Download
1 / 32
E N D
La Encarnación (Juan 1; Mateo 1; Lucas 1-2)
Muchas veces pensamos en los milagros como acciones realizadas por Jesús. Sanó enfermos, alimentó hambrientos y resucitó muertos, volviéndolos a la vida. Llevó a cabo muchas cosas maravillosas. Fueron milagros, sin ninguna duda, pero no habrían sucedido si otro milagro no hubiese tenido lugar primero. Este gran milagro es la encarnación: Dios que se hizo hombre.
¿Cómo definen los milagros la mayoría de las personas? Muchas personas definen los milagros como cosas imposibles que suceden. Hay quienes fijan la atención en los textos bíblicos que nos revelan los milagros.
¿Cómo expresa usted la noción de que Jesús mismo es un milagro? Quizá no hemos pensado en esto antes en tales términos. Jesús ciertamente realiza milagros, pero su propia identidad es un milagro. Es algo milagroso que Dios adoptara la naturaleza humana y viviese entre nosotros. Este es el milagro que estudiaremos hoy.
La Escritura enseña la encarnación de Cristo, pero aún así, ésta sigue siendo un misterio. A la mente humana le resulta difícil comprender o entender que significa que Dios llegue a ser humano. Muchos han tratado de explicar el misterio, pero con frecuencia terminaron negando parte de la Escritura. Nosotros creemos lo que enseña la Escritura, que Jesús es enteramente divino y completamente humano. Gracias a Dios, él no nos pide que resolvamos el misterio o que lo entendamos plenamente. Sencillamente nos pide que lo creamos. Una buena explicación de la doctrina de la encarnación y de las dos naturalezas de Cristo, puede encontrarse en la explicación del segundo artículo del Credo apostólico, en el Catecismo Menor de Lutero.
Juan 1:1-3, 14 Juan 1:1 En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Juan 1:2 El estaba en el principio con Dios. Juan 1:3 Todas las cosas fueron hechas por medio de El, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Juan 1:14 Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
¿A partir de qué, momento, en el tiempo, existe el Hijo de Dios, el Verbo? Es natural que pensemos que la existencia de Jesús comienza con su nacimiento en Belén. Sin embargo, la Escritura nos enseña que el Hijo de Dios es eterno. El mismo Jesús dice que el existió antes de Abraham. Juan nos recuerda que el Verbo ya existía desde el comienzo, antes de la creación. Jesús es el Hijo de Dios, que existe desde la eternidad.
¿Qué nos dice Juan acerca del Verbo en el versículo 14? Juan nos dice que Cristo, el Verbo, se hizo hombre y habitó entre nosotros. Adoptó la naturaleza humana, nació en Belén y vivió aquí en la tierra. Según su naturaleza humana, Jesús cumplía años, pero su naturaleza divina es eterna. A causa de la encarnación, hemos visto la gloria de Dios revelada en Cristo.
Mateo 1:18-23 Y el nacimiento de Jesucristo fue como sigue. Estando su madre María desposada con José, antes de que se consumara el matrimonio, se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo. Y José su marido, siendo un hombre justo y no queriendo difamarla, quiso abandonarla en secreto. Pero mientras pensaba en esto, he aquí que se le apareció en sueños un ángel del Señor, diciendo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque el Niño que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo. Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta, diciendo: HE AQUI, LA VIRGEN CONCEBIRA Y DARA A LUZ UN HIJO, Y LE PONDRAN POR NOMBRE EMMANUEL, que traducido significa: DIOS CON NOSOTROS.
¿Qué pensó José al enterarse de que María estaba embarazada? José pensó que María le había sido infiel. Sabía que él no era el padre de este niño, por lo tanto hizo planes para poner fin a su relación con ella. ¿Qué lo convenció de que María no había sido infiel? Un ángel se apareció a José y le dijo que María era virgen y que daría a luz al Mesías. El ángel convenció a José con este mensaje y le recordó además la profecía de Isaías 7:14.
Lucas 1:30-35 Y el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que soy virgen? Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo Niño que nacerá será llamado Hijo de Dios.
¿Cuál fue la primera reacción de María cuando le fue dicho que daría a luz un hijo? María cuestionó al principio el mensaje del ángel: “¿Cómo podrá suceder esto, puesto que soy virgen?” Las reacciones tanto de José como de María nos dicen que ella era virgen cuando Jesús fue concebido y nacido. ¿Qué nos dice esto respecto del nacimiento de Jesús? Era un niño único, nacido de una concepción milagrosa, virginal.
Isaías 7:14 Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.
Este nacimiento milagroso había sido predicho mucho tiempo antes. El profeta Isaías dijo que el Mesías lo llamarán… ¿con qué nombre? El nombre del niño nacido de una virgen será Emanuel, que significa “Dios con nosotros”. Jesús dio cumplimiento a esta profecía cuando nació de la Virgen María. Siendo que es Dios, solo él es Emanuel: Dios hecho hombre, morando con nosotros.
Romanos 9:5 de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el Cristo, el cual está sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén.
¿Qué dice San Pablo de Jesús, en este versículo? Pablo primero dice que Jesús tiene un antepasado humano. Es del todo humano, y pertenece a la raza judía. Y es también Dios. El apóstol nos muestra las dos naturalezas de Cristo: completamente humano y completamente divino.
Hebreos 2:14-18 Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, El igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo, y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida. Porque ciertamente no ayuda a los ángeles, sino que ayuda a la descendencia de Abraham. Por tanto, tenía que ser hecho semejante a sus hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un misericordioso y fiel sumo sacerdote en las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados del pueblo. Pues por cuanto El mismo fue tentado en el sufrimiento, es poderoso para socorrer a los que son tentados.
¿En qué se asemeja la naturaleza humana de Jesús con la nuestra? En Hebreos se nos dice que Jesús compartió nuestra naturaleza humana (2:14) y que se asemejaba en todo a nosotros (2:17). ¿Qué significa esto para nosotros? Sin ninguna duda, la Escritura nos enseña que Jesús era aneteramente humano. Jesús comprende como es la vida en la tierra, porque él la vivió.
Hebreos 4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros , pero sin pecado.
¿En qué se diferencia la existencia humana de Jesús de la nuestra? Jesús era del todo humano. Pero, a diferencia de nosotros, no estuvo corrupto por el pecado. Nosotros ciertamente cedemos a la tentación, pero él resistió. Jesús es enteramente humano, pero también es perfecto y no hay en él pecado.
Jesús era del todo humano. ¿Por qué fue necesario que nuestro Salvador fuese un ser humano igual que nosotros? Las dos naturalezas de Cristo no son una quimera teológica o una coincidencia. Las dos naturalezas son necesarias para nuestra salvación. Jesús tuvo que ser humano para poder ocupar nuestro lugar ante la ley y cumplirla por nosotros. Cristo, nuestro substituto, cumplió a la perfección la ley de Dios. Además, era necesario que fuese humano, para que pudiese purgar la condena por nuestro pecado. Siendo que el castigo por el pecado es la muerte, se hizo hombre para sufrir y morir por nosotros. Si no hubiese sido humano, no tendríamos un Salvador.
Jesús es verdaderamente el eterno Hijo de Dios. ¿Por qué fue necesario que nuestro Salvador fuese divino? Era necesario también que Jesús fuese divino. Su vida fue un rescate para todos los pueblos, un rescate suficiente. Debía ser Dios, además, para poder vencer el pecado, la muerte y el diablo por nosotros.
En el milagro de la encarnación, Dios se hizo hombre para ser nuestro Salvador. ¿Qué hizo que tomara este paso? Dios llegó a ser nuestro Salvador en la persona y obra de Jesús porque nos ama. Nada que nosotros hayamos hecho, o pudiésemos hacer, podría ganar o merecer este don maravilloso.
¿De qué manera podemos actuar nosotros en respuesta a este don? Nada pide el a cambio. Solo quiere que aceptemos sus dones con fe: perdón, vida y salvación, todos obtenidos para nosostros en la cruz. Nuestra respuesta a su gran amor es gratitud y alabanza.
Todo lo que Jesús hizo, incluyendo los milagros que realizó, fue posible gracias a quien era: Dios hecho hombre, nuestro Salvador. Ahora se encuentra a la diestra del Padre e intercede por nosotros como nuestro sumo sacerdote.
¿Qué significa para usted que nuestro Salvador divino y humano intercede por usted? El Dios-Hombre que nos redimió intercede ahora por nosotros y nos bendice de continuo. No ha cesado en su obra, sino que con gran amor continua cuidándonos mientras vivamos.
¿Cuál es el origen de todos los milagros y bendiciones en nuestras vidas en la actualidad? Cristo Jesús es el origen de todas las bendiciones y milagros que vemos. Él nos ama y nos cuida.. Nos ha rescatado y perdonado. Intercede por nosotros. Todas las buenas dádivas proceden de él.
La Encarnación (Juan 1; Mateo 1; Lucas 1-2)
