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Jesucristo naci de Santa Mar a Virgen

Compendio del Catecismo. 85. ?Por qu? el Hijo de Dios se hizo hombre? 456-460El Hijo de Dios se encarn? en el seno de la Virgen Mar?a, por obra del Esp?ritu Santo, por nosotros los hombres y por nuestra salvaci?n: es decir, para reconciliarnos a nosotros pecadores con Dios, darnos a conocer su amo

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Jesucristo naci de Santa Mar a Virgen

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Presentation Transcript


    1. Jesucristo naci de Santa Mara Virgen 11

    2. Compendio del Catecismo 85. Por qu el Hijo de Dios se hizo hombre? 456-460 El Hijo de Dios se encarn en el seno de la Virgen Mara, por obra del Espritu Santo, por nosotros los hombres y por nuestra salvacin: es decir, para reconciliarnos a nosotros pecadores con Dios, darnos a conocer su amor infinito, ser nuestro modelo de santidad y hacernos partcipes de la naturaleza divina (2 P 1, 4).

    3. Introduccin Dios envi al arcngel San Gabriel a Nazaret, para manifestar a Mara que haba sido elegida para ser Madre de Dios. "He aqu la esclava del Seor; hgase en m segn tu palabra" (Lucas 1,38). - En aquel mismo instante se realiz la Encarnacin del Verbo en las pursimas entraas de la Santsima Virgen. La Virgen es tambin nuestra Madre. Cuando mora en la cruz, Jess nos la dio por madre. Igual que las madres de la tierra, la Virgen nos cuida y nos protege. El Evangelio de San Lucas cuenta que Dios envi al arcngel San Gabriel a Nazaret, manifestando a Mara que haba sido elegida para ser Madre de Dios. Muchos cuadros representan esta escena, que llamamos la Anunciacin. La conversacin entre el ngel y la Virgen acaba con esta aceptacin humilde y confiada: "He aqu la esclava del Seor; hgase en m segn tu palabra" (Lucas 1,38). En aquel mismo instante se realiz la Encarnacin del Verbo en las pursimas entraas de la Santsima Virgen, y nueve meses ms tarde naca Jess -verdadero Dios y verdadero hombre- en Beln. La Virgen no es slo la Madre de Dios, es tambin nuestra Madre. Cuando mora en la cruz, Jess nos la dio por madre. Ella vive en el cielo como Reina y Seora de todo lo creado, pero nos ve, nos oye y sobre todo nos quiere. Igual que las madres de la tierra, la Virgen nos cuida y nos protege. Hemos de conocer y amar mucho a la que es Madre de Dios y Madre nuestra. El Evangelio de San Lucas cuenta que Dios envi al arcngel San Gabriel a Nazaret, manifestando a Mara que haba sido elegida para ser Madre de Dios. Muchos cuadros representan esta escena, que llamamos la Anunciacin. La conversacin entre el ngel y la Virgen acaba con esta aceptacin humilde y confiada: "He aqu la esclava del Seor; hgase en m segn tu palabra" (Lucas 1,38). En aquel mismo instante se realiz la Encarnacin del Verbo en las pursimas entraas de la Santsima Virgen, y nueve meses ms tarde naca Jess -verdadero Dios y verdadero hombre- en Beln. La Virgen no es slo la Madre de Dios, es tambin nuestra Madre. Cuando mora en la cruz, Jess nos la dio por madre. Ella vive en el cielo como Reina y Seora de todo lo creado, pero nos ve, nos oye y sobre todo nos quiere. Igual que las madres de la tierra, la Virgen nos cuida y nos protege. Hemos de conocer y amar mucho a la que es Madre de Dios y Madre nuestra.

    4. Ideas principales

    5. 1. Mara es verdadera Madre de Dios Mara engendr el cuerpo de Jess, en el que Dios infundi el alma; y en el mismo instante, a ese cuerpo y alma se uni la Segunda Persona de la Santsima Trinidad: el Verbo. De esta forma el Hijo de Dios se hizo hombre sin dejar de ser Dios. Mara llev durante nueve meses en su seno a Jesucristo, con su cuerpo, su alma y su Divinidad, despus de los cuales naci en Beln. Es verdaderamente la Madre de Dios. Todos tenemos una madre, y es de verdad madre nuestra porque nos engendr y dio a luz. Mara engendr el cuerpo de Jess, en el que Dios infundi el alma; y en el mismo instante, a ese cuerpo y alma se uni la Segunda Persona de la Santsima Trinidad: el Verbo. De esta forma el Hijo de Dios se hizo hombre sin dejar de ser Dios. Mara llev durante nueve meses en su seno a Jesucristo, con su cuerpo, su alma y su Divinidad, despus de los cuales naci en Beln. Por eso es verdadera Madre de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Es verdaderamente la Madre de Dios. Todos tenemos una madre, y es de verdad madre nuestra porque nos engendr y dio a luz. Mara engendr el cuerpo de Jess, en el que Dios infundi el alma; y en el mismo instante, a ese cuerpo y alma se uni la Segunda Persona de la Santsima Trinidad: el Verbo. De esta forma el Hijo de Dios se hizo hombre sin dejar de ser Dios. Mara llev durante nueve meses en su seno a Jesucristo, con su cuerpo, su alma y su Divinidad, despus de los cuales naci en Beln. Por eso es verdadera Madre de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Es verdaderamente la Madre de Dios.

    6. 2. Principales dogmas y privilegios marianos El don ms grande que Dios concedi a Mara Santsima es el de ser su Madre. Y, por ser su madre, la llen de gracia y de extraordinarios privilegios. Inmaculada Concepcin. Siempre virgen. Asuncin en cuerpo y alma en el cielo. Corredentora, Reina y Seora de todo lo creado, Madre de la Iglesia y Medianera de todas las gracias. Nuestra Madre El don ms grande que Dios concedi a Mara Santsima es el de ser su Madre. Y, por ser su madre, la llen de gracia y de extraordinarios privilegios. Queremos conocer muy bien a la Virgen, y por eso conviene saber lo que Dios ha hecho en Ella: a) La Inmaculada Concepcin. Esta prerrogativa significa directamente que la Virgen no tuvo pecado original; desde el mismo instante de su concepcin y en atencin a los mritos de su Hijo Jesucristo, Dios la preserv inmune de la culpa original. Pero supone al mismo tiempo que Dios la dot de santidad enteramente singular, como lo expres el arcngel San Gabriel al saludarla en el momento de la Anunciacin: "Dios te salve, llena de gracia" (Lucas 1,28). b) Fue siempre virgen. Es tambin dogma de la fe catlica que Mara fue siempre virgen: antes de engendrar a Cristo, en el nacimiento y despus de nacer. Por eso llamamos a Mara "La Virgen". c) La Asuncin. Mara est en cuerpo y alma en el cielo. Otro gran privilegio de Mara es que, despus de terminar el curso de esta vida, fue llevada en cuerpo y alma al cielo. d) Mas privilegios de la Virgen. Mara es tambin Corredentora, pues fue asociada por Cristo a la redencin del gnero humano. Es la Reina y Seora de todo lo creado, como decimos en el 5 misterio del Santo Rosario. Es Madre de la Iglesia y Medianera de todas las gracias. Y, sobre todo, para nosotros es nuestra Madre.El don ms grande que Dios concedi a Mara Santsima es el de ser su Madre. Y, por ser su madre, la llen de gracia y de extraordinarios privilegios. Queremos conocer muy bien a la Virgen, y por eso conviene saber lo que Dios ha hecho en Ella: a) La Inmaculada Concepcin. Esta prerrogativa significa directamente que la Virgen no tuvo pecado original; desde el mismo instante de su concepcin y en atencin a los mritos de su Hijo Jesucristo, Dios la preserv inmune de la culpa original. Pero supone al mismo tiempo que Dios la dot de santidad enteramente singular, como lo expres el arcngel San Gabriel al saludarla en el momento de la Anunciacin: "Dios te salve, llena de gracia" (Lucas 1,28). b) Fue siempre virgen. Es tambin dogma de la fe catlica que Mara fue siempre virgen: antes de engendrar a Cristo, en el nacimiento y despus de nacer. Por eso llamamos a Mara "La Virgen". c) La Asuncin. Mara est en cuerpo y alma en el cielo. Otro gran privilegio de Mara es que, despus de terminar el curso de esta vida, fue llevada en cuerpo y alma al cielo. d) Mas privilegios de la Virgen. Mara es tambin Corredentora, pues fue asociada por Cristo a la redencin del gnero humano. Es la Reina y Seora de todo lo creado, como decimos en el 5 misterio del Santo Rosario. Es Madre de la Iglesia y Medianera de todas las gracias. Y, sobre todo, para nosotros es nuestra Madre.

    7. 3. Mara es nuestra Madre Porque Jesucristo es nuestro hermano, "el primognito entre muchos hermanos" (Romanos 8,29). Porque Jesucristo nos la dio como Madre. "He ah a tu madre" (Juan 19,27). Porque Ella intercede por nosotros, nos ama como a hijos, y pide a Dios lo mejor para cada uno de nosotros. Es una maravilla saber que Dios adorn a su Madre con tantas gracias, queriendo que fuera tambin Madre nuestra. Sealemos las razones de su maternidad con nosotros: a) Porque Jesucristo es nuestro hermano. San Pablo dice que Jesucristo es "el primognito entre muchos hermanos" (Romanos 8,29). Luego, si Mara es la Madre de Jess, nuestro hermano, con toda razn podemos llamarla l y nosotros "Madre nuestra", aunque la maternidad con relacin a Cristo sea fsica y natural, mientras que, con relacin a nosotros, es maternidad espiritual. b) Porque Jesucristo nos la dio como Madre. Al pie de la cruz San Juan representaba a todos los hombres cuando Jesucristo le entreg a Mara como madre. A l, y a nosotros con l, dijo: "He ah a tu madre" (Juan 19,27). Desde aquel momento, todos los cristianos recibimos a Mara en nuestra casa, en nuestro corazn y la hemos de sentir como madre. c) Porque Ella intercede por nosotros. Los cristianos de todos los tiempos, y tambin nosotros, pedimos cosas a la Virgen, que est en cuerpo y alma en el cielo. Ella est all, pero nos escucha, nos ayuda, nos quiere. Cada uno de nosotros podra contar muchas cosas que Dios le ha concedido por intercesin de Mara, nuestra Madre. Muchsimas otras nos las concede sin que lo sepamos. Ella nos ama como a hijos, y pide a Dios lo mejor para cada uno de nosotros. Es una maravilla saber que Dios adorn a su Madre con tantas gracias, queriendo que fuera tambin Madre nuestra. Sealemos las razones de su maternidad con nosotros: a) Porque Jesucristo es nuestro hermano. San Pablo dice que Jesucristo es "el primognito entre muchos hermanos" (Romanos 8,29). Luego, si Mara es la Madre de Jess, nuestro hermano, con toda razn podemos llamarla l y nosotros "Madre nuestra", aunque la maternidad con relacin a Cristo sea fsica y natural, mientras que, con relacin a nosotros, es maternidad espiritual. b) Porque Jesucristo nos la dio como Madre. Al pie de la cruz San Juan representaba a todos los hombres cuando Jesucristo le entreg a Mara como madre. A l, y a nosotros con l, dijo: "He ah a tu madre" (Juan 19,27). Desde aquel momento, todos los cristianos recibimos a Mara en nuestra casa, en nuestro corazn y la hemos de sentir como madre. c) Porque Ella intercede por nosotros. Los cristianos de todos los tiempos, y tambin nosotros, pedimos cosas a la Virgen, que est en cuerpo y alma en el cielo. Ella est all, pero nos escucha, nos ayuda, nos quiere. Cada uno de nosotros podra contar muchas cosas que Dios le ha concedido por intercesin de Mara, nuestra Madre. Muchsimas otras nos las concede sin que lo sepamos. Ella nos ama como a hijos, y pide a Dios lo mejor para cada uno de nosotros.

    8. 4. Hemos de comportarnos como buenos hijos de la Virgen El buen hijo es el que corresponde al amor de su madre y lo demuestra con obras. Demostramos con obras que queremos a la Virgen, si nos comportamos como a Ella le gusta y vivimos alguna devocin mariana. Con nuestra madre de la tierra no nos conformamos con conocerla y saber que nos quiere y se preocupa de nosotros; el buen hijo es el que corresponde a ese amor y lo demuestra con obras: tiene con ella detalles de cario, le obedece en seguida, le ayuda, hace las cosas que le gustan y evita las que le disgustan, etc. Con nuestra Madre del cielo pasa lo mismo. Despus de conocerla muy bien, hemos de quererla con obras. Y demostramos con obras que queremos a la Virgen, si nos comportamos como a Ella le gusta y vivimos alguna devocin mariana. Con nuestra madre de la tierra no nos conformamos con conocerla y saber que nos quiere y se preocupa de nosotros; el buen hijo es el que corresponde a ese amor y lo demuestra con obras: tiene con ella detalles de cario, le obedece en seguida, le ayuda, hace las cosas que le gustan y evita las que le disgustan, etc. Con nuestra Madre del cielo pasa lo mismo. Despus de conocerla muy bien, hemos de quererla con obras. Y demostramos con obras que queremos a la Virgen, si nos comportamos como a Ella le gusta y vivimos alguna devocin mariana.

    9. Propsitos de vida cristiana

    10. Un propsito para avanzar Comprueba si vives alguna devocin mariana. De no hacerlo, puedes empezar por saludar a la Virgen al levantarte y acostarte. Aprender bien el Avemara y la Salve.

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