Facundo (1845), de Domingo Faustino Sarmiento (pp. 137-153 del libro de texto).

1. Repaso de Span320(LO QUE HEMOS HECHO, entrada del 13 de noviembre) • Facundo (1845), de Domingo Faustino Sarmiento (pp. 137-153 del libro de texto). • Político, militar, pedagogo, escritor, periodista. • Presidente de la República Argentina (1868-1874). • Instaura la educación universal gratuita (1882). • Sin embargo, no puede evitar caer en el eurocentrismo: el progreso de la Argentina pasa por la desaparición de los “salvajes” (“gauchos” e “indios”…):

2. La ciudad es el centro de la civilización argentina, española, europea; allí están los talleres de las artes, las tiendas del comercio, las escuelas y colegios, los juzgados, todo lo que caracteriza, en fin, a los pueblos cultos. La elegancia en los modales, las comodidades del lujo, los vestidos europeos, el frac y la levita tiene allí su teatro y su lugar conveniente … El desierto circunda [las ciudades argentinas] a más o menos distancia: las cerca, las oprime; la naturaleza salvaje las reduce aunos estrechos oasis de civilización. … El hombre de la ciudad viste el traje europeo, vive de la vida civilizada, tal como la conocemos en todas partes: allí están las leyes, las ideas de progreso, los medios de instrucción, alguna organización municipal, el gobierno regular, etc. Saliendo del recinto de la ciudad, todo cambia de aspecto: el hombre de campo lleva otro traje, que llamaré americano, por ser común a todos los pueblos; sus hábitos de vida son diversos; sus necesidades, peculiares y limitadas; parecen dos sociedades distintas, dos pueblos extraños uno de otro. Aún hay más: el hombre de la campaña, lejos de aspirar a semejarse al de la ciudad, rechaza con desdén su lujo y sus modales corteses, y el vestido del ciudadano, el frac, la capa, la silla, ningún signo europeo puede presentarse impunemente en la campaña. Todo lo que hay de civilizado en la ciudad está bloqueado allí, proscripto afuera, y el que osara mostrarse con levita, por ejemplo, y montado en silla inglesa, atraería sobre sí las burlas y las agresiones brutales de los campesinos. Facundo, cap. I (p. 143 del libro de texto)

3. El elemento principal de orden y moralización que la República Argentina cuenta hoy es la inmigracióneuropea … El día que un gobierno nuevo dirija a objetos de utilidad nacional los millones que hoy se gastan en hacer guerras desastrosas e inútiles y en pagar criminales … la inmigración industriosa de la Europa se dirigirá en masa al Río de la Plata; el Nuevo Gobierno se encargará de distribuirla por las provincias: los ingenieros de la República irán a trazar, en todos los puntos convenientes, los planos de las ciudades y villas que deberán construir para su residencia, y terrenos feraces les serán adjudicados, y en diez años quedarán todas las márgenes de los ríos cubiertas de ciudades, y la República doblará su población con vecinos activos, morales e industriosos … El año 1835 emigraron a Norteamérica quinientas mil seiscientas cincuenta almas; ¿por qué no emigrarían a la República Argentina cien mil por año …? Pues bien: cien mil por año harían en diez años un millón de europeos industriosos diseminados por toda la República, enseñándonos a trabajar, explotando nuevas riquezas y enriqueciendo al país con sus propiedades; y con un millón de hombres civilizados, la guerra civil es imposible. Facundo, casi al final de la obra

4. Facundo (1845), de Domingo Faustino Sarmiento (pp. 137-153 del libro de texto). • Político, militar, pedagogo, escritor, periodista. • Presidente de la República Argentina (1868-1874). • Instaura la educación universal gratuita. • Sin embargo, no puede evitar caer en el eurocentrismo: el progreso de la Argentina pasa por la desaparición de los “salvajes” (“gauchos” e “indios”…): “Sarmiento veía en las grandes extensiones despobladas el gran mal que aquejaba al país. Las ciudades eran islotes de civilización rodeadas por la barbarie … El gaucho era producto de este medio, donde la fuerza física imperaba a expensas del intelecto, la disciplina, el hábito de trabajo y el respeto a la ley … Como civilizador, … creía que el gaucho y su forma de vida debían desaparecer para dar paso a la civilización y al progreso … Para curar estos males proponía poblar, cultuvar la tierra, educar, introducir la ciencia y la técnica y transplantar los modelos de organización creados por la cultura europea.” (Libro de texto, pp. 138-139)

5. Facundo(1845), de Domingo Faustino Sarmiento (pp. 137-153 del libro de texto). • Con Facundo proseguimos la perspectiva a partir de la cual hemos leído varios documentos literarios de Hispanoamérica de tiempos coloniales y del siglo XIX: la problemática de la ciudad letrada: • El proyecto “civilizador” (de civitas, “ciudad” en latín) de la colonización de las Américas supuso concentrar en las manos de la “ciudad letrada” todo el capital simbólico del nuevo poder: el castellano y la escritura. Todo lo que quedaba “fuera”: lenguas indígenas, oralidad popular, se ignoró, despreció y reprimió. • Hasta aquí, lo que ya hemos visto en las primeras semanas de clase (11 de septiembre, 18 de septiembre, etc.). • ¿Qué ocurrió cuando, en el siglo XIX, las antiguas colonias se convirtieron en repúblicas independientes? Facundo o Civilización i Barbarie en las Pampas argentinasen la Biblioteca Virtual Cervantes (edición de París, 1874, en PDF)

6. Facundo(1845), de Domingo Faustino Sarmiento (pp. 137-153 del libro de texto). • ¿Qué ocurrió cuando, en el siglo XIX, las antiguas colonias se convirtieron en repúblicas independientes? • Lo autóctono continuó considerándose como algo despreciable: un obstáculo para la “modernización” de los nuevos países (cuyo modelo seguía siendo el occidental: en particular, el de países como Inglaterra, Francia o –en el caso del argentino Domingo Faustino Sarmiento– los Estados Unidos. Ángel Rama afirma al respecto: • “La fuerza de este sentimiento urbano queda demostrada por su larga pervivencia. Trescientos años después y ya en la época de los nuevos estados independientes, Domingo Faustino Sarmiento seguirá hablando en su Facundo. Civilización o barbarie (1845) de las ciudades como focos civilizadores, oponiéndolas a los campos donde veía engendrada la barbarie” (La ciudad letrada, p. 42). Facundo o Civilización i Barbarie en las Pampas argentinasen la Biblioteca Virtual Cervantes (edición de París, 1874, en PDF)

7. “Sarmiento calcula en el Facundo los efectos benéficos del reemplazo de la población nativa (indígena, criolla, mestiza...) por la europea. Programa que implica … la violencia sistemática para aniquilar al indígena y marginar al gaucho y, ante la imposibilidad de asimilarlo al modelo, perseguirlo y también eliminarlo … La alienación de Sarmiento, intoxicado por la literatura racista de su tiempo, se manifiesta de modo más candente aún en una carta en que comenta el establecimiento de una colonia de emigrados de California en el Chaco: ‘Puede ser el origen de un territorio, y un día, de un estado yanqui – con su idioma y todo – que con este concurso genético mejorará nuestra raza decaída’. Sin embargo, en esta ‘operación racista de reemplazo’ la realidad le jugó una mala pasada a la propuesta sarmientina …: en lugar de llegar los rubios inmigrantes ingleses que añoraban llegaron millones de meridionales de las costas del mediterráneo que no se parecían al arquetipo del inmigrante apto para la operación de reemplazo, tendente a refundar la República bajo las bases de la civilización”. Francisco Iturraspe. “Civilización y barbarie. Eurocentrismo, modernidad e identidad. Notas de una relectura del Facundo o el lado obscuro de la modernización”. (Universidad de Artes y Ciencias Sociales ARCIS, Equipo Federal del Trabajo, Santiago de Chile)

8. “La idea no fue desarrollar América según América, incorporando los elementos de la civilizaciónmoderna; enriquecer la cultura propia con el aporte externo asimilado, como quien abona el terreno donde crece el árbol. Se intentó crear Europa en América trasplantando el árbol y destruyendo lo indígena que podía ser obstáculo al mismo para su crecimiento según Europa y no según América.” Arturo Jauretche. Manual de zonceras argentinas, Obras completas, vol. 2, Buenos Aires: Corregidor, 1999 [1968]: 23.