimulo debidamente seleccionado para seducir la atencin del otro; implica un estudio y conocimiento previo del mismo para saber ante que estmulos reaccionar y cuales resultaran inofensivos para l. El trabajo de investigacin y seleccin de un estmulo capaz de excitar al otro, pertenece a los procesos inconscientes del sujeto inyector. La caracterstica de lo introducido consiste en un estimulo excitante cuyo objetivo es cautivar la atencin de la persona. La pretensin puede consistir sencillamente en convertirse en un foco de inters, o si es de mayor, ocupar su mente de manera exclusiva. Todos tendramos necesidad de un reconocimiento por parte de las personas que nos interesan. La aspiracin de ser una persona significativa para otro, el anhelo de ser deseado, influirn de manera decisiva en nuestro narcisismo, ya sea positiva o negativamente. [1] CARATOZZOLO, D. Op. Cit.

    25. En algn momento precisamos llamar la atencin, tener un lugar en la mente de las personas que nos interesan. Pero, segn plantea Domingo Caratozzolo[1], la pretensin de colmar todo el espacio mental de otra persona, en todo momento, es decir, ser nicos, es ndice de una perturbacin psicolgica grave. La siguiente descripcin de la dinmica de estos casos extremos ayudar a comprender e interpretar el perfil de una persona: 1- Lo introducido, el estmulo excitante, es un contenido que tiene la capacidad de despertar o activar en la persona a la cual va dirigido- un chorro de emociones que, trastornando su pensamiento, no puede controlar. 2- La ceguera resultante facilita el drenaje de las emociones, pues las posibilidades de contencin han sido anuladas. 3- La respuesta emocional de la persona a quien se le ha introducido estimulo excitante marca al sujeto inyector, quien pasa a ser inyectado; ahora ser l quien es aguijoneado, provocado. 4- Las sucesivas interacciones convierten al vnculo excitante en un circuito cerrado. Es evidente que, si esta realimentacin es exitosa, provocar un incremento del compromiso emocional de ambos participantes. 5- La graduacin del vnculo excitante dar como resultado el avance de cada uno de los sujetos en el aparato psquico del otro y su progresiva conquista total. Se lograr de esta forma ser otro y ofrecerse para llenarlo. 6- Se reedita, de este modo, una vinculacin narcisista en la cual el sujeto habita en la otra persona, reproduciendo un estado preferido y nico como aquel que exista en el vientre materno. Especulemos que el feto es visitante atendido en todas sus necesidades, recibindolo todo de inmediato y sin reclamos por parte del prestador de estos servicios. 7- El vnculo excitante es permanentemente atacado por la realidad. El trabajo, las relaciones laborales, los diversos intereses, las necesidades corporales, etc., tienden a desplazar al sujeto, por lo cual ste tiene que realizar esfuerzos continuos para reinstalarse. 8- Para satisfacerse y mantener vivo l vinculo, se necesitan medidas superiores de estimulo; el estimulo excitante debe serlo cada vez ms, por lo cual se producen en forma gradual actuaciones de mayor compromiso emocional que envuelven serios riesgos para sus copartcipes [1] CARATOZZOLO, D. Op Cit.

    26. Para el anlisis del vnculo excitante, Caratozzolo distingue tres variables que lo componen y de cuya interaccin surgir una resultante que lo determinar. A estas variables las denomina: Compromiso mental, Frecuencia de la estimulacin e Intensidad del estmulo. El Compromiso mental formula el lugar que ha conquistado el sujeto inyector en el espacio mental del otro, el territorio ocupado. Esto puede variar desde compartir con otros intereses la atencin del inyectado, hasta ser el nico objeto de atencin. El siguiente grfico nos permite ilustrar tres tipos de compromiso mental.ABCEL COMPROMISO MENTAL

    27. (A) El ncubo ocupa un lugar compartido en el espacio mental del otro. (B) El ncubo ocupa un lugar de privilegio entre otros espacios. El ncubo invade todo el espacio mental y lo gobierna en forma exclusiva. En (A) el sujeto inyector ocupa un lugar compartido en el espacio mental del otro. En (B) pasa a ocupar un lugar de privilegio entre otros, y en (C) ha producido una invasin de todo el espacio mental y se ofrece en forma exclusiva.

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