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Testigo actual de la pasión de Cristo

ORACIÓN. con la semblanza de Sor Lindalva. Testigo actual de la pasión de Cristo. “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los hermanos…” (Jn 15, 13). Canto: Este es el tiempo en que vienes…. Una mártir del amor cristiano. Sor Lindalva Justo de Oliveira 1953 — 1993.

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Testigo actual de la pasión de Cristo

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Presentation Transcript


  1. ORACIÓN con la semblanza de Sor Lindalva Testigo actual de la pasión de Cristo

  2. “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los hermanos…” (Jn 15, 13) Canto: Este es el tiempo en que vienes… Una mártir del amor cristiano

  3. Sor Lindalva Justo de Oliveira 1953 — 1993 Beatificada: 2 diciembre 2007

  4. Nació el 20 de octubre de 1953 En el Estado de Rio Grande del Norte al nordeste de Brasil.

  5. En una aldea llamada “Sitio Malhada de Areia”, ciudad de Açu. Açu

  6. Baptisterio Parroquia de Açu Fue bautizada el 7 de enero de 1954, por el P. Julio Alves Bezerra en la parroquia de Açu. Sus padrinos Jovéncio Ferreira de Carvalho y Rita Raimunda de Carvalho. Hizo su primera comunión el 15 de diciembre de 1965 y recibió el sacramento de la confirmación el 28 de noviembre de 1987 Dice su madre: “Fue una niña alegre, graciosa y juguetona, pero tranquila”

  7. Fue la sexta de una familia de 14 hijos. Sus padres: Joao Justo da Fe Mª Lucía de Oliveira Ellos la iniciaron en la fe. Su madre dirigió su vida espiritual y su padre la introdujo en el conocimiento de la Biblia.

  8. Después de morir su padre, al que ella cuidó personalmente durante una larga enfermedad, se unió a un grupo de jóvenes con inquietud vocacional, en su parroquia. En 1986 participó en el movimiento vocacional de las Hijas de la Caridad, asistiendo a encuentros formativos y madurando su idea de servir a los pobres. En 1987, expone a su madre su decisión, rogándole que: “la dejase, porque ella tenía decidido ir de todas formas”

  9. Tenía 33 años, cuando entró en la Compañía. Era una joven madura en la fe y con ideas claras respecto al servicio de los pobres. “Estoy contenta por haber recibido la gracia de haber sido llamada por Dios” “Quisiera tener toda la alegría del cielo, desbordar de alegría y ayudar al prójimo, ser incansable haciendo el bien” “Mi vocación es amar y servir con alegría, sin cansarme de hacer el bien a los pobres”

  10. Inició su etapa de postulantado en Olinda y su etapa de formación en el Seminario en 1989. Durante este tiempo, dice Sor Mª Carmen Ramos, destacó por: “la comprensión del carisma, el sentimiento de felicidad y el celo en la dedicación apostólica de este nuevo camino de formación” “su disponibilidad y su alegría” “servir con humildad y amar profundamente a Cristo”

  11. “En el Seminario se distinguió por su sonrisa, su humildad y su amor a los más pobres”. “Era fiel a la oración, obediente, tenía gran espíritu de sacrificio y hacía grandes esfuerzos por crecer en perfección”. El 26 de enero de 1991, Sor Lindalva fue enviada en misión.

  12. Patio de entrada “Abrigo Dom Pedro” Fue destinada a la Comunidad del Abrigo Dom Pedro II, en Salvador (Bahía), al servicio de cuarenta ancianos. No sabía que tres años y nueve meses más tarde, su entrega culminaría en un bautismo de sangre.

  13. Allí mantuvo una sencilla relación de cordialidad y alegría en el trato con las personas. Siempre que podía, acompañaba a las Voluntarias de la Caridad a visitar las familias pobres, a domicilio, y procuraba buscar trabajo para los pobres. Su sonrisa se apagó bruscamente, el viernes Santo de 1993. Había madrugado, a las 4,30 de la mañana, para asistir, con sus Hermanas, al Vía-crucis de la parroquia de Nuestra Señora del Buen viaje. “Murió por una entrega generosa de amor, en plena libertad de su donación a Dios”

  14. Al regreso, se puso el delantal de servicio y comenzó a preparar el pan, para servir el café del desayuno, cuando uno de los residentes, que había premeditado la agresión se abalanzó sobre ella y le asestó una puñalada mortal. A pesar de estar ya herida de muerte, continuó ensañándose con cerca de cuarenta puñaladas más, según los forenses. “Jesús habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo…” (Mt , 13, 1) “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34 1) Hacía tiempo que sufría el acoso de este hombre: Augusto Peixoto, de cuarenta y seis años. Lo había comentado con sus Superiores, pero ni ella ni nadie pensó en aquel trágico final. Lectura: Mt 16, 24-27 Canto: Si el grano no muere… Su hermano, Antonio, fue el primero de la familia en recibir la noticia y el responsable de comunicársela a su madre, con la que vive en Açu..

  15. A los nueve años de su muerte, fue iniciado su proceso de martirio. El 17 de enero de 2000, fue autorizado el Tribunal eclesiástico diocesano para investigar sobre la vida, virtudes y fama del martirio de Sor Lindalva Justo de Oliveira. El 3 de marzo de 2001 el Tribunal eclesiástico concluyó sus actividades. El proceso fue firmado por el Cardenal y llevado su trasunto a Roma, por el Postulador de la causa, Fray Pedro Lombardo. A lo largo de 2006 un grupo de teólogos ha realizado el estudio de la documentación aportada en la Positio sobre el martirio y ha examinó detenidamente las diferentes actas del proceso, para llegar a la firme convicción de que la sierva de Dios es verdaderamente mártir.

  16. Traslado de los restos de Sor Lindalva, portados por su propia madre y acompañados por la Madre general Sor Juana Elizondo.

  17. Su madre, Lucía, y la Madre general, Sor Juana Elizondo. Dos madres ante la urna con los restos de una hija: Sor Lindalva.

  18. Algunos testimonios de su madre, de 85 años, que paciente y serena ha aguardado la beatificación de su hija: “Yo guardo la imagen de mi hija sosegada y servicial, que dejó su casa, para entregar su vida por los pobres” “No dudo de su santidad, si ella me ayuda yo iré a la beatificación. Será muy bonito” “Gracias a Dios, no deseo mal a nadie. Mi familia, es afortunada, no tiene sentimientos negativos” “Yo oro con ella. Y también le pido algunas gracias. Algunas ya las tengo recibidas”

  19. Fue beatificada por el Cardenal José Saraiva Martins, presidente de la Congregación para la causa de los Santos, en el Estadio “Barradao” de San Salvador de Bahía, ante una multitud de 30.000 fieles, entre ellos la madre de Sor Lindalva y otros miembros de su familia. Su fiesta hasido establecida el 7 de enero, aniversario de su bautismo.

  20. En la ceremonia, acompañaron al Cardenal Don José Saraiva, Don Paolo Lombardo, Postulador; y por la Compañía: Sor Evelyne Franc, Superiora General y su Consejo; el P. Javier Álvarez, Director General; el P. Giuseppe Guerra, representando al Superior general de la Congregación de la Misión; y más de 2000 Hijas de la Caridad de toda América Latina, del Brasil y del Caribe, de España, Francia, Portugal y Mozambique y de otros países, reunidas para proclamar que la santidad es posible en el mundo de hoy.

  21. La violencia de su muerte hace aún más visible el mensaje estraordinariamente sencillo de Sor Lindalva: una fe viva en Jesucristo y un deseo de servir y de amar como Él, de seguirle hasta el final. Así su muerte es la culminación de una vida totalmente unida al misterio de Cristo. Canto: Ciudadanos del cielo…

  22. “Cada día de mi vida es de agradecimiento y de acción de gracias a Dios” “En la medida que decidimos seguir a Cristo, las gracias serán más abundantes, para poder llevar nuestra cruz” “¡El servicio a los ancianos da mucha alegría y me siento cada vez más realizada y feliz” Peticiones o acción de gracias espontáneas “¡Qué grande es amar a Dios y a su santa Madre. Sí, yo los amo, mi corazón está en Dios”

  23. Canto: Engrandece al Señor el alma mía…

  24. Es en el gran silencio donde el Gran Amor se revela. Dios es Amor, su amor nos basta para escucharle, seguirle, entregarnos a sus designios, como la Madre de nuestro Salvador. ¡Oh Gran Amor! Has seducido el corazón de nuestra hermana, la has llamado a entregarte su vida en la caridad y al fin coronar su hermosa vocación en el holocausto del martirio. Este Gran Amor ha iluminado su camino hacia la perfección. Este Gran Amor ha hecho de su vida un testimonio de entrega admirable. Que este Gran Amor anime nuestros corazones y nos impulse a servir al Señor a través de nuestros hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

  25. “Hijas mías, por una Hermana que reciba el martirio, vendrán otras muchas; su sangre será como una semilla que dará fruto y un fruto abundante. La sangre de nuestras Hermanas hará que vengan otras muchas y merecerá que Dios les conceda a las que quedan la gracia de santificarse”(S.V. t/IX, pg. 1088)

  26. Realización: Sor Consuelo Ajenjo, sobre textos de: Sor Mª Carmen Ramos, H.C. Nieves San Martín, y otros de la Red.

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