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La sanidad divina. 4 razones para creer que Dios sana hoy. 1ª - Se encuentra en la Biblia. Jesucristo revelado en las Escrituras como sanador es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos, Hebreos 13.8.
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1ª - Se encuentra en la Biblia. Jesucristo revelado en las Escrituras como sanador es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos, Hebreos 13.8. • 2ª - La sanidad se encuentra dentro de la obra expiatoria de Cristo. La salvación incluye la sanidad de nuestra vida en todos sus aspectos. • 3ª - El ser humano es espíritu, alma, y cuerpo, por lo tanto la salvación deberá tener aplicación al ser humano en cada una de las áreas que lo forman. • 1ª Tesalonicenses 5.23 • 4ª - La salvación es en última instancia una restauración del mundo caído.
Dios no quiere el sufrimiento del ser humano, y así fue en su creación. La Biblia enseña que el sufrimiento humano es consecuencia de la caída de Adán, no de la voluntad de Dios. El pecado y la enfermedad fueron obra del hombre, y lo que hizo Dios fue llegar al extremo para corregir esta obra por medio de su plan de redención. La experiencia presente del universo creado no se debe a la voluntad de Dios, sino al hecho de que el cosmos es el mundo apartado de Dios. Los milagros de sanidades hechos por Jesús hablan del anhelo por parte de Dios de restaurar físicamente y no tan sólo espiritualmente a la humanidad quebrantada.
En el pensamiento judío, el sufrimiento físico y el pecado siempre iban asociados de cierta manera. Hay muchos pasajes bíblicos que relacionan el pecado y la enfermedad, y, consecuentemente, el perdón y la sanidad. Nada hay sano en mi carne a causa de tu ira; ni hay paz en mis huesos a causa de mi pecado. Salmo 38.3 Fueron afligidos los insensatos a causa del camino de su rebelión y a causa de sus maldades; Salmo 107.17 En este último texto, la palabra “aflicción” significa “enfermedad”, y demuestra que este versículo hace resaltar la conexión entre la enfermedad y el pecado.
En el Nuevo Testamento vemos que aunque Jesús no aceptara un dogma sobre una retribución mecánica, hay numerosas indicaciones de que la enfermedad y el pecado estaban conectados algunas veces. Juan 9.1-3.
La relación entre lo demoniaco y la enfermedad. Hay una gran cantidad de evidencias en las Escrituras, en especial en los evangelios, que apuntan la realidad de que algunas enfermedades son de origen demoniaco. Lucas 13.11-17: La mujer encorvada Mateo 9.32-34: El hombre mudo
Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo • presentan a Dios como Sanador. • En el Antiguo Testamento, Dios impuso el que se guardara la ley como condición para experimentar los beneficios de la sanidad. • El Nuevo Testamento muestra que los beneficios de la sanidad están abiertos a todos los que se vuelvan a Dios a través de Jesús en una fe confiada. • En todas las secciones de las Escrituras judías la imagen de Yahwé como sanador se halla presente como un aspecto central de la relación entre Dios y el pueblo del pacto. • Les dijo: «Si escuchas atentamente la voz de Jehová, tu Dios, y haces lo recto delante de sus ojos, das oído a sus mandamientos y guardas todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié sobre los egipcios traeré sobre ti, porque yo soy Jehová, tu sanador». Éxodo 15.26
El concepto de que a Dios le interesa el alma, y no la persona total, es ajeno a las Escrituras. El evangelio completo para la persona completa es un tema vital para la predicación y enseñanza de hoy. La costumbre de rebajar al cuerpo y al mundo material era algo prominente entre muchos de los primeros filósofos griegos. Platón consideraba al cuerpo (gr. soma) como una tumba o sepultura (gr. sema). Una razón por la que muchos teólogos de hoy muestran tanta resistencia a incluir la sanidad divina en la expiación es esta lamentable herencia de conceptos incorrectos sobre la naturaleza de los seres humanos. La Biblia presenta a la naturaleza humana como una unidad. Es la persona toda, la que es redimida por Cristo. 1ª Tesalonicenses 5.23
El correlativo de la doctrina de la reconciliación es “restauración y sanidad”. Así, una persona que haya recibido la salvación y haya sido internamente santificada, y restaurada espiritual y emocionalmente por el Espíritu Santo, no tiene menos necesidad o derecho de estar físicamente sana. Ireneo, uno de los primeros padres de la iglesia, creía que la salvación rescataba “al cuerpo, no del cuerpo”.
Los 2 textos claves
Probablemente dos de los textos más importantes para entender la relación entre la obra expiatoria de Jesús y la sanidad sean los siguientes: Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, ¡pero nosotros lo tuvimos por azotado, como herido y afligido por Dios! Mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por sus llagas fuimos nosotros curados. ISAÍAS 53.4, 5 Para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: «Él mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias». MATEO 8.17
Antes de la caída en el huerto del Edén había una situación de paz (hebreo shalom). Es una experiencia de salud y bienestar desprovista de sufrimiento, además de tener paz con Dios. La obra de Cristo en la cruz es la restauración del shalom. El saludo típico de las epístolas paulinas es una oración por los creyentes, para que experimenten la gracia y el shalom que se encuentra en Cristo. Este shalom por el que sufrió Cristo no se debe entender como lo entienden muchos creyentes: sola y exclusivamente la paz psicológica o emocional. El shalom por el que Cristo sufrió, murió y resucitó es un shalom para toda la persona: cuerpo, alma y espíritu.
Retos desde el mundo secular: • 1º - La negación rotunda de lo sobrenatural. • 2º - Comparar los milagros del Nuevo testamento con la magia pagana del primer siglo. • Retos procedentes de cristianos: • 1º - El del protestantismo liberal. Muchos de estos liberales descartan la sanidad divina, apoyados en una posición filosófica que han abrazado. • 2º - La negación de lo demoniaco. • 3º - La creencia en la cesación de los carismas. • 4º - El determinismo divino. Creer que Dios escoge a algunas personas para santificarlas a través de la enfermedad y que nada se puede hacer entonces.
- ¿Por qué se sanan unos, y otros no? • - Si la sanidad está incluida en la expiación, ¿por qué no podemos estar seguros de nuestra sanidad, como lo estamos de nuestra salvación? • - ¿Por qué eran sanados todos los creyentes en el Nuevo testamento, pero no lo son todos los creyentes hoy en día? • - ¿No se debiera considerar la sanidad divina más como la excepción, que como la regla?
¿Por qué se sanan unos, y otros no? - Algunos están enfermos debido a los efectos del pecado. 1ª Corintios 11.27-30. - Dios esté tratando de enseñarnos algo, como hizo con Pablo (2ª Corintios 12.7), o con Job. - Otra cuestión, es el momento adecuado. - La falta de fe también puede ser un impedimento para recibir la sanidad.
Si la sanidad está incluida en la expiación, ¿por qué no podemos estar seguros de nuestra sanidad, como lo estamos de nuestra salvación? Hay quienes piensan que la sanidad no ocupa el mismo lugar que la salvación en la expiación. Pero leyendo las escrituras entendemos que es obvio que la voluntad de Dios es sanarnos.
¿Por qué eran sanados todos los creyentes en el Nuevo testamento, pero no lo son todos los creyentes hoy en día? Algunos pasajes bíblicos sugieren que no todos eran sanados: - Pablo - Epafrodito. Filipenses 2.25-27 - Timoteo. 1ª Timoteo 5.23
¿No se debiera considerar la sanidad divina más como la excepción, que como la regla? Necesitamos estar profundamente conscientes, tanto del interés de Dios en sus hijos, como su deseo de formar parte de nuestra vida de una manera sobrenatural. Hablar de la sanidad de Dios como algo excepcional e inesperado es contrario al espíritu de las escrituras, donde encontramos un Padre amoroso que desea el bien para sus hijos.
El Maestro nos ha llamado a predicar el evangelio completo a la persona completa hasta que él vuelva de nuevo. Esto comprende la sanidad sobrenatural del cuerpo, tanto como la del alma. Pero cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. 1ª Corintios 13.10