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FAMILIA, SOCIEDAD ORIGINARIA, 1

MFa 98 de 107. FAMILIA, SOCIEDAD ORIGINARIA, 1. CCE 2207 : “La familia es la célula original de la vida social . Es la sociedad natural donde el hom- bre y la mujer son llamados al don de sí en el a- mor y en el don de la vida. La autoridad, la esta-

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FAMILIA, SOCIEDAD ORIGINARIA, 1

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  1. MFa 98 de 107 FAMILIA, SOCIEDAD ORIGINARIA, 1 CCE 2207: “La familia es la célula original de la vida social. Es la sociedad natural donde el hom- bre y la mujer son llamados al don de sí en el a- mor y en el don de la vida. La autoridad, la esta- bilidad y la vida de relación en el seno de la fami- lia constituyen los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad”. “La familia es la comunidad en la que, desde la infancia, se puede aprender los valores morales, comenzar a honrar a Dios y a usar bien de la libertad. La vida de familia es iniciación a la vida en sociedad” (Idem).

  2. MFa 99 de 107 FAMILIA, SOCIEDAD ORIGINARIA, 2 Existen teorías que atribuyen un origen artificial a la sociedad: postulan que lo propio y natural en el hombre sería el individua- lismo egoísta, y que sólo por intereses prácticos se habría llegado a un acuerdo o contrato social para organizarse colectivamente. Frente a estas teorías, la doctrina católica ha profundizado en la concepción del hombre -presente ya en la filosofía griega- como un ser social por naturaleza. El modelo para en- tender y construir la sociedad, y el lugar donde se aprende naturalmente a vivir en sociedad de un modo verdaderamente humano es la familia.

  3. MFa 100 de 107 FAMILIA, SOCIEDAD ORIGINARIA, 3 En el decálogo, los tres primeros mandamientos se refieren al amor de Dios y los otros siete al amor del prójimo. No es casual que el cuarto manda- miento figure como punto de enlace y tránsito entre los tres anteriores y los seis posteriores. En las relaciones familiares se continúa en cierto modo aquella mis- teriosa compenetración entre el amor divino y el humano que está en el origen de la persona, por lo que el amor a los padres, y la co- munión familiar que deriva de él, participa de una manera particu- lar del amor a Dios. A su vez, el amor al prójimo “como a sí mismo” se da con una es- pecial naturalidad en la familia.

  4. MFa 101 de 107 FAMILIA, SOCIEDAD ORIGINARIA, 4 La familia es el lugar originario en que cada persona es acogida y amada incondicionalmente: no por lo que tiene o por lo que puede proporcionar, sino por lo que es. “La familia es la primera y fundamental escuela de sociabilidad” (Familiaris consortio 17). Por ser la sede natural de la educación para el amor, constituye el “instrumento más eficaz de humaniza- ción y personalización de la sociedad: colabora de manera origi- nal y profunda a la construcción del mundo” (Idem 43). El amor es el reconocimiento y el trato que exige la dignidad de la persona y, por tanto, el único fundamento verdadero de una sociedad plenamente humana: la que Juan Pablo II llamó “civilización del amor”.

  5. MFa 102 de 107 FAMILIA, SOCIEDAD ORIGINARIA, 5 Las opciones familiares a la carta que pre- tenden acompañar o sustituir en la norma- lidad social a la familia de fundación ma- trimonial no son verdaderas alternativas. No responden en plenitud a las exigencias propias del amor conyugal, que siguen a la verdad de la naturaleza humana. Del falseamiento de la célula primaria de la sociedad deriva nece- sariamente un deterioro del tejido social de consecuencias incal- culables, teniendo en cuenta la función humanizadora de la familia. La crisis de la familia constituye un grave daño para nuestra misma civilización.

  6. MFa 103 de 107 FAMILIA, SOCIEDAD ORIGINARIA, 6 La humanidad, y las instituciones sociales en que se articula y or- ganiza, sólo puede interpretarse adecuadamente a sí misma y per- petuarse con autenticidad a través de la familia fundada en el ma- trimonio, que no es correcta por ser tradicional, sino al contrario. La familia de fundación matrimonial se ha convertido histórica- mente en tradicional porque es la única que acoge de modo ple- no la verdad de la persona humana, varón y mujer. Por eso, la familia es bien común de la humani- dad, no sólo patrimonio de los creyentes; y por eso protegerla y promoverla constituye una de las maneras más decisivas de proteger al hom- bre y promover el bien de la sociedad.

  7. MFa 104 de 107 FAMILIA, SOCIEDAD ORIGINARIA, 7 La relación ideal entre familia y sociedad debería ser de apoyo recíproco, de interacción enriquece- dora y de mutua defensa. La sociedad puede favo- recer mucho el desarrollo adecuado de la familia; y la familia puede contribuir decisivamente a la construcción de una sociedad estructurada, soli- daria y rica en humanidad. Por su propia naturaleza, la familia puede actuar eficazmente en el campo inmenso de las iniciativas y obras de caridad, solidari- dad, hospitalidad, asistencia y servicio. “Las familias deben cre- cer en la conciencia de ser ‘protagonistas’ de la llamada ‘políti- ca familiar’, y asumir la responsabilidad de cambiar la sociedad” (Familiaris consortio 44).

  8. MFa 105 de 107 FAMILIA, SOCIEDAD ORIGINARIA, 8 La familia debe “asumir la responsabilidad de cambiar la sociedad” precisamente porque puede: porque en ella (y especialmente en la familia cristiana, por la gracia del sacramento del matrimonio) se encuentra la fuerza originaria capaz de edificar una sociedad digna de los hijos de Dios. No se trata de una acción de tipo directamente políti- co (en el sentido de actividad de partido), ni tampoco de una actuación confesional: se trata de la expresión solidaria de quienes son plenamente ciudadanos y persiguen un reconocimiento y una ayuda mejores para el matrimonio y la familia, bien común de toda la sociedad. La fuerza social de las familias unidas puede ser decisiva en muchas materias.

  9. MFa 106 de 107 FAMILIA, SOCIEDAD ORIGINARIA, 9 Cuando cunde en familias concretas un estilo de vida que no refleja adecuadamente la belleza y la verdad de la institución familiar, cuando hay cón- yuges que no se comportan como deben en cuanto esposos y en cuanto padres o madres, la familia se expone a sufrir daños profundos en su imagen y en su realización. La familia está llamada a ser el primer defensor de sí misma y de su influjo social, comenzando por ser el primer testigo de su pro- pia naturaleza y de su valor único. Ese protagonismo insustituible de la familia pasa necesariamente por su testimonio coherente de una vida conyugal y familiar plenamente humana y plenamente cristiana.

  10. MFa 107 de 107 FAMILIA, SOCIEDAD ORIGINARIA, 10 El trato enamorado y fiel de los cónyuges entre sí, el modo de educar a los hijos y de transmitir los valores y la fe, las relacio- nes entre los diversos miembros de la familia, la capacidad de crear y extender un ámbito de comprensión y unidad, la apertu- ra a otras familias, a otras instituciones, y especialmente a los más necesitados, son la forma más elocuente de defender la rea- lidad de la propia familia de fundación matrimonial, de mostrar su belleza como el centro y el corazón de la civilización del amor. En lo espiritual como en lo humano, “el futuro de la humanidad se fragua en la familia” (Familiaris consortio 86).

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