1 / 3

¿Cuánto ganas por hora?

¿Cuánto ganas por hora?. ¿Papi, ¿cuánto ganas por hora? Con voz tímida y ojos de admiración, un pequeño recibía así a su padre al término de su trabajo. El padre dirigió un gesto severo al niño y repuso:

kerri
Télécharger la présentation

¿Cuánto ganas por hora?

An Image/Link below is provided (as is) to download presentation Download Policy: Content on the Website is provided to you AS IS for your information and personal use and may not be sold / licensed / shared on other websites without getting consent from its author. Content is provided to you AS IS for your information and personal use only. Download presentation by click this link. While downloading, if for some reason you are not able to download a presentation, the publisher may have deleted the file from their server. During download, if you can't get a presentation, the file might be deleted by the publisher.

E N D

Presentation Transcript


  1. ¿Cuánto ganas por hora? • ¿Papi, ¿cuánto ganas por hora? • Con voz tímida y ojos de admiración, un pequeño recibía así a su padre al término de su trabajo. • El padre dirigió un gesto severo al niño y repuso: • - Mira niño, esos informes ni tu madre los conoce. No me molestes, que estoy cansado, y no tengo tiempo para tus boberías. • - Pero papi, -insistía- dime por favor cuánto ganas por hora. • Ante la insistencia del niño, la reacción del padre fue menos severa. Sólo contestó: • Cuatrocientos colones por hora. El niño penso un instante, y luego dijo: • Papi, ¿me podrías prestar ciento cincuenta colones? • El padre entró en cólera, y tratando con brusquedad al niño le dijo:

  2. Así que esa era la razón de saber lo que gano. Vete a dormir y no me molestes, muchacho aprovechado!!! • Había caído la noche. • El padre había meditado lo sucedido y se sentía culpable. Tal vez su hijo quería comprar algo. En fin, queriendo descargar su conciencia dolida, se asomó al cuarto de su hijo y con voz baja preguntó: • ¿Duermes hijo? • Dime, papi. –respondió entre sueños-. • Aquí tienes el dinero que me pediste. • Gracias papi !!!. –contestó el pequeño-. Metiendo su manita bajo la amohada, sacó unas monedas. • Ahora ya completé. Tengo cuatrocientos colones. ¿me podrías vender una hora de tu tiempo? –preguntó el niño... • “No hay riqueza más grande, que compartir con las personas que amamos”

More Related