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Las formas del amor conyugal

Las formas del amor conyugal. Formas del amor conyugal: 1.El amor sexual. Se encuentra concretamente en el acto sexual que es la expresión y camino de una autentica santidad conyugal. Es una sexualidad sana, que expresa armonía e integra la totalidad del amor en la sexualidad.

kara
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Las formas del amor conyugal

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Presentation Transcript


  1. Las formas del amor conyugal

  2. Formas del amor conyugal: 1.El amor sexual. Se encuentra concretamente en el acto sexual que es la expresión y camino de una autentica santidad conyugal. Es una sexualidad sana, que expresa armonía e integra la totalidad del amor en la sexualidad. La sexualidad es algo que nos asemeja tremendamente a Dios porque podemos ser creadores, gestar vida y reflejar lo más íntimo y profundo del misterio de Dios Uno y Trino. “Preguntémonos a nosotros mismos, ¿es el acto sexual en mí una expresión de unión espiritual y, más aún, de una unión espiritual mutua? ¿Nos donamos el uno al otro no sólo el cuerpo, sino también el alma? Deber ser una expresión de donación espiritual mutua…” decía el P. Kentenich. Qué se deduce de esto? Nunca debemos debemos dejarnos quitar el carácter de persona, tampoco en el acto conyugal. Si cuidamos de que así sea, entonces es un acto que no se realiza al margen del esfuerzo por la santidad, sino que es un acto que promueve la santidad en nosotros. Cuando la sexualidad no es expresión, camino y garantía de los otros amores, cuando no está empapada, purificada y reorganizada por el amor erótico y el amor espiritual, se convierte simplemente en un purgatorio o en un pequeño infierno, por lo menos para uno de los cónyuges; quizás con momentos fugaces de placer, pero poco duraderos. La unión corporal no logra superar la barrera del hielo interior. En la medida que mi cónyuge sienta en la vida cotidiana cuánto lo respeto y vale para mí, esos sentimientos se reflejarán funcionalmente en la vida sexual. El termómetro del amor conyugal, es la calidad de la relación sexual. Ésta debe ser expresión, camino y garantía de la unión personal y sobrenatural, de la íntima fusión de corazones en Cristo Jesús. Cuando el acto sexual es verdaderamente un acto humano y está animado por la gracia y la caridad sobrenatural, pasa a ser un acto santo, un canal de gracias y un camino de santidad.

  3. Formas del amor conyugal: 2.El amor erótico. El amor erótico es protección o resguardo de una vida matrimonial sana. El P. Kentenich comenta: “Comprendan esto: éste amor no es sexual. Es una protección del amor sexual. Para que lo sexual no se convierta en animal debe estar rodeado pro la atmósfera de lo erótico. …tomemos el caso de una mujer casada: tengo el ideal de llegar a la santidad. Sé que a mi marido le gusta verme con tal o cual peinado, o que me ponga un vestido determinado, pero como yo quiero llegar a la santidad, ¡qué me importa mi marido! Quiero ser lo más simple y sencilla posible. No necesito gustarle. Sólo quiero que Dios me ame. ¡Qué tengo que ver con mi marido? Pueden ver lo erroneo de esto? Pertenece a la santidad de la mujer casada que se arregle para su marido. Por supuesto que esto no debe ser en forma pecaminosa. Pero él debe sentir complacencia en mí. Y el marido debe cuidarse y vestirse de tal modo que su esposa sienta complacencia en él.” Si digo que lo importante es realizar obras de caridad, ir a las reuniones, etc, no, no es así. Lo primario es el amor a mi cónyuge y el amor a mi cónyuge incluye el amor erótico: yo tengo que despertar una atracción en él o en ella, volver al tiempo del noviazgo. Debemos ser capaces de enamorar y mantener vivo el amor. Conquistar una y otra vez a mi cónyuge. El amor erótico se relaciona también con el mundo de la ternura y de las caricias al interior del matrimonio. Sin embargo, sería un error pensar que toda caricia tiene una connotación sexual. Por ejemplo, cuando le damos un abrazo a un hijo, sería absurdo pensar que ello tiene que ver con la líbido. Las caricias dicen: yo te sostengo, yo te estrecho, yo te cobijo. Cuando una pareja va tomada de la mano se dice, yo camino contigo, yo te acompaño, cuentas conmigo. No basta con que digamos vamos juntos. Miradas, piropos, gestos y delicadezas para con el otro. Preparar un postre y que el otro de acuse de recibo de esto.

  4. Formas del amor conyugal: 3.El amor espiritual. Este amor es la base de todo el edificio. El amor espiritual es un amor de admiración y de profundo respeto al ser que se ama. Un respeto que permite al otro que sea quien es; se alegra con su modo de ser, y cuida de no herirlo ni dañarlo. El respeto lo posibilita y fomenta que el otro se disponga a darse y abrirse al tú. Es el amor que se refiere expresamente a la calidad espiritual de la persona, a sus virtudes, a sus valores, a la dignidad que posee esa persona en cuanto tal. Es el amor que busca en primer lugar el bien del tú y tiende a la fusión de corazones y no solamente de cuerpos. Este es el amor que formalmente santifica y eleva el sacramento del matrimonio; la viga maestra de la santidad matrimonial. El amor espiritual es un amor que procura la felicidad del tú, protege su dignidad, lo acepta y complementa y es fiel. • El cónyuge debe llegar a ser feliz pero a través mío. Yo tengo que hacerlo feliz. Y para eso, yo tengo que pasar a segundo plano. La mujer deber dar a su marido una cierta paz y cobijamiento en su corazón. El marido debe prepararse para el encuentro con su esposa; debe ser un auténtico gentleman, un caballero frente a su esposa, con auténtica hidalguía. • El amor verdadero hace sentir al otro que vale. Hace sentir profunda y existencialmente al cónyuge que para mí, él o ella es lo más valioso que hay en el mundo, no sólo eleva y alegra el corazón, sino que también nos revela un rasgo esencial del amor que Dios nos tiene. Dios nos dice con su amor, yo los amo, yo creo en cada uno de ustedes, cada uno es único para mí. Dios se me revela a través del amor de mi cónyuge. • La comunidad conyugal es como una elipse: está centrada en dos polos. Ambos cónyuges aportan, entonces, lo mejor de sí mismos; cada uno perfecciona su propia personalidad en función del otro; acepta su realidad y fomenta su desarrollo. • El amor espiritual genera una íntima e indestructible comunidad de corazones, un amor fiel. Un amor que preserva inconmovible el primer amor. La infidelidad ya se da cuando yo no entrego por entero mi corazón a mi cónyuge. El mejor ejemplo para nuestros hijos de lo que es el amor es la vivencia de un amor fiel y feliz, capaz de acrisolarse y crecer en las pruebas y en las crisis.

  5. Formas del amor conyugal: 3.El amor sobrenatural. La fe nos permite ver a nuestro cónyuge en esta nueva dimensión y al mismo tiempo el amor sobrenatural nos capacita para amarlo con un amor semejante al de Dios, con un amor que posee la calidad de la entrega, la fidelidad, y el heroísmo del amor de Cristo. La virtud teologal de la caridad, presupone el amor mutuo, espiritual, erótico y sexual, pero sana estos amores y los eleva a una plenitud que sobrepasa las categorías humanas. No le quita nada al amor natural, sino que más bien lo asume y lo sana haciéndolo más rico y más humano. Un ángel no puede vibrar con el corazón, no se puede enardecer de amor, no puede sentir ni tener idea de lo que es el goce sexual, como lo experimentan los esposos, porque es espíritu. Es una limitación para el ángel, para nosotros una plenitud y una riqueza. Somos seres que colindamos con lo animal, con lo material y, a la vez, con el mundo angélico y con Dios. Pero esta riqueza implica también polaridad y tensión. El pecado original y persona, además, hace que la polaridad existente tienda a convertirse en una tensión destructora. La múltiple complejidad de nuestro ser la experimentamos fuertemente, en relación al amor: lo animal quiere seguir sus propias leyes; lo mismo ocurre con el ángel y el hijo de Dios que viven en nosotros. De tal modo que somos tironeados por todos los lados. Estamos en constante peligro de ruptura. Las tensiones polares se transforman en tensiones destructoras en disociaciones de nuestra personalidad y comportamiento.

  6. Formas del amor conyugal: 4.El amor sobrenatural. El amor sobrenatural es una amor: A. Reflejo de la unidad de Cristo y la Iglesia. María es la personificación de la Iglesia y Cristo se entrega para que María, y con ella, la Iglesia, llegue a ser Santa, pura y perfecta. El amor de Cristo y María, esa íntima unión de amor que entrelazó las vidas de Cristo y de María en el misterio de la redención, es lo que cada matrimonio está llamado a re editar en forma original. B. Amor de caridad. El amor de Cristo es un amor de iniciativa, magnánimo, heroico y fiel. En este sentido fue Dios quien nos amó primero. El amor de Cristo es un amor magnánimo que va más allá de lo simplemente justo. El amor de María refleja este modo de amar. Nadie le dijo que se preocupara por lo que podía faltar en las bodas de Caná. C. De las pequeñas virtudes. El P. Kentenich se refiere a esas formas que toma el amor en la vida cotidiana, en lo pequeño, porque es allí donde se prueba el amor. Delicadeza: tacto; adelantarnos a lo que el otro pueda querer. Prontitud para perdonar: indulgencia con las faltas de los demás. Respeto hacia la originalidad: discimulo para no ver ciertas deficiencias. Flexibilidad de Espíritu: para saber ver lo que ha de razonable y cierto en las opiniones de los demás y para reconocer cuando el otro tiene razón en algo. El arte de saber escuchar e intuir lo que pasa interiormente en el tú. Magnanimidad: es la generosidad, es ir más allá de lo común, indica un deseo de perfección. Nos capacita para entregarnos y superar la estrechez de nuestro corazón. Es vivir para el otro. D. Es un amor que da créditos. Los créditos del amor: Juicio benevolente respecto a la debilidades Una fe y confianza inconmovibles en el tú. El verdadero amor ve las debilidades pero no las aquilata unilateralmente.

  7. Visión del P. Kentenich • La tarea de la santificación matrimonial consiste precisamente en lograr la síntesis, la maravilla de un amor rico en tensiones, donde las polaridades se han unido y potenciado creadoramente sin suprimir ninguna faceta del amor: ni la espiritual, ni la corporal, ni la sensible, ni la sobrenatural. Visión del P. Kentenich: Sexus como atracción corporal instintiva; eros, como afecto natural hacia el otro; amor, como complacencia espiritual del uno hacia para el otro; ágape, como vínculo sobrenatural que une a ambos con Dios y entre sí. Esta visión la llama el P. Kentenich “IDEAL CATÒLICO DEL MATRIMONIO”.

  8. Los Grados del Amor • La vida matrimonial es una escuela eximia del amor, donde se cultivan todas las formas del amor, pero donde deben escalarse los grados del amor: el amor conyugal está llamado a crecer desde el amor primitivo hasta el amor heroico al tú. Al inicio, normalmente, el amor conyugal es egocéntrico; paulatinamente deberá crecer y purificarse hasta convertirse en un amor generoso, fiel y heroico. Para ello debe hacer un gran recorrido. La obra maestra de la santificación en el matrimonio consiste en superar las dicotomías o disociaciones a las cuales estamos sometidos y esforzarnos por escalar desde los grados primarios del amor hasta alcanzar la altura más sublime. Este es el programa de nuestra santidad matrimonial.

  9. La FAF garantía de esta visión y misión para nuestro tiempo Sobre la base de la alianza de amor con la MTA, profundizando el vínculo del curso al Santuario, siguiendo las huellas de nuestro Padre y Fundador, y alimentándonos permanentemente de esa fuente buscaremos crecer hacia el ideal de Santidad Matrimonial que la FAF nos propone. De este modo vamos asumiendo ser matrimonios de la FAF, compartiendo la visión Padre respecto al ideal católico del matrimonio.

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