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LITERATURA CONTEMPORÁNEA E HISPANOAMERICANA

LITERATURA CONTEMPORÁNEA E HISPANOAMERICANA. 4º ESO – TEMA 12. Esquema. LITERATURA CONTEMPORÁNEA ESPAÑOLA La época contemporánea Situación de la literatura española contemporánea La narrativa El periodismo La lírica El teatro LITERATURA HISPANOAMERICANA DEL SIGLO XX

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LITERATURA CONTEMPORÁNEA E HISPANOAMERICANA

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  1. LITERATURA CONTEMPORÁNEA E HISPANOAMERICANA 4º ESO – TEMA 12

  2. Esquema • LITERATURA CONTEMPORÁNEA ESPAÑOLA • La época contemporánea • Situación de la literatura española contemporánea • La narrativa • El periodismo • La lírica • El teatro • LITERATURA HISPANOAMERICANA DEL SIGLO XX • Historia y realidad de Hispanoamérica • La poesía • La narrativa

  3. I. LA ÉPOCA CONTEMPORÁNEA • A partir de la muerte de Franco, la Dictadura entra en su fase final. • Se inicia el proceso de cambio desde la Dictadura a la Democracia: TRANSICIÓN • Se aprueba en 1978 la Constitución y nuestro país pasa a ser una Monarquía parlamentaria • Desde entonces se inicia un proceso (con altibajos) de apertura, de libertades, de progreso y de modernización que culmina en los años 90, tras la entrada en la UE y la presentación de España ante el mundo con los JJ. OO. de Barcelona’92

  4. Transformación del país

  5. II. SITUACIÓN DE LA LITERATURA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA

  6. III. LA NARRATIVA • Alejamiento de la narrativa de los años 60 • Se regresa a la narrativa de signo realista, con los rasgos clásicos del género (recuperación de la trama, narrador omnisciente, estructura lineal) • No obstante, se incluyen ciertas innovaciones de la etapa anterior, pero nunca en exceso. • Variedades temáticas y estilos: (pág. 260) • NOVELA HISTÓRICA (Arturo Pérez Reverte, El capitán Alatriste[1996]) • NOVELA POLICÍACA (Manuel Vázquez Montalbán, Los mares del sur [1979); Antonio Muñoz Molina, Beltenebros [1989]) • NOVELA REALISTA: (Miguel Delibes, Los santos inocentes[1981]) • NOVELA INTIMISTA: (Javier Marías, Corazón tan blanco [2000]; Francisco Umbral, Mortal y rosa [1975]; Lucía Etxebarría, Beatriz y los cuerpos celestes[1998])

  7. […] y repentinamente, ante el asombro de señorito Iván, una grajeta se desgajó del enorme bando y picó en vertical, sobre ellos, en vuelo tan vertiginoso y tentador, que el señorito Iván se armó, aculató la escopeta y la tomó los puntos, de arriba abajo como era lo procedente, y al Azarías al verlo, se le deformó la sonrisa, se le crispó el rostro, el pánico asomó a sus ojos y voceó fuera de sí ¡No tire, señorito, es la milana! Pero el señorito Iván notaba en la mejilla derecha la dura caricia de la culata, y notaba, aguijoneándole, la represión de la mañana, asimismo, estimulándole la dificultad del tiro de arriba abajo, en vertical, y, aunque oyó claramente la voz implorante del Azarías. ¡Señorito, por sus muertos, no tire! No pudo reportarse, cubrió al pájaro con el punto de mira, la adelantó y oprimió el gatillo y, simultáneamente a la detonación, la grajilla dejó en el aire una estela de plumas negras y azules, encogió las patas sobre sí misma, dobló la cabeza, se hizo un gurruño, y se desplomó dando volteretas y, antes de llegar al suelo, ya corría el Azarías ladera abajo, los ojos desorbitados, regateando entre las jaras y la montera, la jaula de las palomos ciegos bamboleándose ruidosamente en su costado, chillando, ¡Es la milana, señorito! ¡me ha matado a la milana! Y el señorito Iván tras él, a largas zancadas, la escopeta abierta, humeante, reía, Será imbécil, el pobre, Como para sí y, luego, elevando el tono de voz, ¡No te preocupes, Azarías, yo te regalaré otra! Pero el Azarías, sentado orilla una jara, en el rodapié, sostenía el pájaro agonizante entre sus chatas manos, la sangre caliente y espesa escurriéndose entre los dedos, sintiendo, al fondo de aquel cuerpecillo roto, los postreros, espaciados, latidos de su corazón, e, inclinado sobre él, sollozaba mansamente Milana bonita, milana bonita M. Delibes, Los santos inocentes

  8. Beatriz y los cuerpos celestes (L. Etxebarría) «A 36.000 kilómetros de la Tierra –leyó ella – se halla una órbitageoestacionaria, fija a la atmósfera porque se mueve a la misma velocidad que la Tierra: la órbita Cementerio, como se denomina a aquella a la que se envían los satélites cuando pierden su vida útil. […]» O sea, para entendernos, que los pobres satélites son como elefantes que van a morir a su necrópolis común. No deja de tener su lado poético, si lo piensas. Imagínate, Bea: unos cachivaches enormes cuya labor principal era la comunicación, mudos, aislados para siempre, rodeados de un ejército de cachivaches similares que tampoco podrán comunicarse nunca más. Alucinante, ¿no? Piensa en eso ahora, Bea, tantos años después. Hace cuatro años que no ves a Mónica. Piensa en la soledad de los satélites, la soledad orbital. Abandonados por aquellos a los que una vez sirvieron. Olvidados y fríos. Rodeados del vacío más yermo y absoluto, en el silencio helado del universo helado, cubiertos de una capa de escarcha que no brilla, que no tiene siquiera ya luz que reflejar. Inmóviles y dignos en su glacial retiro, satélites difuntos, cadáveres exánimes de gélida chatarra, antiguallas que fueron monstruos de acero y hierro, que una vez transmitieron fechas, datos y cifras a los que concedían importancia crucial. Fechas, datos y cifras que ahora nadie recuerda. Ni la fuerza del hierro escapa al desamparo. Ahora, incomunicados, herrumbrosos titanes que han perdido su fuerza, condenados a un mutismo eterno y oxidado, jalonan de morralla un sector desolado. Los cables y las tuercas se acabarán desintegrando, aunque quizá falten siglos para que ocurra eso. En cualquier caso, piensa, qué poco importa el tiempo en un paisaje ciego, donde cada minuto es exacto al siguiente, donde a cada segundo sucede otro segundo. Idéntico, inmutable, un segundo apagado para un tiempo marchito. Órbita cementerio. Soledad orbital. A veces pienso, Mónica, donde quiera que estés, que a mí me ha pasado lo mismo. Que fui enviada al mundo con una misión: comunicarme con otros seres, intercambiar datos, transmitir. Y sin embargo, me he quedado sola, rodeada de otros seres que navegan desorientados a mi alrededor en esta atmósfera enrarecida por la indiferencia, la insensibilidad o la mera ineptitud, donde nunca espera que la escuchen, y menos aún que la comprendan. A nuestro alrededor giran universos enteros, estrellas, soles, lunas, galaxias, aerolitos, grandes constelaciones, nubes de gas y polvo, sistemas planetarios, materia interestelar. Hasta basura espacial. Pero sobre todo, un silencio insondable que todo lo absorbe. Un vacío enorme y negro, una quietud indescifrable. Y aunque sé que no debería ser así, el caso es que me siento a millones de años luz de cualquier señal de vida, si la hay, que se desarrolle a mi alrededor. Siento que navego en la órbita cementerio.

  9. IV. EL PERIODISMO • Durante los últimos años del Franquismo y la Transición el papel de la prensa fue muy importante tanto en la denuncia como en la formación de ideologías • Con la llegada de la Democracia el periodismo pierde en cierto modo un papel reivindicativo • Así, el periodismo será una de los medios de vida de los escritores • La labor fundamental de estos autores será la dedicación al artículo de opinión: temas actuales, lenguaje cuidado, estilos personales y uso literario del lenguaje • Antonio Gala, Raúl del Pozo, Elvira Lindo, Francisco Umbral, J. J. Millás, Jaime Capmany…

  10. La tolerancia ortográfica podría tener a largo plazo consecuencias desastrosas. Los hijos de esas parejas en las que ahora se fomentan las minusvalías cacográficas nacerían con igados en lugar de hígados. No sabemos cómo funcionan los igados, pero lo más probable es que segreguenvilisen vez de bilis, lo que dispararía el gasto hospitalario para sacarlos adelante, incluso aunque se crearan enseguida unidades epaticasque, siendo más baratas que las hepáticas, exigen inversiones iniciales de orden analfavetico muy superiores. No quiere uno ni imaginar, de otro lado, las consecuencias del alumbramiento masivo de seres que en el sitio de la cabeza tradicional tuvieran una suerte de caveza cuya vobedacraneal sólo diera para albergar un zerevro. Si el mundo va como va (o bacomo bamás vien) con encéfalos normalmente constituidos, no es difícil imaginar los horrores resultantes de una mutación de esa naturaleza. Por otra parte, dado que la hache es la primera letra que cae en estas situaciones de permisividad, la sangre quedaría reducida al factor R, y no habría forma de distinguir las razas puras, lo que significaría el hundimiento de partidos políticos que ayudan a gobernar al PP en la lengua de Franco y a veces en su caligrafía. Hay mucho miedo a la ingeniería genética, pero los efectos de la ortográfica no se quedan atrás. Piensa uno en el vajobientre de esos seres nacidos al amparo del caos gramatical y se le ponen los pelos de punta ante la idea de acariciarles la rejionjenital o el beyopuvico. No a la reproducción de clónicos, de acuerdo, pero que se ponga freno también a la multiplicación de onvres y mugeres en cuyo rostro se manifiestan los mismos hogos, vocas, o varviyasde espanto que alimentan nuestros terrores nocturnos. Muchas gracias. Ortografía JUAN JOSÉ MILLÁS

  11. V. LA LÍRICA • En la poesía hay diversos estilos y corrientes (poesía vanguardista, neosurrealista, culturalista, minimalista…) • Tiene un público minoritario • Se destacan dos corrientes: • Los novísimos (Años 70) • Poesía de la experiencia (años 80-90)

  12. Los “novísimos” (años 70) • Nueve jóvenes poetas • Nacidos tras la guerra • Inconformistas y provocadores • Influencia medios de comunicación y del cine • Innovación formal (verso libre) • Libertad creativa y exquisitez estilo refinado, léxico culto) • Variedad temática (mass media, cultura pop, cine…) con tono existencial • PERE GIMFERRER, VICENTE MOLINA FOIX, LEOPOLDO M. PANERO

  13. Leopoldo M. Panero DESEO DE SER PIEL ROJA La llanura infinita y el cielo su reflejo. Deseo de ser piel roja. A las ciudades sin aire llega a veces sin ruido el relincho de un onagro o el trotar de un bisonte. Deseo de ser piel roja. Sitting Bull ha muerto: no hay tambores que anuncien su llegada a las Grandes Praderas. Deseo de ser piel roja. El caballo de hierro cruza ahora sin miedo desiertos abrasados de silencio. Deseo de ser piel roja. Sitting Bull ha muerto y no hay tambores para hacerlo volver desde el reino de las sombras. Deseo de ser piel roja. Cruzó un último jinete la infinita llanura, dejó tras de sí vana polvareda, que luego se deshizo en el viento. Deseo de ser piel roja. En la Reservación no anida serpiente de cascabel, sino abandono. DESEO DE SER PIEL ROJA. (Sitting Bull ha muerto, los tambores lo gritan sin esperar respuesta.)

  14. Poesía de la experiencia • Nace por oposición a los Novísimos • Recupera para la poesía lo cotidiano y lo verosímil • Tono coloquial • Gusto por contar la experiencia personal y vital • LUIS GARCÍA MONTERO, ANA ROSETTI, FELIPE BENÍTEZ REYES

  15. VI. El teatro a partir de 1975 • Gran variedad de estilos • Regido por el éxito comercial • Competencia de otros espectáculos • En cuanto a los lugares, hay un teatro oficial (subvencionado por los poderes públicos); un teatro comercial y un teatro alternativo • Cada uno de ellos escenificará obras teatrales diversas: • Teatro clásico y moderno • Teatro experimental • Teatro convencional

  16. Distintas tendencias: 1- Teatro convencional: No rompe con los esquemas sólo cambia los temas F. F. Gómez: Las bicicletas son para el verano J. Sánchís: ¡Ay, Carmela! 2- Teatro experimental: Grupos independientes con novedosas propuestas Elscomediants, La Cuadra 3- Teatro realista y social: Nueva sociedad, la juventud, la movida Alonso de Santos: Bajarse al moro

  17. LITERATURA HISPANOAMERICANA

  18. I. HISTORIA Y REALIDAD DE HISPANOAMÉRICA • Hispanoamérica es una realidad diversa y compleja, de 19 naciones, cuyo nexo fundamental es la lengua española • Su historia como naciones se inicia a partir del s. XIX con los procesos de independencia • Económicamente, son naciones deprimidas y explotadas por potencias económicas, con una fuerte corrupción. • Socialmente, confluyen diversos estratos sociales y raciales muy dispares con un importante sentimiento patriótico • En política, la nota principal es la inestabilidad • En lo cultural, la literatura ha sido uno de los vehículos para la búsqueda y afirmación de la identidad americana.

  19. II. LA POESÍA • En Hispanoamérica, la literatura gana su madurez a finales del s. XIX. • Con anterioridad, los autores y obras formaron parte de la literatura española siguiendo sus tendencias y rasgos. • El primer movimiento que se produce en Hispanóamérica como propio es el Modernismo • A CONTINUACIÓN VEREMOS LOS PRINCIPALES MOVIMIENTOS POÉTICOS HISPANOAMERICANOS DEL SIGLO XX

  20. EL MODERNISMO

  21. LAS VANGUARDIAS

  22. No hay tiempo que perderLos iceberg que flotan en los ojos de los muertosConocen su caminoCiego sería el que lloraraLas tinieblas del féretro sin límitesLas esperanzas abolidasLos tormentos cambiados en inscripción de cementerioAquí yace Carlota ojos marítimosSe le rompió un satéliteAquí yace Matías en su corazón dos escualos se batíanAquí yace Marcelo mar y cielo en el mismo violonceloAquí yace Susana cansada de pelear contra el olvidoAquí yace Teresa ésa es la tierra que araron sus ojos hoy ocupada por su cuerpoAquí yace Angélica anclada en el puerto de sus brazosAquí yace Rosario río de rosas hasta el infinitoAquí yace Raimundo raíces del mundo son sus venasAquí yace Clarisa cara risa enclaustrada en la luzAquí yace Alejandro antro alejado ala adentroAquí yace Gabriela rotos los diques sube en las savias hasta el sueño esperando la resurrecciónAquí yace AItazor azor fulminado por la alturaAquí yace Vicente antipoeta y mago Altazor V. Huidobro

  23. OTRAS TENDENCIAS A PARTIR DE 1930

  24. DEVUELTO A la cara de mi hijo que duerme, bajan arenas de las dunas, flor de la caña y la espuma que vuela de la cascada... Y es sueño nada más cuanto le baja; sueño cae a su boca, sueño a su espalda, y me roban su cuerpo junto con su alma. Y así lo van cubriendo con tanta maña, que en la noche no tengo hijo ni nada, madre ciega de sombra, madre robada. Hasta que el sol bendito al fin lo baña: me lo devuelve en linda fruta mondada ¡y me lo pone entero sobre la falda! Gabriela Mistral

  25. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos». El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, Mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. P. NERUDA: Veinte poemas de amor…

  26. CANTO NEGRO ¡Yambambó, yambambé! Repica el congosolongo, repica el negro bien negro; congosolongo del Songo baila yambó sobre un pie. Mamatomba, serembecuserembá. El negro canta y se ajuma, el negro se ajuma y canta, el negro canta y se va. Acuememeserembó, aéyambó, aé. Tamba, tamba, tamba, tamba, tamba del negro que tumba; tumba del negro, caramba, caramba, que el negro tumba: ¡yamba, yambó, yambambé! N. Guillén: Sóngorocosongo. Poemas mulatos

  27. III. LA NARRATIVA • Auge extraordinario a lo largo del s. XX • La novela se convierte en un medio para buscar y expresar la esencia e identidad de lo americano • PRINCIPALES CORRIENTES NARRATIVAS DEL SIGLO XX

  28. NOVELA REALISTA • Imita los modelos temáticos y formales de la novela realista del s. XX • Se distinguen diversas temáticas

  29. LA RENOVACIÓN Y EL BOOM • Según avanza el siglo XX, se va produciendo una novela que abandona el Realismo • En su lugar, se hace una novela de gran cuidado formal que irá evolucionando, gracias a las influencias de las corrientes renovadoras europeas, hacia la renovación y la experimentación • Todo ello culminará en los años 60 con el llamado boom de la novela hispanoamericana cuyas características son: • Gran éxito comercial y reconocimiento internacional • Gran capacidad creativa, originalidad y literaria • Innovación formal (nuevos tipos de narradores, saltos temporales, cambios de estilo, gusto por el preciosismo… • Innovación temática: lo humano, lo mítico y lo fantástico

  30. Durante este periodo del boom surge la corriente narrativa hispanoamericana más famosa y celebrada mundialmente: el Realismo mágico.

  31. El día se fue aclarando lentamente, aunque siempre retrasado de luz con relación a la hora, sobre una ciudad destechada, llena de escombros y despojos —puesta en el hueso de sus vigas desnudas—. Centenares de casas pobres quedaban reducidas a los horcones esquineros con tambaleantes pisos de madera alzados sobre fangales, como escenarios de miseria, donde familias resignadas hacían el recuento de las pocas cosas que les quedaban.[...]De las aguas sucias del puerto emergían mástiles de veleros hundidos, entre botes volcados, que flotaban sin rumbo hasta trabarse en racimos. Sacábase a tierra algún cadáver de marinero, con las manos enredadas en una maraña de cordeles. En el Arsenal, el ciclón había barrido por lo bajo, esparciendo las maderas de las naves en construcción, acabando con las frágiles paredes de las tabernas y casas de baile. Las calles eran fosos de lodo. Algunos palacios viejos, a pesar de sus corpulentas mamposterías, habían sido vencidos por el viento, entregando las lucetas, las puertas y ventanas al huracán que, metido entre sus muros, los había embestido desde adentro, derribando pórticos y fachadas. Los muebles de una ebanistería famosa […] llevados por el viento, habían ido a caer en pleno campo, más allá de las murallas de la ciudad, más allá de las huertas, allá donde centenares de palmeras yacían, en el desbordamiento de los arroyos crecidos, como fustes de columnas antiguas derribadas por un terremoto. Y, sin embargo, a pesar de la magnitud del desastre, las gentes, acostumbradas a la periodicidad de un azote que era considerado como una inevitable convulsión del Trópico, se daban a cerrar, a reparar, a repellar, con una diligencia de insectos. Todo estaba mojado; todo olía a mojado; todo mojaba las manos. Secar, achicar, arrojar el agua de donde estuviera, fue trabajo de todos durante aquel día. Y a media tarde, cumplida ya la tarea de rehacer las viviendas propias, empezaron a ofrecerse los carpinteros, los albañiles, los vidrieros y cerrajeros. A. Carpentier: El Siglo de las Luces

  32. Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo de aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua. J. Cortázar, Rayuela

  33. Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosaconvulcante de las mátricas, la jadehollanteembocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumíticaagopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias. Julio Cortázar, Rayuela, capítulo 68 CAPÍTULO ESCRITO EN GLÍGLICO

  34. JUEGO LITERARIO EN RAYUELA Cap. 34 "En setiembre del 80, pocos meses después del fallecimientoY las cosas que lee, una novela, mal escrita, para colmode mi padre, resolví apartarme de los negocios, cediéndolosuna edición infecta, uno se pregunta cómo puede interesarlea otra casa extractora de Jerez tan acreditada como la mía;algo así. Pensar que se ha pasado horas enteras devorandorealicé los créditos que pude, arrendé los predios, traspaséesta sopa fría y desabrida, tantas otras lecturas increíbles,las bodegas y sus existencias, y me fui a vivir a Madrid.“ En este capítulo se mezclan la lectura de un texto de Galdós, que corresponde a las líneas impares (Lo prohibido) con las reflexiones del protagonista, que se intercalan, en las líneas pares.

  35. EL CUENTO • El cuento ha sido un subgénero narrativo muy atendido por los autores hispanoamericanos. • Sigue las principales tendencias narrativas del siglo • Sus rasgos serían: • Cuidado formal • Estilo propio y personal • Narrador subjetivo • Juego literario • Reflexión filosófica

  36. Duermes, sin soñar, hasta que el chorro de luz te despierta, a las seis de la mañana, porque ese techo de vidrios no posee cortinas. Te cubres los ojos con la almohada y tratas de volver a dormir. A los diez minutos, olvidas tu propósito y caminas al baño, donde encuentras todas tus cosas dispuestas en una mesa, tus escasos trajes colgados en el ropero. Has terminado de afeitarte cuando ese maullido implorante y doloroso destruye el silencio de la mañana. Llega a tus oídos con una vibración atroz, rasgante, de imploración. Intentas ubicar su origen: abres la puerta que da al corredor y allí no lo escuchas: esos maullidos se cuelan desde lo alto, desde el tragaluz. Trepas velozmente a la silla, de la silla a la mesa de trabajo, y apoyándote en el librero puedes alcanzar el tragaluz, abrir uno de sus vidrios, elevarte con esfuerzo y clavar la mirada en ese jardín lateral, ese cubo de tejos y zarzas enmarañados donde cinco, seis, siete gatos —no puedes contarlos: no puedes sostenerte allí mas de un segundo— encadenados unos con otros, se revuelcan envueltos en fuego, desprenden un humo opaco, un olor de pelambre incendiada. Dudas, al caer sobre la butaca, si en realidad has visto eso; quizás solo uniste esa imagen a los maullidos espantosos que persisten, disminuyen, al cabo terminan. Carlos Fuentes, Aura

  37. AUTORES Y OBRAS

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