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Domingo X o

Domingo X o. «Joven, a ti te digo, levántate». 5o Domingo. 10 - Durante el Año. AMBIENTACIÓN. Después del milagro por el que Jesús curó al criado del centurión romano, hoy hace otro más admirable aún, resucitando al hijo de la viuda de Naím .

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Domingo X o

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Presentation Transcript


  1. Domingo Xo «Joven, a ti te digo, levántate»

  2. 5o Domingo 10 - Durante el Año

  3. AMBIENTACIÓN Después del milagro por el que Jesús curó al criado del centurión romano, hoy hace otro más admirable aún, resucitando al hijo de la viuda de Naím. El tema está ya figurado en el episodio del profeta Elías, que resucita a otro niño, hijo también de una viuda. Este puede ser el hilo conductor de la celebración: el poder de Cristo sobre la muerte.

  4. Pasos De la LECTIO DIVINA «Joven, a ti te digo, levántate»

  5. INVOCACION AL ESPÍRITU SANTO

  6. Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte.

  7. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección. Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.

  8. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén.

  9. ¿QUÉ DICE el Texto?

  10. 1ª. LECTURA 1Re. 17,17-24: «Mira, tu hijo está vivo»

  11. De parte de Elías, se trata de decir a los cananeos que la vida viene de Dios, que no la regalan los ídolos, los baales. En el nombre de Dios, Elías, devuelve la vida al hijo de su anfitriona. Así es totalmente reconocido como hombre de Dios y sus palabras y predicación se hacen plenamente creíbles. Nadie realiza buenas obras extraordinarias a no ser que Dios esté con él.

  12. La reanimación del hijo de la hospitalaria viuda de Sarepta es un hecho del ciclo de Elías que contiene toda una variedad de mensajes: - manifiesta que «eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor en tu boca es verdad»... en este sentido, el milagro de Elías prepara directamente la revelación de Jesús como «gran Profeta» y como que «Dios ha visitado a su pueblo» (cfr. evangelio).

  13. - Manifiesta también la gratuidad de Dios: la mujer había recibido a Elías, con un acto de generosidad, y Elías intercede por ella para que no se vea privada de algo más importante que la comida: la presencia de su único hijo. Pero la palabra de Elías no tiene la fuerza de la Palabra de Jesús. Invoca y muestra la obra de Dios, pero no manda imperiosamente al muerto que vuelva a la vida.

  14. Salmo responsorial Sal. 30(29): «Te ensalzaré, Señor, porque me has librado»

  15. Son muchísimas y frecuentes las manifestaciones de la bondad y misericordia de Dios que, diariamente, sale a nuestro encuentro para darnos vida. Esta certeza de al permanente bondad de Dios nos hace reaccionar y expresar nuestra alabanza en acción de gracias. Es lo que expresamos con el salmo: «te ensalzaré, Señor... sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa... cambiaste mi luto en danzas».

  16. Tenemos razón también nosotros, sobre todo sabiendo que Cristo hace milagros aún mayores, de ir repitiendo con la antífona del salmo: «te ensalzaré, Señor, porque me has librado». Las palabras del enfermo librado «del abismo» nos hablan espontáneamente de Jesucristo, el Señor de la vida y de la muerte, el primer resucitado de entre los muertos con vida para siempre. En comunión con él, todos los cristianos nos apropiamos estas palabras de acción de gracias.

  17. 2ª. LECTURA Gál.1,11-19: «Se dignó revelar en mí a su Hijo, para que yo lo anunciara a los gentiles»

  18. Un versículo de la Carta de San Pablo a los Gálatas es particularmente importante. Comunica una buena descripción de lo que es el apostolado: «El que me escogió antes de mi nacimiento y me llamó por su gracia». El apostolado, por consiguiente, es una llamada personal de Dios. «Decidió revelarme a su Hijo»: el apostolado surge de un encuentro con Cristo. «Para que comunicara entre los gentiles la buena nueva concerniente a El»: el apóstol es un enviado de Dios.

  19. Pablo se yergue como los profetas del Antiguo Testamento. Y lanza sus maldiciones contra esos perturbadores disfrazados, los judaizantes. Estos no soportaban que se admitiera a los gentiles en la Iglesia sin exigirles la pesada praxis del judaísmo. Acusaban a Pablo de adulador, de aprovechado, de acomodaticio, pues intentaba hacer rápidamente adeptos entre los paganos, (1 Ts 2,4), (2 Co 3,1).

  20. En su Carta a los Gálatas Pablo desarrolla la tesis -fundamental en su teología- de que para la salvación basta la fe en Cristo y no hay que exigir además las «obras de la ley» de Moisés. Para fundamentar su tesis afirma claramente que el Evangelio anunciado por él «no es de origen humano, sino revelación de Jesucristo».

  21. La experiencia, misteriosa y maravillosa, de su encuentro con Cristo Resucitado fue decisiva para que el Apóstol conociera el misterio «escondido durante siglos y ahora revelado»: que también los paganos están llamados a la salvación.

  22. Ante las acusaciones falsas de los «judaizantes» - (eran cristianos de origen judío que querían obligar a los paganos convertidos a primero «hacerse judíos» si querían ser admitidos a la fe cristiana) - Pablo defiende que su vocación apostólica es auténtica porque lo llamó Jesucristo, «por su gracia, desde el seno de mi madre» y le dio la misión de ser su Apóstol ante los gentiles, es decir, los paganos. Se cuida también de recordar que confrontó su postura con la de Pedro y Santiago, en su visita a Jerusalén.

  23. EVANGELIO Lc. 7,11-17: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!»

  24. EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS R/. Gloria a Ti, Señor. 11 A continuación se fue a una ciudad llamada Naín. Iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. 12 Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; la acompañaba mucha gente de la ciudad. 13 Al verla, el Señor tuvo compasión de ella y le dijo: «No llores».

  25. 14 Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: «Joven, a ti te digo: Levántate» 15 El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre. 16 El temor se apoderó de todos y glorificaban a Dios, diciendo: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo». 17 Y lo que se decía de él se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina. Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús

  26. RE-LEAMOS EL TEXTO PARA INTERIORIZARLO Contexto Este episodio, de la resurrección del hijo de la viuda de Naín, pertenece al capítulo 7ºdel evangelio de Lucas. En este capítulo Lucas quiere mostrar que Jesús revela la novedad de Dios que nos viene presentada en el anuncio de la Buena Noticiaque se abre a todos, no sólo a los judíos, y, de esta manera, abre el camino al universalismo de la obra salvadora de Jesús.

  27. La transformación y la apertura suceden así: - Jesús acoge la petición de un extranjero no judío (Lc. 7,1-10) - y resucita al hijo de una viuda, también extranjera (Lc. 7, 11-17). El modo como que Jesús revela el Reino sorprende a los hermanos judíos que no estaban habituados a tanta apertura. Incluso Juan Bautista se muestra sorprendido y ordena que le pregunten: - «¿Eres tú aquel que debe venir o debemos esperar a otro?» (Lc. 7,18-30).

  28. - Jesús denuncia la incoherencia de sus contemporáneos: «Es semejante a los niños que, sentados en la plaza, gritan unos a otros así: Les hemos tocado la flauta y no han bailado, les hemos cantado un lamento y no han llorado!» (Lc. 7,31-35). - Y, por último, la apertura de Jesús hacia las mujeres (Lc. 7,36-50: la pecadora perdonada).

  29. Re-lectura del pasaje: Sólo Lucas nos narra este hecho, henchido de poder y ternura al mismo tiempo, y tan sugestivo para comparar a Jesús con el gran profeta de Israel, Elias (cfr. primera lectura). a)Estructura vv. 11-12: El encuentro de los dos cortejos v.13: Entra en acción la misericordia vv. 14-15: «Joven, a ti te digo: Levántate» vv. 16-17: La repercusión

  30. b) Comentario vv. 11-12:El encuentro de dos cortejos la cortejo de la muerte que sale de la ciudad y acompaña a la viuda que lleva su hijo único hacia el cementerio; el cortejo de la vida que entra en la ciudad y acompaña a Jesús. se encuentran en la pequeña plaza junto a la puerta de la ciudad de Naín.

  31. En un lugar desconocido, solamente citado aquí, Naín, Jesús encuentra a una mujer viuda y su hijo único. Esta viuda representa en primer plano una mujer desprotegida. En una cultura donde la mujer depende del varón en su subsistencia, esta mujer no sólo ha perdido a su esposo sino incluso a su hijo varón. Es la desprotegida. Acaba de curar al siervo del Centurión, (Lc. 7, 1-10), y ahora se apresta a devolver a la vida al hijo único de una desafortunada viuda.

  32. En cuanto al hecho, bien está; pero lo que importa es el sentido que contiene y nos transmite: Jesús, nos ha triado cuanto pudiéramos soñar, y en ello está incluida la resurrección. v.13: Entra en acción la misericordia «Al verla, el Señor tuvo compasión de ella y le dijo: "No llores"». Es la misericordia que mueve a Jesús a hablar y a actuar.

  33. Por esa misericordia, que es su amor entrañable, Jesús se compadece de esa pobre mujer. «Compasión» significa literalmente «sufrir con», asumir el dolor de la otra persona, identificarse con ella, sentir con ella el dolor. Es la misericordia que pone en acción en Jesús el poder, el poder de la vida sobre la muerte, el poder creador. A todo lo largo de la Biblia las viudas, los huérfanos y los forasteros son los miembros de la sociedad más vulnerables.

  34. Dios se vuelve garante de ellos: defiende sus derechos, los derechos de los pobres (Dt. 24, 17; 27, 19; Pv. 15, 25; Jr. 5, 28; Lc. 18, 1-8...). En AT se leen dos pasajes parecidos: 1Re. 17, 17-24: Elías y la viuda de Sarepta, (que es la primera lectura de este Domingo) y 2Re. 4, 8-37: Eliseo y la sunamita. Hay que observar que en esos dos casos la vivificación de los niños es laboriosa. Aquí, en cambio, el milagro es obrado por la sola Palabra de Jesús.

  35. Por otra parte, la imagen de la viuda sirvió para designar al pueblo elegido en momentos de desolación. Cuando la destrucción del Templo, de Jerusalén y la deportación, en el siglo VI a. C., el autor de la Lamentaciones canta esta amargura: Lm. 1, 1-22 (sobre todo, los versículos: 1. 20 y 21). Pero esta viuda es consolada y defendida por Dios (cfr. Jr. 51, 2-5. 10...).

  36. La imagen de la viuda cae muy bien cuando viene Jesús, el Mesías esperado, a salvar y consolar. El hijo de la viuda de Nain simboliza ese pueblo dolorido, oprimido, muerto que necesita vida y salvación y la encuentra en Jesús. El realiza la salvación anunciada en Jr. 51, 10. La palabra de consuelo es entrañablemente humana: «no llores»; Jesús la pronuncia, como tantas veces la pronunciamos también los seres humanos, cuando vemos el sufrimiento junto a nosotros.

  37. Pero Jesús hace algo más que lo que podemos hacer nosotros: detiene la marcha inexorable hacia el sepulcro y devuelve el joven a su madre. No es solamente una palabra humana que consuela, sino una Palabra de Dios que vivifica. Solamente la Palabra de Dios puede «consolar» definitivamente, porque solamente Dios puede asegurar la victoria sobre lo que «hace llorar» más que todo: la muerte.

  38. vv. 14-15: «Joven, a ti te digo: Levántate» «Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: "Joven, a ti te digo: Levántate". El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre» (crfr. Lc. 9, 42; 1Re. 17, 23). El punto central de la narración es la palabra de Jesús, pronunciada con eficacia. Lucas insiste en referirse a Jesús como «Señor» (v. 13), dando así la perspectiva del hecho: Jesús anuncia su condición de Señor, que se manifestará en su resurrección.

  39. La fuerza de la palabra de Jesús es progresiva: - palabra de consuelo a la madre: «no llores» (v.13), - gesto de detención a los que llevaban el cadáver a la sepultura: «los que lo llevaban se pararon» (v.14), - palabra de vida para el joven muerto: «Joven a ti te digo, levántate» (v. 14).

  40. A veces, en situaciones de gran dolor causado por la muerte de un ser querido, la gente dice: «En el tiempo de Jesús, cuando Jesús vivía en esta tierra, había esperanza de no perder a una persona querida porque Jesús podía resucitarla». Estas personas consideran el episodio de la resurrección del hijo de la viuda de Naín como un suceso del pasado que suscita nostalgia y también cierta envidia.

  41. La intención del evangelio no es, sin embargo, la de suscitar nostalgia o envidia, sino que nos ayude a experimentar mejor la presencia viva de Jesús en medio de nosotros. Es el mismo Jesús, capaz de vencer la muerte y el dolor de la muerte, que continúa estando vivo en medio de nosotros. Él sigue estando con nosotros hoy y , ante los problemas del dolor que nos matan, nos dice: «A tí te digo: levántate».

  42. Más que de una resurrección como la de Jesús, se trata aquí de una reanimación; el joven, en efecto, no empezó a vivir una vida «nueva», sino que volvió a la vida terrena que, en definitiva, terminaría con la muerte. Jesús muestra, con su palabra, que es «el Señor» (expresión típica de la confesión de fe cristiana; ved 1Co. 12, 3 y Flp. 2,11).

  43. vv. 16-17:Las repercusiones «El temor se apoderó de todos y glorificaban a Dios, diciendo: "Un gran profeta ha surgido entre nosotros", y "Dios ha visitado a su pueblo". Y lo que se decía de él se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina». El evangelista presenta aquí a Jesús como «el profeta» anunciado por Moisés (Dt. 18,15).

  44. El Dios que viene a visitarnos es el «Padre de los huérfanos y protector de las viudas» (Sal. 69(68),6; cfr. Jdt. 9,11). La gente, por su parte, reconoce en Jesús «un gran Profeta» y la presencia de Dios. Esta última aclamación recuerda directamente el canto de Zacarías: «Ha visitado y redimido a su pueblo...» (Lc. 1, 68).

  45. La narración podría ponerse en referencia con la resurrección de la hija de Jairo (Lc. 8, 40-42.49-56), y -quizás veladamente- con la escena de María al pie de la cruz según Juan: «se lo entregó a su madre».

  46. ¿QUÉ NOS DICE El Texto?

  47. Signo de la resurrección de Jesús A la presentación de Jesús como profeta (domingos 3º,4º, y 5º) siguió la lectura del mensaje profético de Jesús (domingos 6º, 7º, y 8º), y ahora le sigue la presentación de tres gestos proféticosde Jesús: la curación del criado del centurión, signo de la universalidad de la salvación y de la fe (domingo 9º), la resurrección del hijo de la viuda de Naín, signo de la resurrección de Jesús (Domingo 10º), y el perdón de la pecadora, signo de la misericordia de Dios, revelada en Jesucristo (domingo 11º).

  48. En el interior de estos signos de Jesús se destacan también unas actitudes humanas: la feen Cristo, el reconocimiento de su divinidad, el amor desbordante. Centrándonos en la perícopa de este domingo 10, hay que tener en cuenta que se trata -como ya lo anotamos- de una narración exclusiva de Lucas y vinculada muy íntimamente al tema fundamental de Cristo como nuevo Elias(como queda reflejado en el leccionario con la elección de la primera lectura).

  49. Un momento de silencio orante para guardar el texto en el corazón: Jesús, fuente de vida Jesús no realizó el milagro de resucitar a la gente muy a menudo. Él es fuente de vida, que vino para traer a la gente toda forma de vida: «vine para traer vida en abundancia». Dios es vida. El destino del hombre es vivir, crecer en la vida verdadera, aun más allá de la muerte.

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