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Érase una vez el zorro y el erizo: Las humanidades y la ciencia en el tercer milenio

Érase una vez el zorro y el erizo: Las humanidades y la ciencia en el tercer milenio. Stephen Jay Gould. Drakontos. Critica Barcelona 2003.

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Érase una vez el zorro y el erizo: Las humanidades y la ciencia en el tercer milenio

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  1. Érase una vez el zorro y el erizo: Las humanidades y la ciencia en el tercer milenio Stephen Jay Gould Drakontos. Critica Barcelona 2003 Gould

  2. P 42.- La peculiar idea de que la ciencia utiliza la observación pura e insesgada como método único y elemental para descubrir la verdad de la naturaleza opera como el mito fundacional (y, me atrevería a afirmar, bastante pernicioso) de mi profesión. Los científicos no pueden aproximarse al mundo de este modo ni siquiera si lo desearan cabalmente; por que como una vez señaló N R Hanson, el distinguido filosofo de la ciencia, <la huella de pezuña hendida (diabólica) de la teoría> hace necesariamente su intrusión en cualquier programa de observación. Gould

  3. P 43.- Charles Darwin escribió a un colega allegado acerca del “mito” del registro “objetivo”: “ Que raro es que nadie vea que toda observación debe hacerse a favor o en contra de determinada hipótesis, si es que ha de servir para alguna cosa” Gould

  4. P 42.- Así tiene que ser, y así debe ser, por que, ¿ como podríamos llegar a discernir un patrón, o ver algo coherente, entre una infinidad de percepciones potenciales, a menos que empleemos alguna expectativa teórica para guiar nuestra penetración de dicha plétora?. No puede igualarse el sesgo con la existencia de una preferencia; en lugar de ello, el sesgo debe definirse como nuestra renuencia a abandonar estas preferencias (o al menos ponerlas a prueba de manera continuada y rigurosa) cuando la naturaleza parece decir <no> a nuestras pesquisas y pruebas explicitas Gould

  5. P 115.- Los críticos posmodernos (apodados <relativistas>) habían esgrimido la ciencia como una posibilidad mas de entre nuestras maneras infinitas e intrínsicamente subjetivas del saber humano, sin ninguna exigencia genuina sobre los métodos que podrían validar la objetividad de la naturaleza. En lugar de ello, y de forma cínica (aunque en algunos casos quizás de manera ingenua e inconsciente), los científicos invocaban esta retórica de un camino privilegiado hacia el conocimiento objetivo, o así lo afirmaban los posmodernos, con el fin de obtener financiación, poder e influencia mediante baladronadas. Gould

  6. P 115.-Los científicos profesionales, en cambio (tachados de <realistas>), negaban la validez de cualquier análisis social de la practica científica, y ni siquiera estaban dispuestos a admitir que preferencias políticas y psicológicas inconscientes pudieran influir sobre las creencias científicas (excepto como fallos claros y corregibles de investigadores individuales que no habían apreciado cabalmente o no habían aplicado el <método científico> adecuado a su trabajo). Gould

  7. P 115.- Además, estos realistas sostenían supuestamente que solo la ciencia poseía la clave metodológica para cualquier forma de verdad cognoscible, y que la ciencia, al menos en sus manifestaciones tecnológicas, se hallaba detrás de todo el progreso y la mejora en la dinámica de la historia occidental. Gould

  8. P 122. Deploro en particular este cuarto episodio de falso supuesto conflicto entre las ciencias y las humanidades, por que los campos opuestos se confeccionaron a partir de concepciones extremas que prácticamente no sostenía nadie en ninguno de los dos supuestos bandos; Gould

  9. P 122. mientras que las opiniones reales, y mas matizadas de personas sensatas tanto en el contingente <relativista> como en el <realista> expresan importantes atisbos que podrían beneficiar mucho la comprensión de los profesionales en el otro bando, solo con que los dos grupos quisieran prestar atención al otro, reconocer las caricaturas extremas como ficciones dañinas y aprender a apreciar los énfasis honestos y justos de cada grupo: Gould

  10. P 122. : 1) el acento que los historiadores y los analistas políticos de la ciencia ponen en la construcción social, y 2) el peso que los científicos en activo ponen en la extraordinaria capacidad y éxito de los métodos científicos para adquirir conocimiento fiable y tecnológicamente útil sobre los que solo puede calificarse (reconozco que mediante inferencia, pero ¿que otra cosa se puede inferir?) Gould

  11. P 123. Pero no he encontrado nunca a un científico puro realista que considere que el contexto social es enteramente irrelevante, o solo como un enemigo que hay que erradicar mediante las luces gemelas de la razón universal y de la observación incontrovertible. Y es seguro que no hay científico en activo que pueda defender el relativismo puro en el otro polo de la dicotomía. Gould

  12. P 123. De manera similar , e ignorando a algunos retóricos con tendencia al cinismo y al autobombo, nunca he conocido a ningún critico social o historiador de la ciencia serios que defendieran nada parecido a una doctrina de relativismo puro. Gould

  13. P 123. La afirmación cierta, clarividente y fundamental de que la ciencia, en tanto que actividad típicamente humana, ha de reflejar un contexto social circundante no implica que no exista una realidad externa accesible, ni que la ciencia, como institución construida socialmente, no pueda alcanzar una comprensión cada vez mas adecuada de los hechos y los mecanismos de la naturaleza. Gould

  14. P 124. En cambio los científicos deberían apreciar el buen análisis histórico por dos razones convincentes. Primera, la historia de la ciencia real, valerosa, imperfecta, encajada socialmente es inmensamente mas interesante y precisa que la papilla de pizarra usual sobre marchas hacia la verdad alimentadas por las armas universales y descarnadas de la razón y la observación (<el método científico>) contra dogmas anticuados y restricciones sociales. Gould

  15. P 124. Segunda, este análisis social e histórico mas refinado puede ayudar tanto a la institución de la ciencia como a la obra de los científicos, a la institución, al revelar la ciencia como una forma accesible de la creatividad humana, no como una empresa misteriosa hostil al pensamiento y sentimiento corrientes, abierta solo a un sacerdocio adiestrado; al individuo, al fracturar el mito objetivista que sólo genera indiferencia ante el examen de conciencia , al fomentar el estudio y el escrutinio de los contextos sociales que encauzan nuestro pensamiento y frustran nuestra creatividad potencial. Gould

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