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El tiempo de Jesús. Conociendo el marco histórico en el que vivió Jesús, entenderemos mejor su mensaje…. Conc. Vaticano II: “Se indagará lo que el autor sagrado dice e intenta decir, según su tiempo y cultura...
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El tiempo de Jesús Conociendo el marco histórico en el que vivió Jesús, entenderemos mejor su mensaje… Conc. Vaticano II: “Se indagará lo que el autor sagrado dice e intenta decir, según su tiempo y cultura... Hay que tener muy en cuenta los modos de pensar… que se tenían entonces en el trato mutuo de los hombres …” (Dei Verbum, 12)
Emperadores de Roma:Augusto (29 a.C.-14 d.C.) Tiberio (14-37 d.C.)
Palestina está bajo dominación romana desde el año 63 a. C. (Pompeyo). Diplomáticamente Roma permite que sobreviva la autoridad local: deja sobrevivir el culto del templo, la autoridad del sumo sacerdote y el sanedrín, exime a los judíos del servicio militar y del culto a la imagen del emperador… Forman un Estado teocrático, semi independiente, pero con ocupación militar y pesadas cargas tributarias.
Gobernantes locales: Herodes el Grande, rey de Galilea, Samaría, Judea e Idumea(40-4 a.C.) Herodes Antipas, rey de Galilea y Perea(4 a.C.-39 d.C.) Arquelao, Tetrarca de Judea, Idumea y Samaria(4 a.C. - 6 d.C.) Pilato, Gobernador romano, de Judea, perteneciente a Siria (26-36 d.C.) Caifás, Sumo Sacerdote (18-37 d.C.) Jesús nace entre el 5 al 6 a.C.
Todos pagaban fuertes impuestos a Roma: alrededor del 25% de toda producción o negocio Impuestos Los cobradores de impuestos, odiados por el pueblo, eran acompañados por soldados romanos Además pagaban otro 10% al Templo de Jerusalén, sede del gobierno local. Solían cobrar de más…
El templo de Jerusalén era: Centro religioso de culto y oración Sede del poder legislativo (Sanedrín) Sede del poder judicial (Juicios y condenas, inclusive la pena de muerte) Sede del poder ejecutivo (Sumo Sacerdote) Banco Central: guardaba, acuñaba y cambiaba monedas Mercadeo y matadero de animales Cuartel de la policía regional A un costado estaba el cuartel general del ejército romano
Grupos dominantes Fariseos: Clase media, generalmente artesanos, austeros y piadosos, obsesionados con la pureza ritual, fanáticos cumplidores de la Ley, tolerantes con el poder romano. Eran el eje de la teocracia reinante. Saduceos: aristócratas, opuestos a los fariseos: negaban la resurrección. Sólo aceptaban el Pentateuco. Formaban el partido de los terratenientes. Colaboraban con los romanos. Sacerdotes de Jerusalén: constituían una aristocracia, cerrada en sí misma, enormemente enriquecida, aliada de Roma.
El Sanedrín Era como su Congreso, formado por 70 miembros Bancadas compuestas por “partidos” opuestos entre sí, principalmente: ► fariseos ►saduceos El cargo de Sumo Sacerdote era comprado a Roma: jefe religioso, pero también jefe del ejecutivo, del legislativo y del judicial, además de la emisión-cambio de monedas, cobro de impuestos, venta de animales…
Otros grupos Esenios:Monjes muy austeros, separados de la impiedad del mundo y del Templo, cumplidores fanáticos de la Ley. Zelotas:Nacionalistas radicales, mezclados entre la gente, enemigos violentos de los romanos. Esperaban un Mesías guerrero. Campesinos:Muy pobres, abrumados por los impuestos Mendigos:Muchos eran campesinos que por los impuestos habían perdido su tierra. Impuros:Leprosos y todo enfermo contagioso o con sangre Extranjeros:Siempre odiados…
Los pecadores Eran personas, generalmente pobres, que tenían en común el estigma de haber transgredido alguna de las numerosas normas de pureza. Existían alrededor de 600 mandamientos, entre prohibiciones y mandatos. Sólo los instruidos podían llegar a conocerlas. El pueblo común ni siquiera llegaba a conocerlas todas. Ciertos trabajos les impedía a los pobres ser “puros”.
Eran excluidos de la vida social al punto de no poder asistir a la sinagoga. Para muchos “pecadores” era imposible escapar a su condición, pues si bien podían purificarse mediante el arrepentimiento y sacrificios de expiación, ello significaba un desembolso de dinero, que casi nunca tenían. Y si lo tenían, era impuro, y no lo podían utilizar. Estaban condenados sin remedio a la exclusión social.
Los enfermos crónicos Muy despreciados, pues eran mirados como malditos de Dios… Puesto que era Dios quien castigaba sus pecados, las curaciones eran miradas como contrarias a la voluntad divina.
Oficios despreciados Eran despreciados los que no podían practicar el descanso sabático, ni las normas de pureza legal: ciegos, minúsválidos, paralíticos, epilépticos, sordomudos... Eran especialmente despreciados los pastores, los curtidores de pieles, las prostitutas y todo oficio sucio.
Trato a mujeres Las mujeres no eran estimadas en nada No podían elegir con quién casarse No podían tener bienes No debían hablar con nadie en la calle No podían estudiar No entraban en la sinagoga Sus rezos no servían para nada Los maridos se podían divorciar de ellas por cualquier motivo.
Trato a los niños Los niños no eran nada, pues no conocían la Ley. Podían ser maltratados y aun vendidos… Sólo tenían derechos cuando cumplían los doce años y medio.
Guarda del sábado En sábado no se podía realizar ningún tipo de trabajo. No se podía cocinar, ni siquiera arrancar espigas . Hasta contaban los pasos que daban. Estaba prohibido curar a un enfermo. O sacar a alguien de un pozo… Ello era considerado una ofensa grave contra Yavé.
Purezas legales Pensaban que quedaban impuros - si tocaban a un difunto, - o a un leproso - o a una mujer con la regla, - o entraban en la casa de un pagano… Los enfermos y los pobres eran pecadores. Por eso manchaba el contacto con ellos. Para poder presentarse ante Dios después de un contacto impuro, necesitaban realizar lavatorios con gestos y rezos en hebreo, idioma oficial casi desconocido por el pueblo.
Jesús nació, vivió y murió en este complejo entramado social de Palestina. En esta sociedad predicó y anunció que el Reino de Dios estaba cerca. Ante los conflictos y realidades de su tiempo Jesús no pasó de largo. En esa sociedad concreta y real presentó un nuevo rostro de Dios.
Jesús tomó partido. Se jugó la vida, y se puso del lado de los excluidos. Comió con ellos, conoció sus necesidades, les dio esperanzas...
Les hizo ver que no eran despreciados, ni castigados por Dios… La Buena Nueva que les da es que: Dios los quiere y los prefiere. Por eso su actitud firme y heroica de consolar y atender con cariño a todos los que aquella sociedad despreciaba, según decían, en nombre de Dios. ¡Ése no era su Dios!
Las autoridades intentaron por todos los medios que Jesús cambiara de actitud y de predicación. Pero ni amenazas, ni torturas, ni la muerte misma, le hicieron cambiar de actitud. Hay que conocer bien las circunstancias históricas de Jesús para entender lo serio de su lucha a contracorriente en defensa de la vida y del Dios de la Vida.