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UNIDAD 5:. VALORACIÓN CRÍTICA Y OPINIÓN PERSONAL. La VALORACIÓN CRÍTICA y la OPINIÓN PERSONAL son dos partes claramente diferenciadas que no se deben confundir. Se establecerá una división clara entre estas dos partes utilizando el punto y aparte. VALORACIÓN CRÍTICA.
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UNIDAD 5: VALORACIÓN CRÍTICA Y OPINIÓN PERSONAL
La VALORACIÓN CRÍTICA y la OPINIÓN PERSONAL son dos partes claramente diferenciadas que no se deben confundir. Se establecerá una división clara entre estas dos partes utilizando el punto y aparte.
VALORACIÓN CRÍTICA • ¿Es un tema de interés social? • ¿Es un texto de actualidad? • ¿Consigue el autor orientar nuestra opinión? • ¿Nos convencen los argumentos que ofrece el autor? • ¿Se trata el tema con profundidad o se establecen excesivos paralelismos con otros? • ¿El tratamiento de diversos temas le aparta de la determinación de su verdadero objetivo? • ¿Recoge el título del texto el tema o la tesis del mismo o sólo realiza la función de llamar la atención del lector? • ¿Hay temas interdisiciplinares con los que podemos relacionarlo • ¿Hay libros o películas que conozcamos y los con los que podamos asociarlo? • ¿Hay coherencia en el planteamiento general y el a estructura escogido por parte del autor? • ¿El registro lingüístico utilizado facilita la comprensión del texto?
OPINIÓN PERSONAL • Lo primero es tomar una postura: a favor o en contra de la opinión que defienda el autor del texto. No tenemos por qué estar siempre de acuerdo con lo que plantee el autor. • Crearemos nuestro propio texto, en él aportaremos los argumentos necesarios para convencer al receptor de nuestro postura y para explicarle por qué defendemos la tesis escogida, que puede ser, por supuesto, coincidente o no con la del autor. • Aquí es donde podemos decir si el texto es de nuestro interés o no tiene nada que ver con nuestro entorno • Es importante evitar expresiones ramplonas e infantiles del tipo me gusta / no me gusta o qué bonito / qué feo, o el autor es un imbécil, mira que pensar eso y no lo que pienso yo. • Lo más sencillo es crear una estructura argumentativa como las que hemos estudiado: sintetizante, analizante, encuadrada, repetitiva. • Cuando no dominemos completamente el tema o no sepamos qué decir al respecto, podemos aprovechar para centrarnos en un aspecto más secundario del texto.
Enamorados, Rosa Solbes, El País, 13 de febrero de 2005 Qué terrible comprobar que las últimas víctimas mortales de la violencia machista, como sus verdugos, rondan apenas los 20 años. En Xabia, Paterna, Granada,… cuatro jovencísimos cadáveres en tan sólo unas horas dejando en evidencia el que probablemente constituye uno de los más estrepitosos fracasos en la transmisión de valores. Naufragio educativo que no tiene que ver con el boletín de notas, sino con algo mucho más grave: con la impotencia demostrada por la escuela, las familias y los medios de comunicación para impedir que se reproduzcan e incluso refuercen entre la juventud los estereotipos de género. Profesoras y amigas con hijas expresan serias inquietudes ante el tipo de vículos que algunas adolescentes consienten establecer con sus “novietes”, en ocasiones imberbes inseguros pero exigentes, “celosos” y posesivos, tensos y alertas ante cualquier signo de independencia por parte de “su” chica (actitudes que muchas de las hoy maduras ya no toleramos hace décadas). Y estas niñas de hoy, en apariencia listas y aplicadas, “modernas” en su trato con familia y amistades, se acaban convirtiendo en Penélopes rendidas en las trampas del primer amor, incluso halagadas ante las demandas de exclusividad, ignorantes (ellas y ellos) del siniestro significado y posibles consecuencias de ese tipo de relación. El símil homérico se lo debo al libro de Charo Altable, que desde hace años trabaja con estudiantes y estudiantes en pos de una “coeducación sentimental consciente que pueda transmitir conceptos saludables y placenteros del amor”. El Centro Reina Sofía ha constatado que los feticidios afectan a mujeres cada vez más jóvenes, y el año pasado fueron asesinadas más en el tramo de edad entre 15 y 24 años que entre 25 y 34. Quizá sea una situación meramente coyuntural, pero de las 7 que llevamos caídas en 2005 casi la mitad eran crías, incluyendo el caso atroz de la chica tiroteada junto con su novio por haber abortado un embarazo y una relación anterior. Aquel despechado es el penúltimo cachorro mudado en asesino. Alguien le había dejado creer que amar y ser amado consiste en apoderarse de un cuerpo y de una voluntad.
Valoración crítica y opinión personal.Ejemplo 1 Pasan los años y la situación de muchas mujeres sigue siendo la misma. A pesar de tratarse de un texto de 2005, el tema del maltrato y la sumisión de la mujer a su pareja sigue estando de actualidad y sigue suscitando interés social. Seguimos escandalizándonos cuando vemos en los telediarios que mujeres mueren a manos de sus parejas y siguen llamándonos la atención conversaciones entre niñas que se muestran orgullosas del celo con el que las tratan sus chicos. Se habla del tema en canciones, películas (Te doy mis ojos, Solo mía), series de televisión, libros…. El lenguaje utilizado es sencillo y de fácil comprensión a pesar de la referencia a la mitológica Penélope, que establece una paralelismo entre la figura de la mujer enamorada que espera al amado, que parece no quererla tanto, y estas jóvenes chicas que lo justifican todo atendiendo al amor. El título actúa como paradoja con respecto al contenido del texto porque la actitud de estos jóvenes nada tiene que ver con lo que realmente es el amor. Y quizás, como dice la autora, es porque no saben qué es realmente el amor. No sé qué está fallando, pero Rosa Solbes tiene razón, muchos jóvenes no saben que el amor es la ausencia total de egoísmo.Trabajo con adolescentes y observo actitudes muy distintas con respecto al amor. En la mayoría de los casos, los jóvenes quieren vivir al día en lo que a relaciones se refieren y no se plantean la idea de una relación formal que se alargue en el tiempo y que se convierta en una pareja futura. Pero en otros casos, especialmente en culturas como la gitana, algunas chicas –afortunadamente una minoría- te hablan de sus novios a los que adoran y que con 15 años les han pedido matrimonio y los que, en muchos casos, les prohíben hablar demasiado con otros chicos, llevar minifaldas, lucir escotes… o estudiar, porque las quieren para ser buenas madres, esposas y amas de casa. Sin embargo, los recelos de chicos inseguros hacia sus parejas no son exclusivos de ninguna etnia o comunidad, y hay muchos chicos que critican a las chicas que muestran una conducta más liberal y que, con toda la soberbia del mundo, te dicen que ellos nunca consentirían eso en sus novias; otra cosa es lo que ellos hagan, para ellos todo está permitido Yo tuve un compañero en el colegio que pensaba así y, que yo sepa, nunca ha tenido pareja.
Valoración crítica y opinión personal.Ejemplo 2 El texto sobre el que trata el texto es un tema de total actualidad debido a que desgraciadamente, cada vez hay más casos de violencia doméstica y las víctimas son cada vez más jóvenes. Por lo tanto es un tema de interés social, puesto que, como ha comentado la autora del texto, es un tema que afecta a las familias de los jóvenes, las escuelas y los medios de comunicación. El título que propone Rosa Solbes a simple vista no da ningún indicio del tema que va a tratar el texto, porque ¿es realmente amor lo que sienten estos chicos? Sobre la violencia doméstica se han escrito muchísimas canciones como “Malo eres” y se han rodado muchas películas, entre ellas “Te daré mis ojos” o “Sólo mía”. En mi opinión, estoy totalmente de acuerdo con Rosa Solbes, puesto que una relación de amor difiere mucho de una relación de control de una persona, pero sinceramente, no sé qué está fallando. Tal vez estas jóvenes inexpertas en el amor se crean el bulo de que “sus” parejas les hacen creer y piensen que si no están con él, o no acceden a todas las peticiones que les hacen, se van a quedar solas y es, por desgracia, cuando caen por primera vez en las “trampas” de su pareja, y es muy difícil salir de ellas. En cuanto al motivo por el que ellos se comportan de esa manera, me imagino que gran culpa la tiene su educación en casa, y supongo que, por complicado que sea de entender, al final nos vemos rodeados por hechos que no desearíamos nunca.
Valoración crítica y opinión personal.Ejemplo 3 Se trata de un artículo que, afortunadamente, ha perdido actualidad porque hace tiempo que no oímos casos tan terribles en las noticias aunque en su momento estos tuvieron gran repercusión social. El título recoge de forma irónica la opinión de la autora de que, en realidad, ese tipo de relaciones inmaduras y posesivas no son realmente de amor. Por otro lado, el lenguaje utilizado es asequible y no dificulta la comprensión del texto y me parece que la opinión de la autora está bien argumentada con ejemplos reales y con experiencias personales. Me ha gustado mucho la relación de estos casos con los personajes de Homero. Me parece muy triste que haya chicas jóvenes que, aun estando en la época en la que estamos, crean que si sus novios les dicen que no lleven falda corta es porque las quieren más. Por mi trabajo he podido observar cómo hay chicos que quieren poseer exclusivamente a sus novias y estas, encima, se ponen de parte de ellos. Con la experiencia sabemos que el amor es, por definición, generosidad y que si se quiere a alguien hay que quererlo libre y feliz. Por eso me extraña que a estas alturas, las adolescentes (teóricamente con más información que nosotras que ya no lo somos hace tiempo) no se den cuenta de que las están maltratando. He visto llegar a una chica a clase con la cara marcada por los golpes de su joven novio, menor de edad. Ante los intentos de ayuda, ella decidió dejar los estudios para poder seguir viéndose con el susodicho. Sinceramente, no sé en qué estamos fallando, pero habría que unir esfuerzos para que se erradicara de una vez por todas el concepto posesivo de las relaciones amorosas
La media naranja, José Antonio Hernández Guerrero, Diario de Cádiz, 30 de mayo de 2001 “La media naranja”, esa imagen metafórica tan tópica que todos usamos para referirnos al cónyuge, constituye, en mi opinión, un error de interpretación y, lo que es más grave, una concepción de la pareja seriamente peligrosa. Aunque es cierto que algunas mujeres y hombres buscan y encuentran un consorte que complete sus carencias, compense sus deficiencias, corrija sus defectos y solucione sus problemas; aunque es frecuente que se explique la unión matrimonial como una fórmula para nivelar los desequilibrios psicológicos, culturales y hasta económicos, también es verdad que la experiencia nos demuestra que esta receta compensadora aboca, en muchas ocasiones, a la frustración personal y al fracaso familiar. No ponemos en duda que el ser humano es esencialmente imperfecto, indigente, incompleto, defectuoso y necesitado. Estamos de acuerdo en que, para “realizarnos”, para llegar a ser nosotros mismos, requerimos la ayuda de los demás, pero opinamos que esta colaboración, más que a remediar nuestras carencias o a aliviar nuestras dolencias, ha de contribuir a que cada uno despliegue todas sus facultades, supere por sí solo sus dificultades, alcance sus metas y logre su peculiar plenitud. Como suele repetir Antonio García, “los seres humanos —cada ser humano—, hombre o mujer, joven o anciano, soltero o casado, no somos seres mutilados, sino que somos o debemos llegar a ser unos proyectos completos y unas obras acabadas”. Cada uno de nosotros encierra en lo más profundo de sus entrañas un diseño propio y un plan diferente que, con la ayuda de todos los demás acompañantes y compañeros, ha de desarrollar y cumplir. El proyecto común de cualquier tipo de personas —sobre todo de las que integran la unidad familiar— vale sólo en la medida en la que sirve para facilitar que cada uno de los miembros identifique y construya su modelo singular; para que viva su vida y para que logre su bienestar. Los cónyuges no somos medias naranjas, somos ... naranjas enteras.
El tema del que trata el texto, la creencia de que nuestra media naranja debe completar nuestra persona, es muy común en la mayoría de las personas. El texto está escrito con un lenguaje fácil de entender, exponiendo las ideas y opiniones del autor ordenadas, para así, el autor, conseguir convencernos de su tesis. El título “La media naranja” recoge totalmente lo que el autor expresa en el texto. En el texto se critica el concepto de media naranja, argumentando la formación de la persona, en mi opinión no estoy de acuerdo, una persona es tu media naranja cuando coincides en muchos aspectos y valores, compartiendo con ella la forma de ser y de ver las cosas. En mi opinión, independientemente, de si una persona esta completa o no, existe otra, muy parecida a ti, que se hace llamar media naranja.
El tema del que trata el texto, la concepción de la pareja como medio para la realización personal y no como medio de solución para los problemas individuales, es un tema que continuamente se puede observar en la sociedad, en las parejas de hoy en día. También suelen haber tertulias radiofónicas en las que se debate dicho tema, y existen gran variedad de libros, sobre todo de psicología y filosofía que tratan este tema. Por lo tanto es un tema actual. Es un tema de interés general, ya que va dirigido a toda la sociedad. El texto está escrito de forma clara y coherente. El lenguaje utilizado es fácil de entender y las ideas aparecen de forma ordenada, lo cual conlleva a que el autor consiga su intención de orientar nuestra opinión, gracias a los argumentos utilizados para defender su idea: los cónyugues no somos medias naranjas sino naranjas enteras. El título “la media naranja”, no recoge exactamente el contenido del texto, pero tiene originalidad, puesto que actúa como metáfora, comparando la otra mitad que gran parte de la sociedad ansía encontrar para completar su persona, con la media naranja. El título también posee cierta ironía, ya que para el autor somos naranjas enteras y no medias naranjas. En el texto, Jose Antonio Hernández Guerrero defiende el concepto de pareja como medio de realización personal y critica la utilización del cónyugue con la finalidad de completar las carencias del otro. Yo estoy de acuerdo con su opinión porque pienso que las personas que llevan a cabo la búsqueda y utilización del cónyugue para completar sus carencias lo hacen porque resulta mas fácil que intentar realizarse uno mismo y enfrentarse a los propios miedos y defectos, ya que el cónyugue se encargaría de esos aspectos. Pero pienso que resulta más gratificante la superación de las dificultades y alcanzar las metas por uno mismo, puesto que ello conlleva a que la persona sea independiente, virtud muy importante en la realización personal. Yo opino que para que los integrantes de una pareja se realicen como personas independientes y puedan disfrutar de un bienestar deben respetar sus vidas y sus ideas mutuamente, y en lugar de poner obstáculos al crecimiento personal de cada uno, deben ayudar a su pareja en sus propósitos. Bajo mi punto de vista, de esto trata una relación de pareja.
El tema del texto es algo muy idílico, como es la búsqueda de nuestra “media naranja”.No es un tema de actualidad aunque sí cotidiano y tampoco de interés social pero si algo para hacernos pensar y no hacernos sentir inferiores. El texto esta escrito en un lenguaje culto, no es de fácil comprensión, con un cuerpo argumentativo un tanto enrevesado, lo que hace que hasta llegar al último párrafo no descifremos el mensaje. El título ya te introduce en el tema de forma explícita, ya que con este título podrían ser escritos infinidad de artículos, cada cual más diverso pero siempre en referencia a la pareja. Este texto, con el que creo que la mayoría de gente estará de acuerdo ha aplicado muy literalmente el título, claro que la mayoría de nosotros buscamos nuestra media naranja, pero no como dice aquí para completar lo que nos falta, sino para compartir lo que tenemos, otro ser humano no nos puede hacer completos, solo el tiempo y la experiencia tienen la virtud de completarnos como seres humanos, lo que hace que con el paso del tiempo vayamos necesitando “medias naranjas” diferentes.
VALORACIÓN CRÍTICA El tema del texto trata, de si las personas tenemos o no una media naranja que nos complemente para lograr la felicidad y hacer que nos sintamos completos. También, plantea la posibilidad de que una persona no necesite de esa media naranja para lograr su felicidad. Este tema es muy habitual que se plantee a menudo en televisión, a través de programas donde la gente va a buscar a su media naranja. El texto está escrito de una manera clara y emplea un vocabulario fácil de entender. El autor, pretende convencernos de que en la vida para ser feliz y sentirse realizado, no hace falta tener a una persona que te ayude a cumplir esos objetivos. El título “ La media Naranja”, se plantea de una manera irónica para dejarnos claro que no existe la pareja ideal. OPINIÓN PERSONAL En el texto José Antonio Herrández Guerrero, nos pretende convencer que no existe esa media naranja que muchas personas se empeñan en buscar para sentirse felices y realizados. Yo estoy de acuerdo con los argumentos del autor, porque, por mucho que en películas y programas de televisión se centren en hacernos ver que sí existe, la realidad no es así. Las verdaderas historias de amor sólo existen en el cine. Hoy en día, las personas nos podemos sentir igual de realizados sin tener pareja, a través del trabajo, experiencias vividas y momentos compartidos con familiares y amigos. Porque ¿de que sirve estar con una “supuesta” media naranja si no te hace feliz?
Valoración crítica El autor nos presenta el tema del desarrollo como individuos dentro de la pareja, pariendo de la idea tópica de la pareja ideal. Es un tema que no es de actualidad plana, pero si es cierto que no desaparece de las conversaciones en reuniones de mujeres o de parejas de amigos. Si tenemos en cuenta la mención que nos hace el autor a que las faltas que nos podemos encontrar las buscamos en nuestras parejas para que nos complementen, veremos como en las revistas del corazón hay millones de parejas que se complementan económicamente y siguen pareciendo “parejas ideales”. Creo que el autor podía haber expuesto algún ejemplo para exponer de manera más contundente su teoría, o haberse implicado más personalmente. Tal vez haya cierta falta de originalidad en el texto porque es un tema muy general y comentado y hubiese necesitado de algo más llamativo para ser impactante al lector. Opinión Personal No quiero decir que el texto no sea de mi interés, sino que creo que en el tema de parejas puede llegar a haber mucha falsedad (o pocas ganas de decir la verdad). Todos deseamos realizarnos individualmente y conseguir nuestras metas personales o profesionales, y tenemos miles de sueños, pero también es cierto que sacrificamos parte de esos sueños y metas por llegar a tener una vida en pareja plena, sin dejar de ser por ello seres humanos completos. Cada uno valora la pareja y sus sentimientos de un forma y da importancia a las cosas en orden distintos, lo que para unos puede ser un sacrificio para otros es un placer. De todos modos el intermedio es lo mejor, poder tener una parcela íntima donde nadie entre y a la vez compartir todo con tu pareja, que para mí, es el mejor estado en el que puede estar uno.
El tema desarrollado en el texto tiene interés social desde el momento en el que aún seguimos utilizando la expresión ``mi media naranja ´´ y si seguimos haciendo lo es que todavía está muy arraigada en nuestra sociedad la idea de que la pareja debe ser un complemento que resuelva nuestras deficiencias. El tema me parece atemporal, es decir, ha estado, está, estará de actualidad mientras no cambie la concepción que tenemos de nuestra pareja. Creo que el autor ha elaborado un artículo en el que expone con brillantez como debería ser la pareja actual. Por otra parte el título elegido para el artículo refleja perfectamente la concepción que mucha gente tiene de su pareja. En lo que respecta a mi opinión personal he de decir que en lineas generales estoy deacuerdo con el autor. Siempre ha habido personas que buscan alguien que les elabore su proyecto personal , quizás ( sobre todo en la mujer ) porque nadie les ha enseñado que pueden hacerlo por ellas mismas o porque un padre o un esposo lo ha decidido por ellas. En la actualidad muchas parejas jóvenes e inmaduras que todavía no tienen un proyecto personal claro inician relaciones que acaban en muchas ocasiones en fracaso porque quieren que el otro siga su proyecto personal o porque por inmadurez aceptan ese proyecto sin pensar que pueden elaborarlos ellos mismos.
El tema que nos presenta el texto, es un tema de actualidad, no porque lo encontremos a diario en los medios, sino porque es un tema que está presente en la mente de todos. El texto está escrito de forma clara, donde podemos ver las partes donde argumenta las razones por las cuales defiende su tesis, aunque a veces divaga un poco con los ejemplos, lo cual puede hacerte perder el hilo del argumento. El lenguaje utilizado es comprensible, aunque recurre en ciertas ocasiones a las metáforas, y esto puede llevar al lector a una mala interpretación de ellas. El título “La media naranja”, es acertado en cuanto al contenido del texto, y también para el lector, ya que como dice el autor es una metáfora, para definir a las parejas , que tenemos todos muy presente y que nos hace pensar casi de inmediato, de que va a ir el texto. En el texto, José Antonio Hernández Guerrero, nos habla de la mala interpretación, según él, que tenemos de la metáfora “la media naranja”, para referirnos al cónyuge, y lo que es peor, un concepto de pareja muy peligroso, argumentando que el apoyo de los demás nos es necesario para desarrollar ese proyecto que llevemos dentro y que define como seremos, pero que al juntarnos en parejas no solo somos una mitad, sino un todo, que ayuda a los demás (no solo a la pareja) a su desarrollo. Yo estoy de acuerdo con el autor, pues, no podemos pasarnos parte de nuestra vida buscando a alguien que nos dé lo que nos falta, porque si lo encontramos y después deja de dárnoslo, habremos conseguido el efecto contrario, y puede llevarnos al fracaso personal. Debemos d buscar a alguien que nos complemente, sí, pero que al mismo tempo, nos de una independencia para ser nosotros mismos. El autor culmina el texto diciéndonos que el proyecto común de las personas, y cita la unidad familiar, vale solo para facilitar que cada miembro construya su modelo de vida personal, y por lo tanto los cónyuges no son medias naranjas, sino naranjas enteras, nada más cierto, pues cada uno contribuye a su manera, al desarrollo de los demás, y no nos hace falta nadie que nos dé la mitad de sus “ideas” para contribuir a dicho desarrollo, pues deberían ser personales e intransferibles.
VALORACIÓN CRÍTICA: El tema del que habla el texto, que es la búsqueda de nuestra mitad perfecta, es un tema de actualidad hoy y siempre. Es inherente al ser humano la necesidad de otro que lo complemente para ser feliz, así en parte nos han educado y constantemente recibimos esa información ya sea a través de películas, series, canciones, novelas rosa, etc.…. El Amor es lo que mueve al mundo, aunque aquí el concepto de pareja ideal esté un poco equivocado, al darle al otro la capacidad y poder de hacernos sentir feliz o desgraciados, cosa que nos corresponde decidir a nosotros. Esto se explica muy bien en el texto, en el cuerpo argumentativo de forma clara y concreta, consiguiendo el autor que nos paremos a pensar un poco sobre este tema. El vocabulario es sencillo y preciso, y las ideas están muy bien distribuidas facilitándonos la comprensión del texto en general. El titulo hace alusión exacta al tema, y a la tesis, puesto que lo que defiende el autor es que no somos seres incompletos ni mitades de nada ni de nadie, sólo seres únicos y completos con todas las capacidades y posibilidades para realizarnos por nosotros mismos y conseguir la felicidad. OPINIÓN PERSONAL: Casi todos hemos sido educados, y hemos crecido creyendo que nuestra máxima realización seria el formar una familia y hogar estable y feliz. Convencidos que esa otra mitad, nuestro cónyuge nos aportaría la estabilidad, felicidad y plenitud en todas las áreas de nuestra vida, delegando en él o ella nuestras responsabilidades con nosotros mismos, y olvidándonos que somos nosotros los únicos hacedores de nuestra felicidad y de nuestra pena. Nos vemos como seres incompletos, algo vacíos, faltos nos sabemos de qué, y vivimos con ese sentimiento de carencia, buscando la felicidad a marchas forzadas en una pareja ideal, otro ser humano, que nos nutra, nos llene y nos haga feliz. Ese ser humano con sus carencias, vacíos, y demás, a veces no puede hacernos felices del todo, por lo que debemos complementarnos el uno al otro, reconocernos cada uno como seres independientes y únicos aun viviendo en pareja, e intentar ser felices por nosotros mismos, sentirnos plenos ya. Yo creo que esta es la clave, ser emocionalmente autónomos y dependientes de nosotros mismos, sentirnos llenos y seguros, con una autoestima a prueba de bomba y así con este gran potencial asumido, ser felices con nosotros y con el resto que nos rodea.
Valoración crítica. Es un tema actual puesto que sucede con frecuencia en la sociedad de hoy día. En este texto el autor nos habla acerca de las relaciones de pareja y de los fracasos que son producidos por no ser nosotros mismos, por querer apoyarnos en nuestro cónyuge para tratar de suplir todas nuestras carencias. Al escribir el texto, el autor usa un tono irónico para referirse a las relaciones entre seres humanos. Opinión personal. Estoy de acuerdo con lo que dice el autor porque en la sociedad actual es muy frecuente ver como las personas buscan y, a veces, encuentran una pareja para que supla todas sus carencias y muchas veces, usan como excusa el matrimonio para nivelar desequilibrios psicológicos y, en muchas ocasiones este paso sólo lleva a un fracaso personal. Bajo mi punto de vista, cada uno es como es, y hay que tener a nuestro lado una persona que nos ayude a ser mejores, pero sin dejar de ser nosotros mismos.
Estoy totalmente de acuerdo con el texto ya que realmente la mayoria de nosotros depende la pesona que tenemos a nuestro lado para todo o casi todo con ellos lleva a veces ser bastante peligrosa porque no tenemos dependencia ninguna ni opinion propia.
VALORACIÓN CRÍTICA El tema que trata este texto, la necesidad de una pareja para alcanzar nuestros retos, lamentablemente es un sentimiento muy aferrado a todos. No es que sea un tema de suma actualidad pero sin embargo es algo que está ahí y a muchos nos arrastra hacia la frustración y el fracaso. El autor ha intentado explicar de dónde viene esta manera de pensar y actuar dando datos muy coherentes y con un registro lingüístico de fácil comprensión, el cual me ha convencido de lo que pretendía. En el texto, el autor defiende que en realidad todos necesitamos la ayuda de alguien para cumplir ciertas metas sí, pero que somos nosotros mismos los que con nuestras propias facultades debemos llegar al punto de la autorrealización y ser personas que vivan su propia vida de un modo singular. OPINIÓN PERSONAL La tesis de mi opinión personal coincide respecto a la del autor. Hoy más gente de la que podemos imaginar a la sombra de su propia pareja, siendo los títeres de una obra que ni siquiera es la suya propia, es de esperar que con el tiempo se sientan frustrados y vacíos al no conseguir sus propias metas. Todos necesitamos un empujón, una motivación, un apoyo, un consuelo, pero el esfuerzo ha de ser nuestro. Las parejas sin las que nos complementan una vida que nosotros mismos hemos forjado.
El tema del que trata el texto es la opinin negativa que tiene el autor sobre el concepto media naranja y lo negativo que puede llegar a ser una relacin basada en este concepto de pareja. Es un tema que tiene ms inters para Hollywood y los programas televisivos vespertinos que para un debate social, porque parece claro que lo que los individuos buscan es alguien complementario en sus relaciones personales. El lenguaje es demasiado culto, aunque entendible por el medio donde se edit, la Universidad de Cdiz. En el texto Jos Antonio Hernndez defiende que cada miembro de la unidad familiar sea independiente y no est convencido de que sea necesario la ayuda para desarrollarse como persona, aunque reconoce que al final casi todos lo hacemos. Mi opinin personal es contraria a la tesis que defiende el autor, ya que yo si pienso que para remediar nuestras carencias es necesario la ayuda del otro.
VALORACION CRITICA: Es un texto de un tema concreto: La imagen metafórica de la media naranja. No esta especialmente de actualidad. El escritor nos hace ver,que el matrimonio es el complemento esencial para muchas personas. Nos quiere convencer de la individualidad de la persona, que crezca y madure aunque para ello se apoye en los demás.Trata el tema subjetivamente, e insiste en el hecho de que somos seres absolutamente independientes. Lo refleja muy bien, cuando cita a Antonio García y enfatiza que somos seres únicos e individuales. OPINIÓN PERSONAL: Creo que el autor aborda un tema que si no es de estricta actualidad, sí es un tema de interés general. Pienso que las personas somos seres totalmente independientes, y debemos crecer y formarnos para madurar y evolucionar. Que el proyecto que formarnos con nuestra pareja, es un proyecto en común, pero debemos mantener la individualidad de cada uno. Creo que somos personas absolutamente únicas e individuales, no somos seres mutilados ni medias naranjas.
“La media naranja” de José Antonio Hernández es un tema de interés genearal y social vigente en la actualidad por tratarse de la convivencia entre parejas. Es orientativo porque sus argumentos convencen al lector con sus definiciones del ser humano. Refuerza su planteamiento con recursos como la cita de otros autores. El título recoge el tema principal del texto y es coherente en la totalidad de la estructura. Utiliza un registro formal y claro, apto para todo tipo de lector. El tema tratado está reflejado constantemente en el cine y la literatura, como podemos ver en El diario de Briget Jones. En mi opinión estoy de acuerdo con la teoría y descripción que realiza el autor sobre la media naranja. Sin embago, creo que su definición sobre la forma de unirse algunas parejas queda algo desfasada. En la actualidad el ser humano no deposita todas sus penurias en su media naranja. Considero que no somos perfectos y por muy realizados que nos sintamos , necesitamos media naranja para ser naranjas enteras.
VALORACION CRITICA No podemos decir que el tema tratado en el texto sea de actualidad, ni que tenga mucho interés social. Es más una reflexión del autor sobre la utilización de la expresión “media naranja”. Jose Antonio Hernández utiliza un vocabulario accesible para la mejor comprensión del texto. También la hace fácil su estructura, primero expone el tema y una breve opinión, después explica su razonamiento y finalmente, concluye con una frase tajante que deja totalmente clara la opinión e intención que posee. Con respecto al título, no hay lugar a dudas que es precisamente la clave del tema a tratar. OPINION PERSONAL Bajo mi punto de vista, creo que el autor se ha tomado demasiado a pecho la aplicación de la expresión, relacionándola con el comportamiento que tenemos los humanos para con nuestras parejas. Pienso que no es necesario ceñirse tanto a la terminología, ya que se trata más de una elección personal que de una ley social. En mayor o menor medida, cada uno de nosotros, intentamos vivir nuestras vidas de la forma en que nos apetece o nos permiten las circunstancias. Pero tampoco hay que olvidar que muchos no estamos solos en nuestra aventura, y si elegimos pasar el resto de nuestros días, o lo que dure la relación, con una persona determinada, también debemos tenerla en cuenta, no solo ayudándola a encontrar la plenitud como dice el autor, sino complementando sus carencias y defectos, y colaborando a solucionar sus problemas que, en muchas ocasiones, son de ambos. Según mi criterio, hay que equilibrar la balanza. Es decir, ni vivir la vida tal y como tu pareja te dicte, ni hacerlo sin contar con ella.
El tema que trata el texto, un cónyuge para sentirnos completos, es un tema de actualidad, (reflejado principalmente)sobre todo por películas y libros que lo llevan a crear un interés social, como ocurre en la película tan aclamada (Avatar). El texto está escrito de una forma clara y lógica. El lenguaje utilizado es fácil de comprender y las ideas aparecen de forma ordenada pero el autor no consigue llevarnos hasta su tesis aunque sus argumentos la defienden: cada cónyuge es singular. El título, “La media naranja”, no recoge en gran medida el contenido del texto pero funciona como metáfora graciosa y llamativa para el lector. El autor actúa de forma subjetiva ya que da su opinión y con la inclusión de una cita de otro autor trata de persuadirnos para conseguir su propósito. El texto del autor José Antonio Hernández define al cónyuge como un ser sin necesidad de otra u otras personas para mejorar y no puedo estar de acuerdo ya que mi opinión es totalmente contraria a la del autor, creo que cada persona es parte de su familia, de sus amigos o compañeros de trabajo y sobre todo respecto a su media naranja es la que resta tus defectos y suma tus virtudes.
Enamorados, Rosa Solbes, El País, 13 de febrero de 2005 Qué terrible comprobar que las últimas víctimas mortales de la violencia machista, como sus verdugos, rondan apenas los 20 años. En Xabia, Paterna, Granada,… cuatro jovencísimos cadáveres en tan sólo unas horas dejando en evidencia el que probablemente constituye uno de los más estrepitosos fracasos en la transmisión de valores. Naufragio educativo que no tiene que ver con el boletín de notas, sino con algo mucho más grave: con la impotencia demostrada por la escuela, las familias y los medios de comunicación para impedir que se reproduzcan e incluso refuercen entre la juventud los estereotipos de género. Profesoras y amigas con hijas expresan serias inquietudes ante el tipo de vículos que algunas adolescentes consienten establecer con sus “novietes”, en ocasiones imberbes inseguros pero exigentes, “celosos” y posesivos, tensos y alertas ante cualquier signo de independencia por parte de “su” chica (actitudes que muchas de las hoy maduras ya no toleramos hace décadas). Y estas niñas de hoy, en apariencia listas y aplicadas, “modernas” en su trato con familia y amistades, se acaban convirtiendo en Penélopes rendidas en las trampas del primer amor, incluso halagadas ante las demandas de exclusividad, ignorantes (ellas y ellos) del siniestro significado y posibles consecuencias de ese tipo de relación. El símil homérico se lo debo al libro de Charo Altable, que desde hace años trabaja con estudiantes y estudiantes en pos de una “coeducación sentimental consciente que pueda transmitir conceptos saludables y placenteros del amor”. El Centro Reina Sofía ha constatado que los feticidios afectan a mujeres cada vez más jóvenes, y el año pasado fueron asesinadas más en el tramo de edad entre 15 y 24 años que entre 25 y 34. Quizá sea una situación meramente coyuntural, pero de las 7 que llevamos caídas en 2005 casi la mitad eran crías, incluyendo el caso atroz de la chica tiroteada junto con su novio por haber abortado un embarazo y una relación anterior. Aquel despechado es el penúltimo cachorro mudado en asesino. Alguien le había dejado creer que amar y ser amado consiste en apoderarse de un cuerpo y de una voluntad.
Cada vez son más jóvenes las víctimas de la violencia machista. • Las familias, la escuela y los medios de comunicación han fracasado en la transmisión de valores, porque, de no ser así, no tendrían lugar estos sucesos. • Necesitamos una educación para que los jóvenes no confundan una relación basada en la posesión y en la dependencia con una saludable relación de amor. Enamorados, Rosa Solbes, El País, 13 de febrero de 2005 Qué terrible comprobar que las últimas víctimas mortales de la violencia machista, como sus verdugos, rondan apenas los 20 años. 1En Xabia, Paterna, Granada,… cuatro jovencísimos cadáveres en tan sólo unas horas dejando en evidencia el que probablemente constituye uno de los más estrepitosos fracasos en la transmisión de valores. Naufragio educativo que no tiene que ver con el boletín de notas, sino con algo mucho más grave: con la impotencia demostrada por la escuela, las familias y los medios de comunicación para impedir que se reproduzcan e incluso refuercen entre la juventud los estereotipos de género.2 Profesoras y amigas con hijas expresan serias inquietudes ante el tipo de vínculos que algunas adolescentes consienten establecer con sus “novietes”, en ocasiones imberbes inseguros pero exigentes, “celosos” y posesivos, tensos y alertas ante cualquier signo de independencia por parte de “su” chica (actitudes que muchas de las hoy maduras ya no toleramos hace décadas). Y estas niñas de hoy, en apariencia listas y aplicadas, “modernas” en su trato con familia y amistades, se acaban convirtiendo en Penélopes rendidas en las trampas del primer amor, incluso halagadas ante las demandas de exclusividad, ignorantes (ellas y ellos) del siniestro significado y posibles consecuencias de ese tipo de relación. El símil homérico se lo debo al libro de Charo Altable, que desde hace años trabaja con estudiantes y estudiantes en pos de una “coeducación sentimental consciente que pueda transmitir conceptos saludables y placenteros del amor”. El Centro Reina Sofía ha constatado que los feticidios afectan a mujeres cada vez más jóvenes, y el año pasado fueron asesinadas más en el tramo de edad entre 15 y 24 años que entre 25 y 34. Quizá sea una situación meramente coyuntural, pero de las 7 que llevamos caídas en 2005 casi la mitad eran crías, incluyendo el caso atroz de la chica tiroteada junto con su novio por haber abortado un embarazo y una relación anterior. Aquel despechado es el penúltimo cachorro mudado en asesino. Alguien le había dejado creer que amar y ser amado consiste en apoderarse de un cuerpo y de una voluntad.3
Cada vez son más jóvenes las víctimas de la violencia machista. • Las familias, la escuela y los medios de comunicación han fracasado en la transmisión de valores, porque, de no ser así, no tendrían lugar estos sucesos. • Necesitamos una educación para que los jóvenes no confundan una relación basada en la posesión y en la dependencia con una saludable relación de amor. • Ideas secundarias: • Los ejemplos de jóvenes asesinadas en Xábia, Paterna y Granada. • Madres y profesoras se muestran preocupadas al ver las relaciones de dependencia que establecen las chicas jóvenes. • El caso de Charo Altable que trabaja con los jóvenes para conseguir una educación sentimental que les permita establecer relaciones amorosas saludables y placenteras. • Los datos otorgados por el Centro Reina Sofía sobre las edades de las víctimas de la violencia de género. • El número de víctimas de la violencia machista que se ha registrado desde comienzos de año hasta el 13 de febrero de 2005. Enamorados, Rosa Solbes, El País, 13 de febrero de 2005 Qué terrible comprobar que las últimas víctimas mortales de la violencia machista, como sus verdugos, rondan apenas los 20 años. 1En Xabia, Paterna, Granada,… cuatro jovencísimos cadáveres en tan sólo unas horas dejando en evidencia el que probablemente constituye uno de los más estrepitosos fracasos en la transmisión de valores. Naufragio educativo que no tiene que ver con el boletín de notas, sino con algo mucho más grave: con la impotencia demostrada por la escuela, las familias y los medios de comunicación para impedir que se reproduzcan e incluso refuercen entre la juventud los estereotipos de género.2 Profesoras y amigas con hijas expresan serias inquietudes ante el tipo de vínculos que algunas adolescentes consienten establecer con sus “novietes”, en ocasiones imberbes inseguros pero exigentes, “celosos” y posesivos, tensos y alertas ante cualquier signo de independencia por parte de “su” chica (actitudes que muchas de las hoy maduras ya no toleramos hace décadas). Y estas niñas de hoy, en apariencia listas y aplicadas, “modernas” en su trato con familia y amistades, se acaban convirtiendo en Penélopes rendidas en las trampas del primer amor, incluso halagadas ante las demandas de exclusividad, ignorantes (ellas y ellos) del siniestro significado y posibles consecuencias de ese tipo de relación. El símil homérico se lo debo al libro de Charo Altable, que desde hace años trabaja con estudiantes y estudiantes en pos de una “coeducación sentimental consciente que pueda transmitir conceptos saludables y placenteros del amor”. El Centro Reina Sofía ha constatado que los feticidios afectan a mujeres cada vez más jóvenes, y el año pasado fueron asesinadas más en el tramo de edad entre 15 y 24 años que entre 25 y 34. Quizá sea una situación meramente coyuntural, pero de las 7 que llevamos caídas en 2005 casi la mitad eran crías, incluyendo el caso atroz de la chica tiroteada junto con su novio por haber abortado un embarazo y una relación anterior. Aquel despechado es el penúltimo cachorro mudado en asesino. Alguien le había dejado creer que amar y ser amado consiste en apoderarse de un cuerpo y de una voluntad.3
Cada vez son más jóvenes las personas, hombres y mujeres, que se ven involucradas en hachos de violencia machista. Lo que esto manifiesta es el rotundo fracaso educativo en la transmisión de valores, tanto por parte de la familia como de la escuela y los medios de comunicación, algo que nos obliga a trabajar en pos de una nueva educación sentimental que ayude a los jóvenes a no confundir una relación abocada a la infelicidad y al sufrimiento con una relación placentera y saludable. Enamorados, Rosa Solbes, El País, 13 de febrero de 2005 Qué terrible comprobar que las últimas víctimas mortales de la violencia machista, como sus verdugos, rondan apenas los 20 años. 1En Xabia, Paterna, Granada,… cuatro jovencísimos cadáveres en tan sólo unas horas dejando en evidencia el que probablemente constituye uno de los más estrepitosos fracasos en la transmisión de valores. Naufragio educativo que no tiene que ver con el boletín de notas, sino con algo mucho más grave: con la impotencia demostrada por la escuela, las familias y los medios de comunicación para impedir que se reproduzcan e incluso refuercen entre la juventud los estereotipos de género. Profesoras y amigas con hijas expresan serias inquietudes ante el tipo de vínculos que algunas adolescentes consienten establecer con sus “novietes”, en ocasiones imberbes inseguros pero exigentes, “celosos” y posesivos, tensos y alertas ante cualquier signo de independencia por parte de “su” chica (actitudes que muchas de las hoy maduras ya no toleramos hace décadas). Y estas niñas de hoy, en apariencia listas y aplicadas, “modernas” en su trato con familia y amistades, se acaban convirtiendo en Penélopes rendidas en las trampas del primer amor, incluso halagadas ante las demandas de exclusividad, ignorantes (ellas y ellos) del siniestro significado y posibles consecuencias de ese tipo de relación. El símil homérico se lo debo al libro de Charo Altable, que desde hace años trabaja con estudiantes y estudiantes en pos de una “coeducación sentimental consciente que pueda transmitir conceptos saludables y placenteros del amor”. El Centro Reina Sofía ha constatado que los feticidios afectan a mujeres cada vez más jóvenes, y el año pasado fueron asesinadas más en el tramo de edad entre 15 y 24 años que entre 25 y 34. Quizá sea una situación meramente coyuntural, pero de las 7 que llevamos caídas en 2005 casi la mitad eran crías, incluyendo el caso atroz de la chica tiroteada junto con su novio por haber abortado un embarazo y una relación anterior. Aquel despechado es el penúltimo cachorro mudado en asesino. Alguien le había dejado creer que amar y ser amado consiste en apoderarse de un cuerpo y de una voluntad.
Enamorados, Rosa Solbes, El País, 13 de febrero de 2005 Qué terrible comprobar que las últimas víctimas mortales de la violencia machista, como sus verdugos, rondan apenas los 20 años. 1En Xabia, Paterna, Granada,… cuatro jovencísimos cadáveres en tan sólo unas horas dejando en evidencia el que probablemente constituye uno de los más estrepitosos fracasos en la transmisión de valores. Naufragio educativo que no tiene que ver con el boletín de notas, sino con algo mucho más grave: con la impotencia demostrada por la escuela, las familias y los medios de comunicación para impedir que se reproduzcan e incluso refuercen entre la juventud los estereotipos de género. Profesoras y amigas con hijas expresan serias inquietudes ante el tipo de vínculos que algunas adolescentes consienten establecer con sus “novietes”, en ocasiones imberbes inseguros pero exigentes, “celosos” y posesivos, tensos y alertas ante cualquier signo de independencia por parte de “su” chica (actitudes que muchas de las hoy maduras ya no toleramos hace décadas). Y estas niñas de hoy, en apariencia listas y aplicadas, “modernas” en su trato con familia y amistades, se acaban convirtiendo en Penélopes rendidas en las trampas del primer amor, incluso halagadas ante las demandas de exclusividad, ignorantes (ellas y ellos) del siniestro significado y posibles consecuencias de ese tipo de relación. El símil homérico se lo debo al libro de Charo Altable, que desde hace años trabaja con estudiantes y estudiantes en pos de una “coeducación sentimental consciente que pueda transmitir conceptos saludables y placenteros del amor”. El Centro Reina Sofía ha constatado que los feticidios afectan a mujeres cada vez más jóvenes, y el año pasado fueron asesinadas más en el tramo de edad entre 15 y 24 años que entre 25 y 34. Quizá sea una situación meramente coyuntural, pero de las 7 que llevamos caídas en 2005 casi la mitad eran crías, incluyendo el caso atroz de la chica tiroteada junto con su novio por haber abortado un embarazo y una relación anterior. Aquel despechado es el penúltimo cachorro mudado en asesino. Alguien le había dejado creer que amar y ser amado consiste en apoderarse de un cuerpo y de una voluntad. TEMA. Las peligrosas relaciones que, bajo el epígrafe de amor, se establecen entre chicos y chicas jóvenes.
TESIS. Rosa Solbes defiende en el texto la idea de que ha fracasado la educación que escuela, familias y medios de comunicación dan a los jóvenes, una educación que hace que las víctimas mortales de la violencia machista sean cada vez más jóvenes. Por lo tanto se hace necesario que estos chicos aprendan que el amor no es una relación de dependencia y posesión. La tesis aparece formulada entre las líneas 4 y 7 de forma explícita. ESTRUCTURA TEXTUAL. Basándonos en la posición de la tesis en el texto, podemos afirmar que Enamorados tiene una estructura analizante . Puesto que se parte de la tesis para luego dar los argumentos que la defienden. Enamorados, Rosa Solbes, El País, 13 de febrero de 2005 Qué terrible comprobar que las últimas víctimas mortales de la violencia machista, como sus verdugos, rondan apenas los 20 años. 1En Xabia, Paterna, Granada,… cuatro jovencísimos cadáveres en tan sólo unas horas dejando en evidencia el que probablemente constituye uno de los más estrepitosos fracasos en la transmisión de valores. Naufragio educativo que no tiene que ver con el boletín de notas, sino con algo mucho más grave: con la impotencia demostrada por la escuela, las familias y los medios de comunicación para impedir que se reproduzcan e incluso refuercen entre la juventud los estereotipos de género. Profesoras y amigas con hijas expresan serias inquietudes ante el tipo de vínculos que algunas adolescentes consienten establecer con sus “novietes”, en ocasiones imberbes inseguros pero exigentes, “celosos” y posesivos, tensos y alertas ante cualquier signo de independencia por parte de “su” chica (actitudes que muchas de las hoy maduras ya no toleramos hace décadas). Y estas niñas de hoy, en apariencia listas y aplicadas, “modernas” en su trato con familia y amistades, se acaban convirtiendo en Penélopes rendidas en las trampas del primer amor, incluso halagadas ante las demandas de exclusividad, ignorantes (ellas y ellos) del siniestro significado y posibles consecuencias de ese tipo de relación. El símil homérico se lo debo al libro de Charo Altable, que desde hace años trabaja con estudiantes y estudiantes en pos de una “coeducación sentimental consciente que pueda transmitir conceptos saludables y placenteros del amor”. El Centro Reina Sofía ha constatado que los feticidios afectan a mujeres cada vez más jóvenes, y el año pasado fueron asesinadas más en el tramo de edad entre 15 y 24 años que entre 25 y 34. Quizá sea una situación meramente coyuntural, pero de las 7 que llevamos caídas en 2005 casi la mitad eran crías, incluyendo el caso atroz de la chica tiroteada junto con su novio por haber abortado un embarazo y una relación anterior. Aquel despechado es el penúltimo cachorro mudado en asesino. Alguien le había dejado creer que amar y ser amado consiste en apoderarse de un cuerpo y de una voluntad.
PARTES TEMÁTICAS. En el texto se observan las siguientes partes temáticas: · El primer párrafo se corresponde con la parte expositiva, se trata de la introducción del texto. En ella, Rosa Solbes reflexiona sobre la idea de que el hecho de que las víctimas de la violencia machista sean cada vez más jóvenes, es consecuencia de un fallo en la transmisión de valores que lleva a cabo la escuela, la familia y los medios de comunicación. · El segundo párrafo es el cuerpo argumentativo del texto. En él, la autora nos habla de madres y profesoras preocupadas al ver como sus hijas admiten un tipo de relaciones basadas en la dependencia y la exclusividad, algo contra lo que ellas siempre han luchado. E insiste en la ideas, a través de las palabras de Charo Altable, de la necesidad de una educación que trasmita una visión del amor más saludable. · En el último párrafo observamos la conclusión: las víctimas son cada vez más jóvenes, como muestran los datos; y los jóvenes llevan a sus relaciones una idea equivocada de lo que es el amor. Enamorados, Rosa Solbes, El País, 13 de febrero de 2005 Qué terrible comprobar que las últimas víctimas mortales de la violencia machista, como sus verdugos, rondan apenas los 20 años. 1En Xabia, Paterna, Granada,… cuatro jovencísimos cadáveres en tan sólo unas horas dejando en evidencia el que probablemente constituye uno de los más estrepitosos fracasos en la transmisión de valores. Naufragio educativo que no tiene que ver con el boletín de notas, sino con algo mucho más grave: con la impotencia demostrada por la escuela, las familias y los medios de comunicación para impedir que se reproduzcan e incluso refuercen entre la juventud los estereotipos de género. Profesoras y amigas con hijas expresan serias inquietudes ante el tipo de vínculos que algunas adolescentes consienten establecer con sus “novietes”, en ocasiones imberbes inseguros pero exigentes, “celosos” y posesivos, tensos y alertas ante cualquier signo de independencia por parte de “su” chica (actitudes que muchas de las hoy maduras ya no toleramos hace décadas). Y estas niñas de hoy, en apariencia listas y aplicadas, “modernas” en su trato con familia y amistades, se acaban convirtiendo en Penélopes rendidas en las trampas del primer amor, incluso halagadas ante las demandas de exclusividad, ignorantes (ellas y ellos) del siniestro significado y posibles consecuencias de ese tipo de relación. El símil homérico se lo debo al libro de Charo Altable, que desde hace años trabaja con estudiantes y estudiantes en pos de una “coeducación sentimental consciente que pueda transmitir conceptos saludables y placenteros del amor”. El Centro Reina Sofía ha constatado que los feticidios afectan a mujeres cada vez más jóvenes, y el año pasado fueron asesinadas más en el tramo de edad entre 15 y 24 años que entre 25 y 34. Quizá sea una situación meramente coyuntural, pero de las 7 que llevamos caídas en 2005 casi la mitad eran crías, incluyendo el caso atroz de la chica tiroteada junto con su novio por haber abortado un embarazo y una relación anterior. Aquel despechado es el penúltimo cachorro mudado en asesino. Alguien le había dejado creer que amar y ser amado consiste en apoderarse de un cuerpo y de una voluntad.
La media naranja, José Antonio Hernández Guerrero, Diario de Cádiz, 30 de mayo de 2001 “La media naranja”, esa imagen metafórica tan tópica que todos usamos para referirnos al cónyuge, constituye, en mi opinión, un error de interpretación y, lo que es más grave, una concepción de la pareja seriamente peligrosa. Aunque es cierto que algunas mujeres y hombres buscan y encuentran un consorte que complete sus carencias, compense sus deficiencias, corrija sus defectos y solucione sus problemas; aunque es frecuente que se explique la unión matrimonial como una fórmula para nivelar los desequilibrios psicológicos, culturales y hasta económicos, también es verdad que la experiencia nos demuestra que esta receta compensadora aboca, en muchas ocasiones, a la frustración personal y al fracaso familiar. No ponemos en duda que el ser humano es esencialmente imperfecto, indigente, incompleto, defectuoso y necesitado. Estamos de acuerdo en que, para “realizarnos”, para llegar a ser nosotros mismos, requerimos la ayuda de los demás, pero opinamos que esta colaboración, más que a remediar nuestras carencias o a aliviar nuestras dolencias, ha de contribuir a que cada uno despliegue todas sus facultades, supere por sí solo sus dificultades, alcance sus metas y logre su peculiar plenitud. Como suele repetir Antonio García, “los seres humanos —cada ser humano—, hombre o mujer, joven o anciano, soltero o casado, no somos seres mutilados, sino que somos o debemos llegar a ser unos proyectos completos y unas obras acabadas”. Cada uno de nosotros encierra en lo más profundo de sus entrañas un diseño propio y un plan diferente que, con la ayuda de todos los demás acompañantes y compañeros, ha de desarrollar y cumplir. El proyecto común de cualquier tipo de personas —sobre todo de las que integran la unidad familiar— vale sólo en la medida en la que sirve para facilitar que cada uno de los miembros identifique y construya su modelo singular; para que viva su vida y para que logre su bienestar. Los cónyuges no somos medias naranjas, somos ... naranjas enteras.
IDEAS PRINCIPALES • Referirnos a nuestra pareja como “la media naranja” es un error, ya que considerar que es la otra persona la que nos completa nos puede llevar a la frustración y el fracaso. • La única manera de desarrollarnos y crecer como personas es conocer y relacionarnos con los demás. • Una vida en pareja debe basarse en la idea de que cada uno de sus miembros crezca de modo individual y consiga su bienestar personal. • IDEAS SECUNDARIAS • Ejemplos de las cosas que muchas personas buscan en sus parejas. • Cita de Antonio Gala. La media naranja, José Antonio Hernández Guerrero, Diario de Cádiz, 30 de mayo de 2001 “La media naranja”, esa imagen metafórica tan tópica que todos usamos para referirnos al cónyuge, constituye, en mi opinión, un error de interpretación y, lo que es más grave, una concepción de la pareja seriamente peligrosa. Aunque es cierto que algunas mujeres y hombres buscan y encuentran un consorte que complete sus carencias, compense sus deficiencias, corrija sus defectos y solucione sus problemas; aunque es frecuente que se explique la unión matrimonial como una fórmula para nivelar los desequilibrios psicológicos, culturales y hasta económicos, también es verdad que la experiencia nos demuestra que esta receta compensadora aboca, en muchas ocasiones, a la frustración personal y al fracaso familiar. 1 No ponemos en duda que el ser humano es esencialmente imperfecto, indigente, incompleto, defectuoso y necesitado. Estamos de acuerdo en que, para “realizarnos”, para llegar a ser nosotros mismos, requerimos la ayuda de los demás, pero opinamos que esta colaboración, más que a remediar nuestras carencias o a aliviar nuestras dolencias, ha de contribuir a que cada uno despliegue todas sus facultades, supere por sí solo sus dificultades, alcance sus metas y logre su peculiar plenitud. 2 Como suele repetir Antonio García, “los seres humanos —cada ser humano—, hombre o mujer, joven o anciano, soltero o casado, no somos seres mutilados, sino que somos o debemos llegar a ser unos proyectos completos y unas obras acabadas”. Cada uno de nosotros encierra en lo más profundo de sus entrañas un diseño propio y un plan diferente que, con la ayuda de todos los demás acompañantes y compañeros, ha de desarrollar y cumplir. El proyecto común de cualquier tipo de personas —sobre todo de las que integran la unidad familiar— vale sólo en la medida en la que sirve para facilitar que cada uno de los miembros identifique y construya su modelo singular; para que viva su vida y para que logre su bienestar. Los cónyuges no somos medias naranjas, somos ... naranjas enteras. 3
RESUMEN Tradicionalmente utilizamos la frase “media naranja” para referirnos a la pareja que nos completa, que tiene aquello de lo que nosotros carecemos y nos equilibra como personas. Para Hernández Guerrero esta idea es totalmente contraria a la idea de pareja que deberíamos tener, porque, a pesar de que somos seres sociales que necesitamos de los demás para crecer y para desarrollar nuestra personalidad; cada uno de nosotros es distinto del resto y necesita, del mismo modo, construir por sí mismo su personalidad. Es decir, somos “naranjas enteras”. La media naranja, José Antonio Hernández Guerrero, Diario de Cádiz, 30 de mayo de 2001 “La media naranja”, esa imagen metafórica tan tópica que todos usamos para referirnos al cónyuge, constituye, en mi opinión, un error de interpretación y, lo que es más grave, una concepción de la pareja seriamente peligrosa. Aunque es cierto que algunas mujeres y hombres buscan y encuentran un consorte que complete sus carencias, compense sus deficiencias, corrija sus defectos y solucione sus problemas; aunque es frecuente que se explique la unión matrimonial como una fórmula para nivelar los desequilibrios psicológicos, culturales y hasta económicos, también es verdad que la experiencia nos demuestra que esta receta compensadora aboca, en muchas ocasiones, a la frustración personal y al fracaso familiar. No ponemos en duda que el ser humano es esencialmente imperfecto, indigente, incompleto, defectuoso y necesitado. Estamos de acuerdo en que, para “realizarnos”, para llegar a ser nosotros mismos, requerimos la ayuda de los demás, pero opinamos que esta colaboración, más que a remediar nuestras carencias o a aliviar nuestras dolencias, ha de contribuir a que cada uno despliegue todas sus facultades, supere por sí solo sus dificultades, alcance sus metas y logre su peculiar plenitud. Como suele repetir Antonio García, “los seres humanos —cada ser humano—, hombre o mujer, joven o anciano, soltero o casado, no somos seres mutilados, sino que somos o debemos llegar a ser unos proyectos completos y unas obras acabadas”. Cada uno de nosotros encierra en lo más profundo de sus entrañas un diseño propio y un plan diferente que, con la ayuda de todos los demás acompañantes y compañeros, ha de desarrollar y cumplir. El proyecto común de cualquier tipo de personas —sobre todo de las que integran la unidad familiar— vale sólo en la medida en la que sirve para facilitar que cada uno de los miembros identifique y construya su modelo singular; para que viva su vida y para que logre su bienestar. Los cónyuges no somos medias naranjas, somos ... naranjas enteras.
La media naranja, José Antonio Hernández Guerrero, Diario de Cádiz, 30 de mayo de 2001 “La media naranja”, esa imagen metafórica tan tópica que todos usamos para referirnos al cónyuge, constituye, en mi opinión, un error de interpretación y, lo que es más grave, una concepción de la pareja seriamente peligrosa. Aunque es cierto que algunas mujeres y hombres buscan y encuentran un consorte que complete sus carencias, compense sus deficiencias, corrija sus defectos y solucione sus problemas; aunque es frecuente que se explique la unión matrimonial como una fórmula para nivelar los desequilibrios psicológicos, culturales y hasta económicos, también es verdad que la experiencia nos demuestra que esta receta compensadora aboca, en muchas ocasiones, a la frustración personal y al fracaso familiar. No ponemos en duda que el ser humano es esencialmente imperfecto, indigente, incompleto, defectuoso y necesitado. Estamos de acuerdo en que, para “realizarnos”, para llegar a ser nosotros mismos, requerimos la ayuda de los demás, pero opinamos que esta colaboración, más que a remediar nuestras carencias o a aliviar nuestras dolencias, ha de contribuir a que cada uno despliegue todas sus facultades, supere por sí solo sus dificultades, alcance sus metas y logre su peculiar plenitud. Como suele repetir Antonio García, “los seres humanos —cada ser humano—, hombre o mujer, joven o anciano, soltero o casado, no somos seres mutilados, sino que somos o debemos llegar a ser unos proyectos completos y unas obras acabadas”. Cada uno de nosotros encierra en lo más profundo de sus entrañas un diseño propio y un plan diferente que, con la ayuda de todos los demás acompañantes y compañeros, ha de desarrollar y cumplir. El proyecto común de cualquier tipo de personas —sobre todo de las que integran la unidad familiar— vale sólo en la medida en la que sirve para facilitar que cada uno de los miembros identifique y construya su modelo singular; para que viva su vida y para que logre su bienestar. Los cónyuges no somos medias naranjas, somos ... naranjas enteras. TEMA El concepto erróneo de lo que debe ser una pareja.
TESIS El autor piensa que la mejor forma de que una pareja sea feliz, es que sus miembros se conozcan a sí mismos y crezcan de manera individual como personas. Esta opinión se muestra en el texto en el último párrafo se nos dice que “los cónyuges no somos medias naranjas, somos… naranjas enteras”. ESTRUCTURA TEXTUAL. Dado que la tesis se sitúa al final del texto, estamos ante una estructura sintetizante. La media naranja, José Antonio Hernández Guerrero, Diario de Cádiz, 30 de mayo de 2001 “La media naranja”, esa imagen metafórica tan tópica que todos usamos para referirnos al cónyuge, constituye, en mi opinión, un error de interpretación y, lo que es más grave, una concepción de la pareja seriamente peligrosa. Aunque es cierto que algunas mujeres y hombres buscan y encuentran un consorte que complete sus carencias, compense sus deficiencias, corrija sus defectos y solucione sus problemas; aunque es frecuente que se explique la unión matrimonial como una fórmula para nivelar los desequilibrios psicológicos, culturales y hasta económicos, también es verdad que la experiencia nos demuestra que esta receta compensadora aboca, en muchas ocasiones, a la frustración personal y al fracaso familiar. No ponemos en duda que el ser humano es esencialmente imperfecto, indigente, incompleto, defectuoso y necesitado. Estamos de acuerdo en que, para “realizarnos”, para llegar a ser nosotros mismos, requerimos la ayuda de los demás, pero opinamos que esta colaboración, más que a remediar nuestras carencias o a aliviar nuestras dolencias, ha de contribuir a que cada uno despliegue todas sus facultades, supere por sí solo sus dificultades, alcance sus metas y logre su peculiar plenitud. Como suele repetir Antonio García, “los seres humanos —cada ser humano—, hombre o mujer, joven o anciano, soltero o casado, no somos seres mutilados, sino que somos o debemos llegar a ser unos proyectos completos y unas obras acabadas”. Cada uno de nosotros encierra en lo más profundo de sus entrañas un diseño propio y un plan diferente que, con la ayuda de todos los demás acompañantes y compañeros, ha de desarrollar y cumplir. El proyecto común de cualquier tipo de personas —sobre todo de las que integran la unidad familiar— vale sólo en la medida en la que sirve para facilitar que cada uno de los miembros identifique y construya su modelo singular; para que viva su vida y para que logre su bienestar. Los cónyuges no somos medias naranjas, somos ... naranjas enteras.
PARTES TEMÁTICAS. En el texto se observan las siguientes partes temáticas: · En el primer párrafo aparece la parte expositiva. El autor aquí nos presenta el tema que va a tratar, el concepto erróneo de pareja como “media naranja”- · En el segundo párrafo encontramos el cuerpo argumentativo, en él se nos habla de la necesidad de todo ser humano de vivir en sociedad y de los beneficios que esto nos aporta. · En el último párrafo observamos la conclusión. Una relación feliz y placentera con nuestra pareja sólo se consigue cuando somos “naranjas enteras” que se unen por amor, no por necesidad. La media naranja, José Antonio Hernández Guerrero, Diario de Cádiz, 30 de mayo de 2001 “La media naranja”, esa imagen metafórica tan tópica que todos usamos para referirnos al cónyuge, constituye, en mi opinión, un error de interpretación y, lo que es más grave, una concepción de la pareja seriamente peligrosa. Aunque es cierto que algunas mujeres y hombres buscan y encuentran un consorte que complete sus carencias, compense sus deficiencias, corrija sus defectos y solucione sus problemas; aunque es frecuente que se explique la unión matrimonial como una fórmula para nivelar los desequilibrios psicológicos, culturales y hasta económicos, también es verdad que la experiencia nos demuestra que esta receta compensadora aboca, en muchas ocasiones, a la frustración personal y al fracaso familiar. No ponemos en duda que el ser humano es esencialmente imperfecto, indigente, incompleto, defectuoso y necesitado. Estamos de acuerdo en que, para “realizarnos”, para llegar a ser nosotros mismos, requerimos la ayuda de los demás, pero opinamos que esta colaboración, más que a remediar nuestras carencias o a aliviar nuestras dolencias, ha de contribuir a que cada uno despliegue todas sus facultades, supere por sí solo sus dificultades, alcance sus metas y logre su peculiar plenitud. Como suele repetir Antonio García, “los seres humanos —cada ser humano—, hombre o mujer, joven o anciano, soltero o casado, no somos seres mutilados, sino que somos o debemos llegar a ser unos proyectos completos y unas obras acabadas”. Cada uno de nosotros encierra en lo más profundo de sus entrañas un diseño propio y un plan diferente que, con la ayuda de todos los demás acompañantes y compañeros, ha de desarrollar y cumplir. El proyecto común de cualquier tipo de personas —sobre todo de las que integran la unidad familiar— vale sólo en la medida en la que sirve para facilitar que cada uno de los miembros identifique y construya su modelo singular; para que viva su vida y para que logre su bienestar. Los cónyuges no somos medias naranjas, somos ... naranjas enteras.