Download
1 / 8
80 likes | 372 Vues
Monasterios medievales. Una Iglesia rural. La pérdida de importancia de las ciudades desde los últimos tiempos del Imperio Romano, hizo que la Iglesia incrementara su presencia en el campo, donde vivía la mayor parte de la población.
E N D
Una Iglesia rural • La pérdida de importancia de las ciudades desde los últimos tiempos del Imperio Romano, hizo que la Iglesia incrementara su presencia en el campo, donde vivía la mayor parte de la población. • La iglesia era el edificio principal en todos los pueblos y aldeas. • Además, el deseo de muchos religiosos de llevar una vida retirada condujo a que se establecieran como ermitaños en lugares apartados. Más adelante, tendieron a agruparse y vivir en comunidad, sometidos a una regla y a la autoridad de un abad. Surgieron así los monasterios.
La vida en los monasterios • Un monasterio era un conjunto de edificios, de los cuales, el más importante era la iglesia. Contaba además con dormitorio, refectorio (comedor), cocina, almacenes, biblioteca, hospedería, etc. • Estas dependencias se organizaban alrededor de un patio rodeado de arcadas (claustro). • En el monasterio, los monjes compaginaban la oración con el trabajo: copia de manuscritos, cultivo del huerto, etc. • Había tanto monasterios masculinos como femeninos. En unos y otros, los cargos superiores (abad o abadesa) solían corresponder a personas de origen noble. • Para los trabajos más duros, los monasterios disponían de siervos y criados.
Planta de un monasterio Reconstrucción de la planta del monasterio de Santo Domingo de Silos en el siglo XII
Las reglas monásticas • Quienes querían hacer vida monástica entraban en un monasterio y, tras un período de aprendizaje como novicios, hacían los votos de pobreza, castidad y obediencia. • Vestían un hábito especial que los identificaba y vivían sometidos a una regla que fijaba con detalle su horario y sus actividades: horas dedicadas al rezo, comida en común, trabajo en el scriptorium (copiando manuscritos) o en el huerto, etc. • Existían diversas órdenes monásticas regidas por diferentes reglas. La más importante fue la de los benedictinos, fundada por San Benito de Nursia (siglo VI).
