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8.- LA PESADILLA HUMANA EN LA PINTURA.

8.- LA PESADILLA HUMANA EN LA PINTURA. La poesía no es la única que utiliza el cuerpo humano como centro de la imagen dentro del surrealismo, también la pintura utiliza este tema como centro de su expresión surrealista.

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8.- LA PESADILLA HUMANA EN LA PINTURA.

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  1. 8.- LA PESADILLA HUMANA EN LA PINTURA.

  2. La poesía no es la única que utiliza el cuerpo humano como centro de la imagen dentro del surrealismo, también la pintura utiliza este tema como centro de su expresión surrealista. Hasta cierto punto, muchas de las imágenes encontradas en los versos anteriores son más fáciles de entender mediante una representación mental del dibujo pintando poéticamente. Si sólo nos quedamos en la palabra el significado se pierde, es necesario la abstracción mental, la composición pictórica de dichas visiones para obtener un pleno sentido o por lo menos una interpretación surrealista por parte del lector. En la pintura la representación mental la tenemos dada por parte del artista. Si se quiere ahondar en el significado del cuadro, es necesario el paso inverso a la lectura de un poema surrealista; es decir, debemos intentar dar una interpretación por medio de las palabras, sobre lo que el autor nos muestra en su obra, en su cuadro, puesto que si tan sólo contemplamos la imagen como un conjunto de color y formas, el mensaje se pierde. Dentro de los representantes del surrealismo pictórico destaca Salvador Dalí. Algunos de los cuadros donde el cuerpo humano es el motivo principal de su pesadilla son los siguientes.

  3. “MONUMENTO IMPERIAL A LA MUJER NIÑA” Inspirado en Gala, Dalí levanta un monumento a la mujer niña que acaba de aparecer en su vida. el artista quiere amanecer, nacer de nuevo, y por eso sacrifica todos sus terrores de infancia, que se amontonan uno sobre otro. Cuerpos, bustos manos y rostros se amontonan para crear este monumento, en los que mezcla personajes conocidos y admirados por el pintor, Mona Lisa y Napoleón; rostros desconocidos con ojos desorbitados; y por último, monstruos de grandes colmillos que representan sus temores y se evaporan de la solidez del monumento, como queriendo representar la fortaleza que ha entrado en us vida al conocer a su musa; Gala. Ella limpia sus pesadillas y da paso al nuevo Dalí, dejando por completo a un empequeñecido Dalí que contempla el “Angelus” de Millet, al fondo del cuadro.

  4. “EL SUEÑO” Para el artista, el suelo es un equilibrio, una especie de monstruo del cual el cuerpo desaparece, quedando sólo la cabeza. En este cuadrado Dalí presenta como figura central un busto femenino que ha cerrado su contacto con el mundo exterior, no tiene ojos ni se aprecian las orejas, cubriendo la cabeza una masa pesada a modo de cabellera que aísla la cabeza del mundo. Tampoco tiene boca y en su ligar aparece una concentración de hormigas. Este aislamiento de los sentidos encierra al pintor en una pesadilla angustiosa donde el cuerpo humano oprime todo tipo de expresión. Ante esta angustia el pintor llora desconsoladamente como representan el resto de las figuras humanas empequeñecidas en el fundo del cuadro.

  5. “AUTORRETRATO BLANDO CON LONCHA DE BACON ASADO” Salvador Dalí se ha instalado en Estados Unidos, donde va a permanecer hasta 1948, y pinta esta obra, en la que traduce su nueva fórmula de vida americana, pero en la todavía aparece el cuerpo humano como una distorsión ilógica. El artista confiesa que se cree un cerdo porque, dice, este animal es el único que carga derecho contra los fantasmas y los delirios. Dalí se ha pintado a sí mismo con una imagen totalmente inconsistente y fláccida, que ha de sustentarse a base de horcas. No es en realidad un busto, sino una máscara. Destacan los ojos vacíos y la boca cerrada.

  6. “LA JIRAFA EN LLAMAS” En esta obra dos cuerpos humanos están en primer y segundo plano pictórico, mientras que el objeto del título se encuentra en un tercer plano. Los dos cuerpos humanos son femeninos, carentes de rostro, por lo que los sentidos están, de nuevo, encerrados; los cuerpos no poseen vida, son muebles sostenidos por palos, como la pierna del primer cuerpo llena de cajones abiertos y vacíos. El interior del hombre esta vacío recuerda al “hombre traje” de la poesía de Alberti.

  7. “LABERINTO” Después de haber trabajado en laberintos ajenos, como el ballet de Schubert que se entrenó en Nueva York, o la obra de Maurice Sandoz, Dalí da forma a su propio laberinto. Este símbolo que se suele interpretar como el inconsciente, el error y el alejamiento de la fuente de la vida – según Diel –adquiere para el pintor la forma exterior de la arquitectura del cuerpo humano, un busto casi clásico de coloso cuyo pecho está perforado por la puerta de una pirámide que conduce a los insondables caminos del alma. La sólida construcción d¡se enraíza en un clásico paisaje daliniano.

  8. “ESTUDIO PARA “PREMONICIÓN DE LA GUERRA CIVIL”” Este cuadro representa el cuerpo humano distorsionado y desmembrado. Partes humanas jóvenes y partes humanas ancianas se mezclan y empujan con fuerza, la vida y la muerte, el enfrentamiento entre padres e hijos, acercan la obra de Dalí a la Guerra Civil Española. El fondo del cuadro es un paisaje llano y desierto, en cuyo centro se encuentra un mueble cerrado con dos llaves, dentro puede estar la esperanza.

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