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Formaci ón de la conciencia. Escuela para esposos Parroquia de San Miguel Arcángel Atotonilco el Alto, Jalisco. I. Objetivo.
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Formación de la conciencia Escuela para esposos Parroquia de San Miguel Arcángel Atotonilco el Alto, Jalisco
I. Objetivo • Valorar la importancia que tiene la formación de la conciencia personal, conyugal y en los hijos proporcionando los elementos esenciales para ayudarnos en nuestra formación.
II.- ¿Qué es la conciencia? • Proviene del latín “conscientia”; cum scire, saber con este saber con, es un saber compartido. • Es la norma interiorizada de moralidad. Esto es ninguna acción humana puede considerarse buena o mala si no se dice en referencia a la conciencia. • Es la fuente inmediata donde fluye la moralidad de nuestra vida. • Es el núcleo más secreto del ser humano, que requiere obrar con rectitud, verdad, certeza.
III.- FUERZAS DE LA CONCIENCIA: • A).- manifestativa; manifiesta el valor y lo aplica a la cosas concretas de las personas. • B).- autoritativa; obliga y compromete a la misma persona. Es el eco de la voz de Dios. • C).- media; ejerce una función de mediación entre el valor objetivo y la actuación de la persona
IV.- Clasificación de la Conciencia • A.- Conciencia Metafísica:(existo); es la propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos; aquélla mediante la cual la persona es capaz de volverse sobre sí misma y verse como ser inteligente, libre, espiritual y a la vez material. • B.- Conciencia Psicológica: (siento, actúo, decido) aquélla por la que la persona percibe su propio yo, sea como objeto actual de su conocimiento, sea como sujeto de toda acción que realiza en el mundo. • C.-Conciencia Moral: (Jerarquizo mis valores, con visión hacia el más allá); la capacidad de percibir el bien y el mal, y de decidir con voluntad un acto u otro.
V.- Naturaleza de la conciencia • Es una facultad propiamente moral de aplicación de los principios éticos a las situaciones singulares y personales. Es una realidad compleja. • Es a esta ultima a la que nos referimos en esta escuela para esposos a saber: la conciencia moral que se expresa a través del juicio de la conciencia “hay que hacer el bien y evitar el mal”. • A este juicio solemos llamar “voz de la conciencia”. Tal juicio, aparentemente simple es de importancia trascendental, pues de él depende la moralidad de nuestros actos.
VI.- 5 Aspectos a tener en cuenta para una buena conciencia: • 1.- La educación de la Inteligencia: siendo la inteligencia la facultad de “aprender y razonar”, revive una importancia suma y es vital su vigilancia y desarrollo. Los niños, nuestros jóvenes están llenos de una curiosidad innata y es necesario que como padres sepamos aprovechar esta tendencia para encauzarla en la búsqueda de información válida y correcta para su propia educación
2.- La formación de la Conciencia: la adquisición de conocimientos no es el único fin de la inteligencia, porque su manifestación más importante es en realidad la conciencia moral. • La recta razón que nos dicta lo que tenemos que hacer cuando, en pleno goce de nuestra libertad, nos encontramos ante una elección. • La conciencia moral no es innata, SE FORMA, y ésta es obligación moral propia y de nosotros como padres.
3.- La recta conciencia. La conciencia es recta si el juicio que formula acerca de la bondad o maldad de mi acto es conforme con la ley o norma moral objetiva. • La conciencia es el elementos subjetivo del comportamiento humano, no es una facultad que esté a merced del capricho de la persona, si no que ha de seguir la norma que le marca la ley objetiva. • Ni tan estrecha que sea escrupulosa, ni tan laxa que en nada vea pecado.
4.- El acto moral.- es el acto humano considerado bueno o malo. • Elementos para poder emitir un juicio sobre un acto humano. • a) Objeto del acto: desde el punto de vista moral (ejemplo hablar) • b) Circunstancias: (qué, a quién se dirige, hacia dónde, con qué medios, premeditación, alevosía, ventaja, etc). El buen juez por su casa empieza. • c) La finalidad o intencionalidad del acto. La semilla de la pasión dominante de nuestros hijos es la intencionalidad con la que hacen – y después harán – las cosas en la vida.
5.- La ley y la Moralidad: si la conciencia es el elemento subjetivo y formal de la moralidad del acto humano, la ley, natural o revelada, es el elemento objetivo y material. No puede darse el uno sin el otro; • Quien exagera el cumplimiento exclusivo de la ley, descuidando la conciencia, cae en el ritualismo, en el formalismo y en el fariseísmo. • Quien afirma exclusivamente la conciencia, termina en el subjetivismo o en el relativismo.
Sin embargo, el fijarse sólo en un aspecto o el pretender contraponer los dos como términos irreconciliables es no darse cuenta de que uno mismo es su autor y que, por lo tanto, se complementan mutuamente. • Tras la ley está la esencia divina. • Tras la conciencia está la voluntad divina. • En el Nuevo Testamento, la ley nueva, es la del amor. La cual, en la conciencia del cristianismo, es a la vez ley y gracia por el Espíritu Santo que habita en el corazón. • Cuando se vive con autenticidad, la ley alcanza su punto perfecto de interiorización y la conciencia es llevada a cumplir cuanto aquélla percibe.
Hay que librarse tanto del legalismo como del subjetivismo. • La ley péndulo no nos ayuda, es decir el irnos de un lado hasta el otro. • La virtud está en el centro. • (ni un extremo, ni otro). Debe de haber equilibrio, armonía. Ley y conciencia, conciencia y ley
VII.- Deformaciones de la conciencia. • La recta conciencia no es algo adquirido de una vez por todas. Esta va siempre dentro un proceso: • Nace – crece (como el ser humano) • Se modela – o se deforma • Se renueva o se apaga y envejece • Necesita de un constante hábito de cuidados que hay que estar formando y revisando toda la vida.
1.- Máscaras de la conciencia • Existe una divergencia entre lo que uno es y lo que uno aparenta. Cuando no se es coherente. • Surge cuando damos la espalda a la verdad, a la propia verdad de nuestro ser, cuando a éste ser le impedimos irradiar, desde el centro íntimo de nuestro corazón, hasta el entorno social de nuestra actividad humana.
2.- Conciencia indelicada Empezamos a deformar la conciencia cuando admitimos a sabiendas pequeñas transgresiones a los deberes de nuestra vida cotidiana, a nuestros compromisos con Dios y con el prójimo. La falta de esfuerzo habitual en los actos de piedad (misa, oración, disipación interior…) que pone sordina a la voz del Espíritu en el alma; La falta de laboriosidad en el trabajo o estudio; Los pequeños engaños, las pequeñas concesiones a nuestras pasiones de pereza y comodidad, la falta de control, lo irascible…
3.- Conciencia adormecida • Es cuando ésta, no responde a estímulos: sea emitiendo juicios acerca de la maldad o bondad de nuestros actos, • Sea urgiendo a actuar o dejar de actuar, según la voluntad de Dios. • Según sea por la tibieza espiritual o por irreflexión, insensibilidad. • Sea por hacer tanto caso a los espejitos encandiladores del mundo.
VIII.- La formación de la conciencia • Para formar una recta y sana conciencia en nosotros mismos, en nuestros hijos, hemos de obrar primordialmente CON EL EJEMPLO. • Es importante que yo como esposo (a) tenga un modelo a vivir y seguir. • Es importante que los dos nos pongamos de acuerdo a través del diálogo que modelo de conciencia queremos para nosotros y nuestros hijos, entonces actuando, podemos exigirlo. • Sé un modelo para tu esposo (a), para tus hijos.
Requisitos para una formación de conciencia. • 1.- vigilancia continua; la conciencia no es una facultad estática, exige una formación continua que empieza con un modelo, un seguimiento vigilante. Siempre atentos, analizando desde la razón lo que debo hacer y lo que debo evitar por convicción. Si los criterios que me están moviendo a actuar son el egoísmo, el mundo, las pasiones o los valores del Reino, el Evangelio, ayudados por la Iglesia, los deberes de mi familia ante el compromiso adquirido en un altar…
2.- balance; se sugiere una constante auto – observación, revisión de mi conducta, hacerlo con sinceridad sin autoengaños, ni relajación de criterios con permisivismos. “que al cabo ya se usa” • 3.- Orientación moral; es muy recomendable el tener un guía espiritual (director): • que me ayude a ir descubriendo el camino correcto, • que me motive, con los logros y proyectos • que me exija, - no que sea mi cómplice – en el camino de la superación en el proceso de conversión.
4.- el sacramento de la penitencia; es muy recomendable la sinceridad ante nuestras debilidades cometidas y para esto hacerlo bajo la reflexión para ir a la raíz del mal que deforma nuestra conciencia, hay que acudir con frecuencia al sacramento de la confesión que me ubica ante un Dios padre misericordioso obteniendo la ganancia de la vida de la gracia. • No seas desgraciado (a) no te estaciones en el pecado.
5.- Sacramento de la Eucaristía. Gracias a que Cristo se quedo sacramentalmente en la hostia, acto de fe, la conciencia moral del discípulo de Cristo llega a la vivencia radical de sus exigencias profundas. • aliméntate.- no seas anémico del espíritu • 6.- apertura al Espíritu Santo; para que haya connaturalidad entre la voluntad divina y la conciencia, el primer requisito es, el estado de gracia. Para el alma en estado de gracia, la voz de la conciencia viene a ser la voz del Espíritu Santo.
IX.- Cualidades de los padres con conciencia viva • En el ser • En el hacer • En el tener • En las manera de relacionarse.
Cualidades de los padres en el SER • Autenticidad • Naturalidad.- nombrar las cosas por su nombre y en la debida proporción • Serenidad.- controlar los momentos difíciles y disfrutar los remansos de paz, armonía en familia • Optimismo.- constancia en la constancia perseverar con visión – tarea nada fácil – • Buen humor.- consigo mismo, algunas cosas no tomarlas tan en serio cuando no sean importantes.
Cualidades en el HACER • Orden.- en la manera de pensar, en el arreglo de la persona, en la casa, agendar las horas del día, de la semana, del mes… • Puntualidad.- exigirse ser respetuosos con el horario y ante los compromisos • Logros.- perseverar con ánimos vivos en el esfuerzo por lograr las metas programadas • Trabajo bien hecho.- desde el principio • Coherencia.- entre lo que pienso y vivo, entre lo que pedimos a los hijos y lo que nos ven hacer
Cualidades en el TENER • Disfrutar lo que se ha logrado – que la ambición no nos haga miopes a los que ya se tiene – siendo desprendidos. • Generosidad.- con lo que Dios nos ha dado. • Señorío.- “tener” las cosas, no ser “tenido” por ellas. • Sobriedad.- ante decisiones, carácter, bebidas, comidas, …
Cualidades al RELACIONARNOS • Prudencia.- virtud que no debemos dejar a un lado… en el actuar, hablar, exigir, compartir, • Respeto.- por mi mismo (a), por mi cónyuge, por mis hijos en el actuar y hablar • Fidelidad.- desde el pensar y con el actuar • Paciencia.- con perdón y esperanza • Amistad.- con migo mismo (a); sé amigo de tu cónyuge, de tus hijos. La amistad no se exige, se gana a base de trato, diálogo, “perder el tiempo” con ellos. • Amor.- ingrediente imprescindible en la formación de la conciencia. • Oración.- por convicción, como herencia heredada…
X.- Reglas de la Conciencia • Nunca está permitido hacer el mal, para hacer un bien. • El fin no justifica los medios • No hagas a otro, lo que no quieras que te hagan. (Mt. 7,12) • La caridad debe actuar siempre con respeto hacia el prójimo y su conciencia. • 1 Pe. 13,16.- pero hacedlo con dulzura y respeto. Mantened una buena conciencia para que aquello mismo que os echan en cara, sirva de confusión a quienes critiquen tu conducta en Cristo.
XI.- Consejos prácticos para uno mismo y para con los hijos 1.- Estudiar con entusiasmo el catecismo en familia. Para no vivir una fe infantil, sino madura 2.- Tener el hábito de leer la Biblia en casa. Conocer a Cristo 3.- Usar la buena costumbre de reflexionar antes de hablar y actuar. Evita apodos, burlas, trampas, sé amable. 4.- No descuidar la higiene mental, visual, oral 5.- Aprender de los propios errores. - Vida de sacramentos. 6.- Actuar siempre de cara a Dios. Orar sin desfallecer 7.- Agendar mis actividades programando mi tiempo 8.- Enfatizar las cualidades de mi cónyuge, de mis hijos, sin hacerme ciego a sus errores procurando corregir con caridad.
Sé consciente de tu ser, pensar y actuar como esposo (a); padre, y madre