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RECITAL DE POESÍA

RECITAL DE POESÍA. “La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos”. - Rabindranath Tagore. EDAD MEDIA S. XII-XV. Recuerde el alma dormida, abive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando;

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RECITAL DE POESÍA

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Presentation Transcript


  1. RECITAL DE POESÍA “La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos”. - Rabindranath Tagore

  2. EDAD MEDIAS. XII-XV

  3. Recuerde el alma dormida, abive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando; quán presto se va el plazer, cómo después de acordado da dolor, cómo a nuestro parescer, qualquiera tiempo passado fue mejor. Pues si vemos lo presente cómo en un punto se es ido y acabado. si juzgamos sabiamente, daremos lo no venido por passado. No se engañe nadie, no, pensando que ha de durar lo que espera más que duró lo que vio, pues que todo ha de pasar por tal manera. Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar que es el morir: allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros, medianos y más chicos, JORGE MANRIQUE allegados son iguales, los que biven por sus manos y los ricos. Este mundo es el camino para el otro, que es morada sin pesar; mas cumple tener buen tino para andar esta jornada sin errar. Partimos cuando nascemos, andamos mientre bivimos, y llegamos al tiempo que fenescemos; assí que quando morimos descansamos. Coplas a la muerte de su padre, el Maestre Don Rodrigo

  4. Un sueño soñaba anoche. soñito del alma mía, soñaba con mis amores, que en mis brazos los tenía. Vi entrar señora tan blanca, muy más que la nieve fría. -¿Por dónde has entrado, amor? ¿Cómo has entrado. mi vida? Las puertas están cerradas, ventanas y celosías. -No soy el amor, amante la Muerte que Dios te envía. -¡Ay, Muerte tan rigurosa, déjame vivir un día! -Un día no puede ser, una hora tienes de vida. Muy deprisa se calzaba. más deprisa se vestía; ya se va para la calle, en donde su amor vivía. -¡Ábreme la puerta, blanca, ábreme la puerta, niña! -¿Cómo te podré yo abrir si la ocasión no es venida? Mi padre no fue al palacio, mi madre no está dormida. -Si no me abres esta noche, ya no me abrirás, querida; la Muerte me está buscando. junto a ti vida sería. -Vete bajo la ventana donde labraba y cosía, te echaré cordón de seda para que subas arriba, y si el cordón no alcanzare, mis trenzas añadiría. La fina seda se rompe; la Muerte que allí venía: -Vamos, el enamorado, que la hora ya está cumplida. ANÓNIMO ROMANCEEl enamorado y la muerte

  5. RENACIMIENTOS. XVI

  6. Soneto XXIII En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar ardiente, honesto, con clara luz la tempestad serena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena: GARCILASO DE LA VEGA Coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre

  7. BARROCOS. XVII

  8. POEMA Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso, no hallar, fuera del bien, centro y reposo; mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso. Huir el rostro al claro desengaño, LOPE DE VEGA beber veneno por licor süave, olvidar el provecho, amar el daño; creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño: esto es amor. Quien lo probó lo sabe.

  9. Érase un hombre a una nariz pegado,érase una nariz superlativa, érase una nariz sayón y escriba, érase un peje espada muy barbado. Era un reloj de sol mal encarado, érase una alquitara pensativa, érase un elefante boca arriba, era Ovidio Nasón más narizado. Érase un espolón de una galera, érase una pirámide de Egipto, las doce Tribus de narices era. FRANCISCO DE QUEVEDO Érase un naricísimo infinito, muchísimo nariz, nariz tan fiera que en la cara de Anás fuera delito. A una nariz

  10. NEOCLASICISMOS. XVIII

  11. Bebiendo un perro en el Nilo, al mismo tiempo corría. -Bebe quieto -le decía un taimado cocodrilo. Díjole el perro prudente: -Dañoso es beber y andar, pero ¿es sano el aguardar FÉLIX MARÍA SAMANIEGO a que me claves el diente? ¡Oh, qué docto perro viejo! Yo venero tu sentir en esto de no seguir del enemigo el consejo. El perro y el cocodrilo

  12. El burro flautista Cerca de unos prados que hay en mi lugar, pasaba un borrico por casualidad. Una flauta en ellos halló, que un zagal se dejó olvidada por casualidad. Acercóse a olerla el dicho animal, y dio un resoplido por casualidad. TOMÁS DE IRIARTE En la flauta el aire se hubo de colar, y sonó la flauta por casualidad. « ¡Oh!, dijo el borrico, ¡qué bien sé tocar! ¿Y dirán que es mala la música asnal?» Sin reglas del arte borriquitos hay que una vez aciertan por casualidad.

  13. ROMANTICISMOS. XIX

  14. Con diez cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el mar, sino vuela, un velero bergantín: bajel pirata que llaman por su bravura el Temido, en todo el mar conocido del uno al otro confín. La luna en el mar riela, en la lona gime el viento, y alza en blando movimiento olas de plata y azul y ve el capitán pirata, cantando alegre en la popa, Asia a un lado, al otro Europa, y allá a su frente Estambul. «Navega, velero mío, sin temor; que ni enemigo navío, ni tormenta, ni bonanza, tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor. » Veinte presas hemos hecho a despecho del inglés, y han rendido sus pendones cien naciones a mis pies.» Que es mi barco mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley la fuerza y el viento, mi única patria la mar. JOSÉ DE ESPRONCEDA CANCIÓN DEL PIRATA

  15. Dos rojas lenguas de fuego que, a un mismo tronco enlazadas se aproximan, y al besarse forman una sola llama. Dos notas que del laúd a un tiempo la mano arranca, y en el espacio se encuentran y armoniosas se abrazan. Dos olas que vienen juntas a morir sobre una playa, y que al romper se coronan con un penacho de plata. Dos jirones de vapor que del lago se levantan, y al juntarse allá en el cielo forman una nube blanca. Dos ideas que al par brotan, dos besos que a un tiempo estallan, dos ecos que se confunden, eso son nuestras dos almas. GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER RIMA XXIV

  16. SIGLO XX

  17. Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud, veinte años en tierra de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero.  Ni un seductor Mañara , ni un Bradomín he sido -ya conocéis mi torpe aliño indumentario-, mas recibí la flecha que me asignó Cupido, y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.  Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno; y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. Adoro la hermosura, y en la moderna estética corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; mas no amo los afeites de la actual cosmética, ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.  Desdeño las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la luna. A distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces, una. ¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera mi verso, como deja el capitán su espada: famosa por la mano viril que la blandiera, no por el docto oficio del forjador preciada. Converso con el hombre que siempre va conmigo -quien habla solo espera hablar a Dios un día-; mi soliloquio es plática con ese buen amigo que me enseñó el secreto de la filantropía. Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. A mi trabajo acudo, con mi dinero pago el traje que me cubre y la masión que habito, el pan que me alimenta y el lecho en donde yago. Y cuando llegue el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar. ANTONIO MACHADO RETRATO

  18. Su luna de pergamino Preciosa tocando viene, por un anfibio sendero de cristales y laureles. El silencio sin estrellas, huyendo del sonsonete, cae donde el mar bate y canta su noche llena de peces. En los picos de la sierra los carabineros duermen guardando las blancas torres donde viven los ingleses. Y los gitanos del agua levantan por distraerse, glorietas de caracolas y ramas de pino verde. Su luna de pergamino Preciosa tocando viene. Al verla se ha levantado el viento que nunca duerme. FEDERICO GARCÍA LORCA San Cristobalón desnudo, lleno de lenguas celestes, mira la niña tocando una dulce gaita ausente. Niña, deja que levante tu vestido para verte. Abre en mis dedos antiguos la rosa azul de tu vientre. Preciosa tira el pandero y corre sin detenerse. El viento-hombrón la persigue con una espada caliente. Frunce su rumor el mar. Los olivos palidecen. Cantan las flautas de umbría y el liso gong de la nieve. ¡Preciosa, corre, Preciosa, que te coge el viento verde! ¡ Preciosa, corre, Preciosa! ¡Miralo por dónde viene! Sátiro de estrellas bajas con sus lenguas relucientes. Preciosa, llena de miedo, entra en la casa que tiene, más arriba de los pinos, el cónsul de los ingleses. Asustados por los gritos tres carabineros vienen, sus negras capas ceñidas y los gorros en las sienes. El inglés da a la gitana un vaso de tibia leche, y una copa de ginebra que Preciosa no se bebe. Y mientras cuenta, llorando, su aventura a aquella gente, en las tejas de pizarra el viento, furioso, muerde PRECIOSA Y EL AIRE

  19. Puedo escribir los versos más tristes está noche. Escribir, por ejemplo: «La noche esta estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos». El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. PABLO NERUDA POEMA

  20. NO VOLVERÉ A SER JOVEN Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde -como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante. Dejar huella quería y marcharme entre aplausos -envejecer, morir, eran tan sólo las dimensiones del teatro. JAIME GIL DE BIEDMA Pero ha pasado el tiempo y la verdad desagradable asoma: envejecer, morir, es el único argumento de la obra.

  21. EL DESAYUNO Me gustas cuando dices tonterías, cuando metes la pata, cuando mientes, cuando te vas de compras con tu madre y llego tarde al cine por tu culpa. Me gustas más cuando es mi cumpleaños y me cubres de besos y de tartas, o cuando eres feliz y se te nota, o cuando eres genial con una frase que lo resume todo, o cuando ríes (tu risa es una ducha en el infierno), o cuando me perdonas un olvido. Pero aún me gustas más, tanto que casi LUIS ALBERTO DE CUENCA no puedo resistir lo que me gustas, cuando, llena de vida, te despiertas y lo primero que haces es decirme: «Tengo un hambre feroz esta mañana. Voy a empezar contigo el desayuno».

  22. I.E.S. CASTRO ALOBRE

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