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Bienvenidos al Encuentro de Superiores Locales

Bienvenidos al Encuentro de Superiores Locales. Chipiona , 3 de septiembre de 2008. El servicio de la autoridad y la obediencia. Misioneros Claretianos – Provincia Bética.

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Bienvenidos al Encuentro de Superiores Locales

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  1. Bienvenidos al Encuentro de Superiores Locales

  2. Chipiona, 3 de septiembre de 2008 El servicio de la autoridad y la obediencia Misioneros Claretianos – Provincia Bética

  3. Oh, buen pastor, Jesús, pastor bueno, pastor clemente, pastor misericordioso: este pastor pobre y miserable levanta su grito hacia ti; un pastor débil, inexperto e inútil pero, así y todo, pastor de tus ovejas. Enséñame a mí, tu siervo, Señor, enséñame, te lo suplico, por medio de tu Espíritu Santo, cómo servir a mis hermanos y desgastarme por ellos. Concédeme, Señor, por tu gracia inefable, saber soportar con paciencia sus debilidades, saber compartir sus sufrimientos con benevolencia y prestarles ayuda con discreción. Que, enseñado por tu Espíritu, aprenda a consolar al triste, a fortalecer al pusilánime, a levantar al caído, a ser débil con los débiles, a indignarme con quien padece escándalo, a hacerme todo a todos para salvar a todos.

  4. Pon en mi boca palabras verdaderas, justas y agradables, que les edifiquen en la fe, en la esperanza y en la caridad, en la castidad y en la humildad, en la paciencia y en la obediencia, en el fervor del espíritu y en la entrega del corazón. Los confío a tus santas manos y a tu tierna providencia, para que nadie los arrebate de tu mano ni de la mano de tu siervo, a quien los has confiado, sino que perseveren con gozo en el santo propósito y, perseverando, obtengan la vida eterna, con tu ayuda, dulcísimo Señor nuestro, que vives y reinas por todos los siglos de los siglos. Amén. (Aelredo de Rievaulx, monje del siglo XII)

  5. introducción • DATOS GENERALES • DEL DOCUMENTO • Categoría: Instrucción. • Edita: CIVCSVA. • Fecha: 11 de mayo de 2008. • Firmas: Cardenal F. Rodé (Prefecto) y Gianfranco A. Gardin (Secretario). • Números: 31.

  6. introducción • DESDE DÓNDE • Búsqueda de Dios • Las palabras: búsqueda (21), buscar (13). • El objetivo: “Tu rostro buscaré, Señor” (Sal 26,8). • La comunidad: el grupo que “busca al Señor”. • Todos y algunosestán llamados a buscar la voluntad de Dios.

  7. introducción • Modelos de seguimiento de Cristo • El observante: cumplidor de las Reglas y Constituciones. • El comprometido: implicado en la transformación eclesial y social. • El peregrino: buscador en compañía de otros caminantes.

  8. introducción 12. En la vida consagrada, cada uno debe buscar con sinceridad la voluntad del Padre, porque, de otra forma, perdería sentido este género de vida. Pero es de gran importancia que esa búsqueda se haga en unión con los hermanos y hermanas; esto es justamente lo que une y hace familia unida a Cristo… La persona llamada a ejercer la autoridad debe saber que sólo podrá hacerlo si ella emprende aquella peregrinación que lleva a buscar con intensidad y rectitud la voluntad de Dios.

  9. introducción • CUÁNDO • Contexto autocéntrico • Lo positivo: respeto a la dignidad de la persona humana. • El riesgo: transformar la autonomía en independencia. • El desafío: realizar un camino de liberación (el Exodo como paradigma).

  10. introducción • PARA QUIÉNES • Consagrados • En especial: religiosos/as que viven en comunidad. • También: miembros de Sociedades de Vida Apostólica y demás consagrados.

  11. introducción • CÓMO • Diversos acentos • Diversidad: carismática, cultural, estilo de gobierno. • Diferencia: institutos masculinos y femeninos. • Nuevas problemáticas: relación con laicos, tensión local-central, sinodalidad de los Capítulos, etc.

  12. introducción • POR QUÉ • Cambios culturales • Positivos: Valor de la persona individual, espiritualidad de comunión, misión compartida. • Cautelas: autorrealización y proyecto comunitario, búsqueda del bienestar personal, excesiva uniformidad, equilibrio sujeto-comunidad.

  13. introducción • OBJETIVO Y ESTRUCTURA • El objetivo es reafirmar que tanto la obediencia como la autoridad tienen siempre una relación peculiar con el Señor Jesús, Siervo obediente. • La estructura: Consagración (1), Comunión (2), Misión (3). • La continuidad: PI (1990), VFC (1994), VC (1996), CdC (2002).

  14. introducción • OBSERVACIONES • Oportunidad: ¿Por qué no un documento sobre la castidad o la pobreza? • Palabras clave: autoridad (112), obediencia (96), voluntad de Dios (69), servicio (37), búsqueda (21), buscar (13). • Modelos: Benito de Nursia (5), Francisco de Asís (5), Bernardo de Claraval (3), Ignacio de Loyola (2), Clara de Asís (1). • Estilo: claro, sobrio, espiritual.

  15. I Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  16. 1. ¿A quién estamos buscando? • La pregunta de Jesús: ¿Qué buscáis? (Jn 1,38). • Nuestras preguntas: ¿Qué busca tu corazón? ¿Por qué cosas te afanas? ¿Te estás buscando a ti mismo o buscas al Señor tu Dios? • Lo que Claret buscaba: “Conocer, amar, servir y alabar a Dios” (cfAut 200 ss). 1. Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  17. El objeto de la búsqueda: “Tu rostro buscaré, Señor” (Sal 26,8). • Cómo se busca: “Me pregunto por el qué de la realidad, por si ese qué fuera un quién y ese quién tuviera algo que ver conmigo y yo con él” (Glez. de Cardedal). • Búsqueda y obediencia: “Buscar la voluntad de Dios significa buscar una voluntad amiga, benévola, que quiere nuestra realización … En esta viaamorisse abre la flor de la escucha y la obediencia” (n. 4). 1. Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  18. 2. La obediencia como “escucha” • Obediencia y filiación: “La obediencia es ante todo actitud filial. Es un particular tipo de escucha que sólo puede prestar un hijo a su padre, por tener la certeza de que el padre sólo tiene cosas buenas que decir y dar al hijo” (n. 5) • Obediencia y libertad: Obedeciendo, el creyente crece y alcanza su plena libertad. 1. Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  19. 3. Obediencia a la Palabra de Dios • La Palabra llama a la existencia: “Esa obediencia alcanza plena expresión cuando la criatura es libre de reconocerse y aceptarse como don del Creador, de decir «sí» a su procedencia de Dios” (n. 7). • La Palabra nos revela a Dios. • La Palabra nos educa, alimenta, da paz y gozo, nos hace sensibles y disponibles. 1. Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  20. 4. Seguimos a Jesús, Hijo obediente al Padre • En Cristo todo es escucha y acogida del Padre. Él pertenece al pueblo “Hinnení”. • La obediencia se manifestó de manera dramática en su muerte en cruz. • El nos desvela la naturaleza filial de toda obediencia cristiana. • Antes que ser modelo, Cristo es Aquel a quien se dirige toda obediencia cristiana. 1. Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  21. 5. Obedecemos a Dios a través de mediaciones • Dios nos manifiesta su voluntad a través de la moción del Espíritu: “El os guiará a la verdad completa” (Jn 16,13). • Hay otras mediaciones externas: avatares de la vida, exigencias vocacionales, leyes sociales, disposiciones de los líderes. • Nosotros seguimos a Cristo dentro de un “proyecto evangélico”aprobado por la Iglesia. 1. Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  22. “ En consecuencia, la Regla y las demás ordenaciones de vida se convierten también en mediación de la voluntad del Señor: mediación humana, sí, pero autorizada; imperfecta y al mismo tiempo vinculante; punto de partida del que arrancar cada día y punto también que sobrepasar con impulso generoso y creativo hacia la santidad que Dios «quiere» para cada consagrado. En este camino, la autoridad tiene la obligación pastoral de guiar y decidir. Es evidente que todo esto será vivido de manera coherente y fructuosa sólo si se mantienen vivos el deseo de conocer y hacer la voluntad de Dios, así como la conciencia de la propia fragilidad y la aceptación de la validez de las mediaciones específicas, incluso cuando no se llega a captar del todo las razones que presentan” (n. 9). 1. Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  23. 6. El aprendizaje de la obediencia • En las dificultades y pruebas de la vida cotidiana. Existe una relaciónmisteriosa entre renuncia y alegría, sacrificio y amplitud de corazón, disciplina y libertad. • En la luz y la fuerza del Espíritu que el Padre siempre concede. 1. Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  24. 7. Autoridad al servicio de la obediencia a la voluntad de Dios • Sin búsqueda personal de la voluntad de Dios no tiene sentido este género de vida. • La autoridad está al servicio de esta búsqueda, que se realiza a través de la oración, la reflexión y el consejo. • Autoridad y obediencia son dos dimensiones de la misma realidad evangélica. 1. Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  25. 8. Siete prioridades en el servicio de la autoridad 1) La autoridad es, ante todo, autoridad espiritual. Se pone al servicio de la acción del Espíritu Santo en cada uno. 2) Tiene que garantizar a la comunidad el tiempo y la calidad de la oración. La escucha de la Palabra y la celebración y adoración de la Eucaristía son las dos expresiones fundamentales. 1. Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  26. 3) Está llamada a promover la dignidad de la persona. Respeto a la persona en el marco de la comunión. • 4) Está llamada a infundir ánimo y esperanza en las dificultades. Recordar el valor de este género de vida, no retroceder en los momentos críticos, curar las heridas, acompañar siempre. • 5) Está llamada a mantener vivo el carisma. Esto exige conocimiento, personalización, sintonía con el instituto y capacidad de interpretación. 1. Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  27. 6) Está llamada a mantener vivo el “sentire cum ecclesia”. No somos navegantes solitarios. Vamos en la barca de Pedro que resiste a la tormenta. Obediencia a los pastores y al Papa. • 7) Está llamada a acompañar el camino de la formación permanente. En especial: compartir la Palabra, proyecto personal y comunitario, discernimiento comunitario, revisión de v ida, corrección fraterna. 1. Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  28. 9. El servicio de la autoridad a la luz de las normas eclesiales • (CDC 617-619) • Obediencia del Superior. El superior debe ser el primer obediente: a Dios, a la Iglesia, al Instituto. • Espíritu de servicio. Servir sin dominio y sin paternalismo, confiando en todos. 1. Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  29. Solicitud pastoral “para edificar una comunidad fraterna en Cristo”. Para ello, ayuden a los hermanos “en sus necesidades personales, cuiden con solicitud y visiten a los enfermos, corrijan a los revoltosos, consuelen a los pusilánimes y tengan paciencia con todos” (c. 619). 1. Consagración y búsqueda de la voluntad de Dios

  30. II Autoridad y obediencia en la vida fraterna

  31. 1. El mandamiento nuevo • Los “buscadores de Dios” reciben el mandamiento de amarle a Él y a los hermanos. • “La construcción de comunidades fraternas constituye uno de los compromisos fundamentales de la vida consagrada” (n. 16). • La obediencia y la autoridad contribuyen positivamente a esa construcción. 2. Autoridad y obediencia en la vida fraterna

  32. 2. Acentos del mandamiento nuevo • La autoridad está al servicio de la comunidad y ésta al servicio del Reino. • Los miembros de la comunidad, dóciles al Espíritu, simbolizan la unidad de la Iglesia. La obediencia supera el peligro de la fragmentación. • La espiritualidad de comunión abre perspectivas a la santidad comunitaria, testimonio actual de la unidad. 2. Autoridad y obediencia en la vida fraterna

  33. 3. El papel de la autoridad en el crecimiento de la fraternidad • El servicio de la escucha. Quien no sabe escuchar al hermano no puede escuchar a Dios. • La creación de un clima favorable al diálogo, la participación y la corresponsabilidad. La comunicación fluida evita los peligros de aislamiento, infantilismo e inhibición. 2. Autoridad y obediencia en la vida fraterna

  34. Favorecer la contribución de todos en los asuntos comunes. (El superior es como un director de orquesta). • Aprovechar los dones de cada uno al servicio de las personas y de la comunidad. (El superior es un estratega). 2. Autoridad y obediencia en la vida fraterna

  35. Promover el discernimiento comunitario. (El superior es un “hombre de Espíritu”). Cultivar algunas actitudes: • No buscar más que la voluntad divina. • Reconocer en cada hermano la capacidad de conocer la verdad. • Atención a los signos de los tiempos. • Estar libres de prejuicios. • Valentía para dar razón de las propias ideas y abrirse a nuevas perspectivas. • Propósito de mantener la unidad. 2. Autoridad y obediencia en la vida fraterna

  36. Ser paciente en el proceso de discernimiento y ser firme en la puesta en práctica de lo decidido. (La comunidad no puede estar en proceso constante de discernimiento). • Estimular la obediencia de unos a otros, como mediaciones de la voluntad de Dios: “Ciertamente no es libre el que está convencido de que sus ideas y soluciones son siempre las mejores; el que cree poder decidir solo, sin falta de mediaciones que le muestren la voluntad divina; el que siempre tiene la razón y no duda de que son los otros quienes deben cambiar; el que solamente piensa en sus cosas y no se interesa por las necesidades de los demás; el que piensa que la obediencia es cosa de otros tiempos y algo impresentable en nuestro mundo desarrollado” (n. 21) 2. Autoridad y obediencia en la vida fraterna

  37. 4. Autoridad y humildad • Hoy el servicio de autoridad es más una carga que un honor. No hay que olvidar, sin embargo, que se trata de un servicio humilde. • Quien busca afirmarse a través del cargo se coloca fuera de la perspectiva evangélica. • La obediencia se hace más llevadera cuando la autoridad se pone al servicio humilde y diligente de la fraternidad. • El modelo es el Cristo Pastor, que entrega su vida por las ovejas. 2. Autoridad y obediencia en la vida fraterna

  38. III En misión

  39. 1. En misión, como Jesús • En Jesús vemos que misión y obediencia se implican mutuamente. El es el “enviado del Padre para hacer su voluntad”. • Sin obediencia, la misión queda reducida a mera profesión en vistas a la propia realización. • “Quien obedece tiene la garantía de estar en misión, siguiendo al Señor y no buscando los propios deseos y expectativas” (VC, 92). 3. En misión

  40. 2. Autoridad y misión • En el pasado se corrió el riesgo de prestar atención a la gestión de las obras sin atender suficientemente a las personas. Hoy, por temor a herir a las personas, se pueden desatender las exigencias de la misión común. • Seis tareas del superior en la misión: • Animar a asumir responsabilidades y respetarlas una vez asumidas. • Invitar a afrontar las diferencias en espíritu de comunión. 3. En misión

  41. Mantener el equilibrio entre las varias dimensiones de la vida consagrada (ad intray ad extra). • Tener un corazón misericordioso para comprender las debilidades y perdonar. • Tener sentido de la justicia: “La comprensión con el hermano no puede excluir la justicia, sobre todo si se trata de personas indefensas y víctimas de abusos” (n. 25, e). • Promover la colaboración con los laicos definiendo competencias. 3. En misión

  42. 3. Los casos difíciles de la obediencia • La obediencia puede resultar a veces difícil y aun absurda. Es necesario entonces un diálogo franco y confiado. • Los difíciles “síes” pueden ser expresión de suprema libertad y entrega. • Obediencia y objeción de conciencia. Es importante no confundir la voz de la conciencia con el propio gusto o capricho, sin referencia a un marco objetivo. 3. En misión

  43. “En consecuencia, la persona consagrada deberá reflexionar con calma antes de concluir que la voluntad de Dios la expresa, más que el mandato recibido, lo que ella siente en su interior. Y tendrá que recordar que la ley de la mediación rige en todos los casos, absteniéndose de tomar decisiones graves sin contraste ni comprobación alguna. No se discute, ciertamente, que lo importante es llegar a conocer y cumplir la voluntad de Dios; pero debería ser igual de indiscutible que la persona consagrada se ha comprometido con voto a captar esta santa voluntad a través de determinadas mediaciones. Afirmar que lo que cuenta es la voluntad de Dios y no las mediaciones, y rechazar éstas o aceptarlas sólo a conveniencia, puede quitar significado al voto y vaciar la propia vida de una de sus características esenciales” (n. 27). 3. En misión

  44. 4. Los casos difíciles de la autoridad • La autoridad puede caer en el desánimo y el desencanto: problemas difíciles, problemas irresolubles, etc. Tentación de convertirse en “gestores de la rutina”. • El oficio es un acto de amor: “¿Me amas más que estos?”. • El sufrimiento y la soledad que a veces comporta son fecundos evangélicamente hablando. 3. En misión

  45. 5. Obedientes hasta el final • La vida entera es búsqueda de Dios. Cada día es un acto de escucha. • El Padre no nos abandona nunca, ni siquiera cuando nos sometemos a la mediación de los hermanos. • Hemos venido a la vida con un acto de obediencia inconsciente. La concluimos con otro acto de obediencia que desearíamos plenamente libre y consciente. 3. En misión

  46. conclusión • Autoridad y obediencia pierden su significado si se desconectan de la búsqueda de Dios y se entienden solo como instancias organizativas. • Obediencia y libertad son dos dimensiones de una única realidad: la entrega a Dios como fuente y culmen de nuestra vida. • Sin obediencia la misión de la vida religiosa queda reducida a simple función. • La obediencia exige un continuo ejercicio de escucha: de Dios, de los demás, del mundo.

  47. Dulce y santa Virgen María, en el momento del anuncio del ángel, con tu obediencia creyente e interpelante, nos diste a Cristo. En Caná nos mostraste, con tu corazón atento, cómo actuar con responsabilidad. No esperaste pasivamente la intervención de tu Hijo, sino que te le adelantaste, haciéndole saber las necesidades y tomando, con discreta autoridad, la iniciativa de mandarle a los sirvientes. A los pies de la cruz, la obediencia te hizo Madre de la Iglesia y de los creyentes, en tanto que en el Cenáculo todos los discípulos reconocieron en ti la dulce autoridad del amor y del servicio.

  48. Ayúdanos a comprender que toda autoridad verdadera en la Iglesia y en la vida consagrada tiene su fundamento en ser dóciles a la voluntad de Dios y, de hecho, cada uno de nosotros se convierte en autoridad para los demás con la propia vida vivida en obediencia a Dios. Madre clemente y piadosa, «Tú, que has hecho la voluntad del Padre, disponible en la obediencia», vuelve nuestra vida atenta a la Palabra, fiel en el seguimiento de Jesús Señor y Siervo, en la luz y con la fuerza del Espíritu Santo, alegre en la comunión fraterna, generosa en la misión, solícita en el servicio de los pobres, a la espera de aquel día cuando la obediencia de la fe culminará en la fiesta del Amor sin fin.

  49. PARA LA REUNIÓN DE GRUPOS 1. ¿Cuáles son las principales dificultades que encontramos en nuestras comunidades en relación con la práctica de la autoridad y la obediencia?

  50. PARA LA REUNIÓN DE GRUPOS 2. ¿Qué tres afirmaciones nos han llamado más la atención de la instrucción de la Santa Sede sobre la autoridad y la obediencia?

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