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AleN. En el majestuoso conjunto de la creación, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y de vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna. Gustavo Adolfo Bequer. Anoche a la luna, una estrella peregrina le trenzó sus cabellos
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AleN En el majestuoso conjunto de la creación, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y de vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna. Gustavo Adolfo Bequer
Anoche a la luna, una estrella peregrina le trenzó sus cabellos en serpentina, y los cromó de tinte.
Bajo la bóveda celeste en el paritorio del hospital del universo, la comadrona para aliviar el dolor, le recitaba un verso a la diosa del amor
Un grito se escuchó, la pamela que a la noche encandila cuando la oscuridad ilumina, ¡acaba de dar a luz!
Por la sagrada cueva santuario de la rosa de la pasión, donde se postra el varón y entra el lirio en función ¡por ahí, por ahí, por ahí! se desprendió la placenta y el retoño lunático en luz.
En la órbita de Urano, juegan estrellas y cometas al juego de la mano, entre tirada y tirada un mano a mano y tiro con la otra mano
Los astros cantan ¡quién será el padre de la criatura! unos dicen que el sol, otros que Plutón que un día la cortejó, y el despistado que fue un astro enamorado
Sobre la faz de la tierra el infante caballero Lorenzo, mece la cuna de cristal torneado, engalanada de rosas de coral y le canta canciones de amor
Avezado lector solo lo sabemos tú y yo quien fue el varón que la engendró y la pluma del poeta que en el registro la asentó, María del Cielo Ojos de Luna hija de padre desconocido y de madre la Luna
Autor: AYURVEDA Enero 2005 Presentación: MARCIA