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Jorge Luis Borges “ uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído ”

Jorge Luis Borges “ uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído ”. Maribel Lavilla Borrero. Biografía. 1899 24 de agosto nació en Buenos Aires (Argentina) Hijo de Jorge Guillermo Borges y Leonor Acevedo Suárez

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Jorge Luis Borges “ uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído ”

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Presentation Transcript


  1. Jorge Luis Borges“uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído” Maribel Lavilla Borrero

  2. Biografía • 1899 24 de agosto nació en Buenos Aires (Argentina) • Hijo de Jorge Guillermo Borges y Leonor Acevedo Suárez • 1906-Escribió su primer relato La visera fatal • 1914-Enfermedad de su padre. Toda la familia se instaló en Ginebra (Suiza)

  3. Biografía • 1919 -Se trasladan a España • 1921 -Vuelven a Buenos Aires • 1938 -Biblioteca Municipal. • -Muere su padre • -Borges sufre de septicemia • 1946 -Perón es elegido presidente

  4. Biografía • 1950-Presidente de la SADE • 1955-Fin del peronismo-Director de la Biblioteca Nacional • -Miembro de la Academia Argentina de Letras • 1956-Catedrático Universidad de Buenos Aires

  5. Biografía • 1967 -Se casa con Elsa Astete Millán (hasta 1970). • -Profesor de poesía en Harvard • 1973-Ciudadano Ilustre de la ciudad de Buenos Aires • -Se jubila de su puesto en la biblioteca • 1986-Vuelve a Ginebra y se casa con María Kodama • -14 de junio muere víctima de cáncer hepático

  6. Obras • Cuentos • Historia universal de la infamia (1935) • Ficciones (1944) • El Sur (1944) • El Aleph (1949) • La muerte y la brújula (1951) • El informe de Brodie (1970) • El libro de arena (1975) • La memoria de Shakespeare (1983)

  7. Obras • Ensayos • Inquisiciones (1925) • El tamaño de mi esperanza (1926) • El idioma de los argentinos (1928) • Evaristo Carriego (1930) • Discusión (1932) • Historia de la eternidad (1936) • Otras inquisiciones (1952). • Siete Noches (1980) • Nueve ensayos dantescos (1982) • Atlas (1985)

  8. Obras • Poesías • Fervor de Buenos Aires (1923) • Luna de enfrente (1925) • Cuaderno San Martín (1929) • El hacedor (1960) • Elogio de la sombra (1969) • El otro, el mismo (1969) • El oro de los tigres (1972) • La Rosa Profunda (1975) • La moneda de hierro (1976) • La Cifra (1981) • Los Conjurados (1985)

  9. Obras • Colaboraciones • Con Adolfo Bioy Casares: • Seis problemas para don Isidro Parodi (1942) • Un modelo para la muerte (1946) • Dos fantasías memorables (1946) • Los orilleros (1955). Guión de cine • El paraíso de los creyentes (1955). Guión de cine • Nuevos cuentos de Bustos Domecq (1977)

  10. Obras • Colaboraciones con otros autores: • Índice de la poesía americana (1926) • Antología clásica de la literatura argentina (1937) • Antología de la literatura fantástica (1940) • Antología poética argentina (1941) • El compadrito (1945) • Obras escogidas (1948) • Antiguas literaturas germánicas (México, 1951)

  11. El idioma de Buenos Aires (1952 • Obras completas (1953) • El Martín Fierro (1953) • Leopoldo Lugones (1955) • La hermana Eloísa (1955) • Manual de zoología fantástica (México, 1957) • Introducción a la literatura inglesa (1965) • Literaturas germánicas medievales (1966) • Introducción a la literatura norteamericana (1967)

  12. El libro de los seres imaginarios (1967) • Nueva antología personal (1968) • Prólogos (1975) • ¿Qué es el budismo? (1976) • Diálogos (1976) • Breve antología anglosajona (1978) • Obras completas en colaboración (1979) • Atlas (1985) • Textos cautivos (1986)

  13. Guiones de cine • Los orilleros (1939) • El paraíso de los creyentes (1940) • Invasión (1969) • Les autres (1972)

  14. Premios • Segundo Premio Municipal de Poesía de Buenos Aires (1929) • Miembro de la Academia Argentina de Letras (1955) • Es nombrado miembro de la Academia de Artes y Ciencias de los Estados Unidos (1968) • Recibe el título de doctor honoris causa por la Universidad de La Sorbona y también la Universidad de Tucumán (1977) • Recibe una medalla de oro de la Academia Francesa y la Orden al Mérito de la República Federal Alemana (1979) • Recibe el Gran Premio Miguel de Cervantes de la Real Academia Española (1980)

  15. El libro de Arena • Consta de 13 historias fantásticas: • El otro • Ulrica • El congreso • There are more things • La secta de los treinta • La noche de los dones • El espejo y la máscara • Undr • Utopía de un hombre que está cansado • El soborno • Avelino Arredondo • El disco • El libro de arena

  16. El libro de arena La línea consta de un número infinito de puntos; el plano, de un número infinito de líneas; el volumen, de un número infinito de planos; el hipervolumen, de un número infinito de volúmenes... No, decididamente no es éste, more geométrico, el mejor modo de iniciar mi relato. Afirmar que es verídico es ahora una convención de todo relato fantástico; el mío, sin embargo, es verídico.Yo vivo solo, en un cuarto piso de la calle Belgrano. Hará unos meses, al atardecer, oí un golpe en la puerta. Abrí y entró un desconocido. Era un hombre alto, de rasgos desdibujados. Acaso mi miopía los vio así. Todo su aspecto era de pobreza decente. Estaba de gris y traía una valija gris en la mano.

  17. En seguida sentí que era extranjero. Al principio lo creí viejo; luego advertí que me había engañado su escaso pelo rubio, casi blanco, a la manera escandinava. En el curso de nuestra conversación, que no duraría una hora, supe que procedía de las Orcadas.Le señalé una silla. El hombre tardó un rato en hablar. Exhalaba melancolía, como yo ahora. -Vendo biblias -me dijo.No sin pedantería le contesté:-En esta casa hay algunas biblias inglesas, incluso la primera, la de John Wiclif. Tengo asimismo la de Cipriano de Valera, la de Lutero, que literariamente es la peor, y un ejemplar latino de la Vulgata. Como usted ve, no son precisamente biblias lo que me falta.Al cabo de un silencio me contestó:

  18. -No sólo vendo biblias. Puedo mostrarle un libro sagrado que tal vez le interese. Lo adquirí en los confines de Bikanir.Abrió la valija y lo dejó sobre la mesa. Era un volumen en octavo, encuadernado en tela. Sin duda había pasado por muchas manos. Lo examiné; su inusitado peso me sorprendió. En el lomo decía HolyWrit y abajo Bombay.-Será del siglo diecinueve -observé.-No sé. No lo he sabido nunca -fue la respuesta. Lo abrí al azar. Los caracteres me eran extraños. Las páginas, que me parecieron gastadas y de pobre tipografía, estaban impresas a dos columnas a la manera de una biblia. El texto era apretado y estaba ordenado en versículos. En el ángulo superior de las páginas había cifras arábigas. Me llamó la atención que la página par llevara el número (digamos) 40.514 y la impar, la siguiente, 999.

  19. La volví; el dorso estaba numerado con ocho cifras. Llevaba una pequeña ilustración, como es de uso en los diccionarios: un ancla dibujada a la pluma, como por la torpe mano de un niño.Fue entonces que el desconocido me dijo: -Mírela bien. Ya no la verá nunca más.Había una amenaza en la afirmación, pero no en la voz.Me fijé en el lugar y cerré el volumen. Inmediatamente lo abrí.En vano busqué la figura del ancla, hoja tras hoja. Para ocultar mi desconcierto, le dije:-Se trata de una versión de la Escritura en alguna lengua indostánica, ¿no es verdad?-No -me replicó.

  20. Luego bajó la voz como para confiarme un secreto:-Lo adquirí en un pueblo de la llanura, a cambio de unas rupias y de la Biblia. Su poseedor no sabía leer. Sospecho que en el Libro de los Libros vio un amuleto. Era de la casta más baja; la gente no podía pisar su sombra, sin contaminación. Me dijo que su libro se llamaba el Libro de Arena, porque ni el libro ni la arena tienen principio ni fin.Me pidió que buscara la primera hoja.Apoyé la mano izquierda sobre la portada y abrí con el dedo pulgar casi pegado al índice. Todo fue inútil: siempre se interponían varias hojas entre la portada y la mano. Era como si brotaran del libro.-Ahora busque el final.También fracasé; apenas logré balbucear con una voz que no era la mía:-Esto no puede ser.

  21. Siempre en voz baja el vendedor de biblias me dijo:-No puede ser, pero es. El número de páginas de este libro es exactamente infinito. Ninguna es la primera; ninguna, la última. No sé por qué están numeradas de ese modo arbitrario. Acaso para dar a entender que los términos de una serie infinita aceptan cualquier número.Después, como si pensara en voz alta:-Si el espacio es infinito estamos en cualquier punto del espacio. Si el tiempo es infinito estamos en cualquier punto del tiempo.Sus consideraciones me irritaron. Le pregunté:-¿Usted es religioso, sin duda?-Sí, soy presbiteriano. Mi conciencia está clara. Estoy seguro de no haber estafado al nativo cuando le di la Palabra del Señor a trueque de su libro diabólico.

  22. Le aseguré que nada tenía que reprocharse, y le pregunté si estaba de paso por estas tierras. Me respondió que dentro de unos días pensaba regresar a su patria. Fue entonces cuando supe que era escocés, de las islas Orcadas. Le dije que a Escocia yo la quería personalmente por el amor de Stevenson y de Hume.-Y de Robbie Burns -corrigió.Mientras hablábamos, yo seguía explorando el libro infinito. Con falsa indiferencia le pregunté: -¿Usted se propone ofrecer este curioso espécimen al Museo Británico?-No. Se le ofrezco a usted -me replicó, y fijó una suma elevada. Le respondí, con toda verdad, que esa suma era inaccesible para mí y me quedé pensando. Al cabo de unos pocos minutos había urdido mi plan.

  23. -Le propongo un canje -le dije-. Usted obtuvo este volumen por unas rupias y por la Escritura Sagrada; yo le ofrezco el monto de mi jubilación, que acabo de cobrar, y la Biblia de Wiclif en letra gótica. La heredé de mis padres. -A blackletterWiclif! -murmuró.Fui a mi dormitorio y le traje el dinero y el libro. Volvió las hojas y estudió la carátula con fervor de bibliófilo.-Trato hecho -me dijo.Me asombró que no regateara. Sólo después comprendería que había entrado en mi casa con la decisión de vender el libro. No contó los billetes, y los guardó. Hablamos de la India, de las Orcadas y de los jarls noruegos que las rigieron. Era de noche cuando el hombre se fue. No he vuelto a verlo ni sé su nombre.

  24. Pensé guardar el Libro de Arena en el hueco que había dejado el Wiclif, pero opté al fin por esconderlo detrás de unos volúmenes descalabrados de Las mil y una noches.Me acosté y no dormí. A las tres o cuatro de la mañana prendí la luz. Busqué el libro imposible, y volví las hojas. En una de ellas vi grabada una máscara. En ángulo llevaba una cifra, ya no sé cuál, elevada a la novena potencia.No mostré a nadie mi tesoro. A la dicha de poseerlo se agregó el temor de que lo robaran, y después el recelo de que no fuera verdaderamente infinito. Esas dos inquietudes agravaron mi ya vieja misantropía.Me quedaban unos amigos; dejé de verlos.

  25. Prisionero del Libro, casi no me asomaba a la calle. Examiné con una lupa el gastado lomo y las tapas, y rechacé la posibilidad de algún artificio. Comprobé que las pequeñas ilustraciones distaban dos mil páginas una de otra. Las fui anotando en una libreta alfabética, que no tardé en llenar. Nunca se repitieron. De noche, en los escasos intervalos que me concedía el insomnio, soñaba con el libro.Declinaba el verano, y comprendí que el libro era monstruoso. De nada me sirvió considerar que no menos monstruoso era yo, que lo percibía con ojos y lo palpaba con diez dedos con uñas. Sentí que era un objeto de pesadilla, una cosa obscena que infamaba y corrompía la realidad.

  26. Pensé en el fuego, pero temí que la combustión de un libro infinito fuera parejamente infinita y sofocara de humo al planeta. Recordé haber leído que el mejor lugar para ocultar una hoja es un bosque. Antes de jubilarme trabajaba en la Biblioteca Nacional, que guarda novecientos mil libros; sé que a mano derecha del vestíbulo una escalera curva se hunde en el sótano, donde están los periódicos y los mapas. Aproveché un descuido de los empleados para perder el Libro de Arena en uno de los húmedos anaqueles. Traté de no fijarme a qué altura ni a qué distancia de la puerta.Siento un poco de alivio, pero no quiero ni pasar por la calle México. http://www.youtube.com/watch?v=jAFwUu5QF8Y

  27. http://www.youtube.com/watch?v=hNYylti4E9A&feature=related http://www.youtube.com/watch?v=AoNWPRlnTm0&feature=related http://www.youtube.com/watch?v=ACwDngflGak&feature=related http://www.youtube.com/watch?v=-JBce28jZnE&feature=related

  28. Bibliografía • -Enciclopedia Wikipedia. Jorge Luis Borges [En línea]. Fecha de actualización 30 de mayo 2009. http://es.wikipedia.org/wiki/Jorge_Luis_Borges [Consulta: 19 mayo 2009] • -Literatura argentina contemporánea. Jorge Luis Borges [En línea]. Fecha de actualización 21 de agosto 1999. http://www.literatura.org/Borges/Borges.html [Consulta: 19 mayo 2009] • Enciclopedia Wikipedia. El libro de arena [En línea]. Fecha de actualización 17 de junio 2008. http://es.wikipedia.org/wiki/El_libro_de_arena [Consulta: 20 mayo 2009] • Proverbia. Jorge Luis Borges [En línea]. http://www.proverbia.net/citasautores.asp [Consulta: 20 mayo 2009]

  29. -El poder de la palabra. Jorge Luis Borges [En línea]. http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1488 [Consulta: 20 mayo 2009] • -Youtube. El libro de arena [En línea]. Fecha de actualización 10 de abril 2009. http://www.youtube.com/watch?v=jAFwUu5QF8Y [Consulta: 20 mayo 2009] • Geocities. EL libro de arena [En línea]. http://es.geocities.com/cuentohispano_zip2/texto/borges_libro.html [Consulta: 20 mayo 2009] • BORGES, Jorge Luis. El libro de arena. Buenos Aires: EMECÉ EDITORES, 1975. 183 p. ISBN: 978-84-206-3313-8

  30. Fin Das Ende The End La fine

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