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“Moraleja para el currante”

“Moraleja para el currante”. 168 seg. (Luis Aguilé). Miguel-A. Llegó una vez un dios a una pequeña aldea, en la que solamente había dos habitantes: Ark y Mog. El primero era más listo que el segundo.

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“Moraleja para el currante”

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Presentation Transcript


  1. “Moraleja para el currante” 168 seg. (Luis Aguilé) Miguel-A.

  2. Llegó una vez un dios a una pequeña aldea, en la que solamente había dos habitantes: Ark y Mog. El primero era más listo que el segundo. Este dios enseñó a Ark y a Mog a leer, escribir, coser, cantar, cocinar, etc. En definitiva, los preparó para el duro trabajo de cada jornada durante el resto de sus vidas.

  3. Un día, este dios reunió a los dos habitantes de la aldea. - Hoy simularemos comenzar a trabajar -les explicó, haciendo aparecer dos tomos dorados entre sus manos-. Vuestro trabajo será leer este libro. Ark y Mog cruzaron sus miradas chispeantes... como diciéndose que la tarea era muy simple, y que, por tanto, podrían llevarla a cabo con facilidad.

  4. Sin embargo, el dios, que les miraba plácidamente como un padre a sus hijos, añadió una simple regla: - Para que vuestro trabajo sea válido, deberéis leer cada día la misma cantidad de páginas, o más. Nunca menos. Empezaremos mañana por la mañana. Los dos alumnos tomaron su pesado libro, y lo guardaron para comenzar la lección a la mañana siguiente.

  5. Llegó el día de comenzar a trabajar. Los dos se encontraron con páginas de grandes letras. Eran tan grandes, que apenas cuatro o cinco palabras llenaban cada página. El habitante más listo leía pausado cada página. El menos listo, temeroso de ser el último en esta pequeña prueba, devoró cuantas páginas pudo a lo largo del día.

  6. Cuando atardeció, el dios preguntó a cada uno de estos sus hijos: - ¿Cuántas páginas has leído Ark?. - Diecisiete, mi dios - respondió serenamente. - ¿Y tú, Mog, cuántas páginas has leído?. - Ochenta y nueve, mi dios -contestó orgulloso.

  7. Antes de retirarse a su morada, el dios les recordó que al día siguiente deberían leer el mismo número de páginas que la jornada anterior. Pero, al día siguiente, cada uno de ellos se encontró con que, a medida que avanzaban las páginas, las letras eran más pequeñas. Ark siguió con un ritmo tranquilo de diecisiete páginas por día. Mientras, Mog solamente pudo llegar a cincuenta: La letra era cada vez más... y más pequeña y, las páginas, por tanto, casi imposible de acabar.

  8. Al final del día, el dios revisó el trabajo de los dos habitantes de la aldea, y castigó a Mog por no cumplir con una tarea que el día anterior había hecho perfectamente, y, en cambio, felicitó a Ark por haber leído una página más que el día antes.

  9. Moraleja: Si te vieras capaz de cargar con más trabajo por serte sencillo hoy, no seas gilipollas. No hagas tarea de más... por lo que pueda venirte mañana. Los jefes solamente entienden de resultados, no de circunstancias.

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